Lirismo y tragedia de Elena Obraztsova
El recital de la mezzosoprano Elena Obraztsova, acompa?ada por el pianista Vaja Tchachava, no s¨®lo marca uno de los puntos verdaderamente altos del 34? Festival Internacional de Santander, sino que queda en nuestro recuerdo como una de las mejores actuaciones de la espl¨¦ndida artista sovi¨¦tica. No hay lugar como en otras ocasiones para se?alar lo mejor, pues esta vez todo cuanto interpretaron Obraztsova-Tchachava puede considerarse lo mejor.Es sabido que la lieder¨ªstica de Chaikovski y Rachmaninov encuentra en la voz densa, extensa, fuertemente coloreada y potente y en el arte de Obraztsova encarnaci¨®n suprema. As¨ª debi¨® escuchar Chaikovski en la hora creadora de las voces ¨ªntimas e imaginarias sus canciones; as¨ª, el vuelo metarrom¨¢ntico de S¨®lo quien conozca, sobre Goethe, El baile o La primavera, sobre Tolstoi; as¨ª, esos ecos populares hechos expresi¨®n culta en la Canci¨®n de la gitana.
Es dif¨ªcil, muy dificil, desentra?ar los secretos que alberga una buena y, bella canci¨®n; es dif¨ªcil porque van m¨¢s all¨¢ de la melod¨ªa, los versos y la envolvente armon¨ªa, para resumir todo un mundo de cultura, su tiempo, su circunstancia, su ambiente, su ser y su sentir.
Si esto suced¨ªa en Chaikovski y Rachmaninov, no es menos cierto que la Maja dolorosa de nuestro Granados son¨®, por una vez, en toda su dram¨¢tica medida y en la tensa amplitud de una tesitura que pide a la cantante valores reales de mezzo y de soprano, de l¨ªrica y de tr¨¢gica, de cantante y de actriz, si es que ambos t¨¦rminos son separables en el lied.
Tras las seis melod¨ªas del autor de la Pat¨¦tica y las cinco de su evidente continuador, Sergio Rachmaninov, Obraztsova nos llev¨® por el mundo vario de la ¨®pera. Primero, a trav¨¦s del aria de Werther, de Massenet, donde la pasi¨®n l¨ªrica se modera introvertida, y despu¨¦s, de la hermosa Mi coraz¨®n se abre a tu voz, de Sans¨®n y Dalila, donde el lirismo de Saint-Sa?ns se abre efusivo y extravertido. Inmediatamente, el maravilloso punto de reposo que en el conjunto de Gianni Schicchi significa la condensada e intensa O mio bambino caro, para de aqu¨ª saltar al realismo casi tremendista de Cavalleria rusticana, o enaltecer el aria, tan eficaz como convencional, de Adriana Lecouvreur, de Cilea.
Punto y aparte: la creaci¨®n de la habanera y la seguidilla de Carmen : No porque superara, lo que era imposible, las otras versiones, sino por cuanto Obraztsova tiene una visi¨®n preciosa y personal del polivalente personaje descrito por Merim¨¦e e idealizado por Bizet.
El entusiamo de los 2.000 asistentes al recital un lleno en el Real, pero no en la casi deportiva Porticada- se desbord¨® y la cantante sovi¨¦tica pudo escuchar incluso el piropo castizo de un "ol¨¦, guapa". Ser¨ªa injusto no dedicar al pianista Tchachava el elogio que merece y puede hacerse en pocas palabras: se trata, simplemente, de uno de los mejores pianistas de c¨¢mara que hemos escuchado nunca, s¨®lo comparable a figuras tan de excepci¨®n como un F¨¦lix Lavilla, por ejemplo. Una artista como Elena Obraztsova precisa de un colaborador tan exacto y sensible como Vaja Tchachava.
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