13 martes
Lo malo de los problemas es que no vienen unos detr¨¢s de otros, sino unos dentro de otros, como las mu?ecas esas, chinas o rusas o lo que sean. La existencia tiene estructura de mu?eca china, y esto no lo ha dicho ning¨²n filos¨®fico, ni siquiera un fil¨®sofo chino, que parece que estaba m¨¢s obligado. Dentro del problema del SIDA aparece, un suponer, el problema del plasma. Hay un viejo comercio de sangre y muchos aparejadores sin trabajo se dejan sacar un litro a fin de mes. Luego, con el dinero de la sangre hacen una sangr¨ªa y dan una verbena en la terraza de casa. Yo voy mucho a estas verbenas de terraza. Es un Madrid m¨¢gico que flota sobre Madrid, flipado de sangr¨ªa, de falta de sangre o de sobra de coca.En esto que el tel¨¦fono, rin, rin:
-Que soy Ramonc¨ªn, que doy una fiesta en la terraza: no faltes, que viene Douglas Fairbanks.
Ramonc¨ªn tiene una terraza nada menos que sobre Sol. Ya se ha hablado aqu¨ª, alguna vez, del movimiento centr¨ªpeto que devuelve a los madrile?os al "ludibrio del manubrio del bodrio" (Ram¨®n), a Sol mismo. En Par¨ªs pas¨¦ hace a?os y en Manhattan est¨¢ pasando. Me lo dice por conferencia Franz Lebowitz, la adorable croniqueur jud¨ªa, que me gusta porque se tira un algo a Barbra Streisard.
-Umbral, el campo es hortera.
Entre la Lebowitz y la enfermedad de los gatos, tengo la dacha / datcha vac¨ªa. "?Qu¨¦ tienen los gatos?", me pregunta la gente, para decidir si vienen o no vienen:
-SIDA -salta do?a Sagrano.
-Ti?a -explico.
Lo que tienen son hongos. Est¨¢n en un hospital de gatos de la carretera del Pardo. Detr¨¢s de la enfermedad cl¨ªnica, la enfermedad social: el SIDA se extiende tanto, no porque haya tantos chicos sensibles (que los hay), sino porque la gente compravende su sangre.
15 jueves
Samuel Abad, gran corredor de fondo majariego, quiere ir a paso gimn¨¢stico de aqu¨ª a Roma, y que les reciban, a ¨¦l y su equipo, en el Coliseo. Es muy capaz. Todav¨ªa no ha salido el SIDA de los atletas. Molina Foix escribi¨® La comuni¨®n de los atletas, que ol¨ªa deliberadamente a mierda, pero no a muerte.-Contra los males del vicio griego, Persia, siempre Persia -clama Andr¨¦ Breton desde las antolog¨ªas.
Los griegos madrile?os practican el "error griego" con un grieguito de patines, y el hombre experimentado ha sido siempre el griego de la mujer, su sodomizador, pero el c¨¢ncer gay no ha aparecido hasta ahora, en 25 siglos de tomar por el SIDA. O sea, que tiene que haber otro factor. Lo cual, Do?a Sagrario salta en seguida:
-Lo que me faltaba por o¨ªr. Ha dicho que el hombre es el griego de la mujer. Adem¨¢s de machistas, quieren ser machos praxitelianos.
Pero a m¨ª me preocupa m¨¢s el trapicheo de la sangre, como s¨ªntoma social y personal (nada m¨¢s parecido que vender el alma al diablo), que el vicio griego o el sesenta y nueve.
17 s¨¢bado
Vender la propia sangre es como vender el alma al diablo, anotaba yo aqu¨ª el jueves, m¨¢s o menos. Y en esto que Fausto, en Debod/Rosales. Fausto le vendi¨® su alma al diablo yo creo que porque entonces no se hac¨ªan transfusiones. Dorian Gray le vendi¨® su belleza, su eterna juventud. Cre¨ªamos que eran finos problemas est¨¦tico/metaf¨ªsicos. Hoy sabemos que el Diablo era el Seguro, y que Fausto, Oscar Wilde y el profesor enamorado de El ¨¢ngel azul admiten una lectura trosco: la sabidur¨ªa, el ingenio y el sexo tienen un precio social. Miles de parias espa?oles sin nada de eso que vender, venden su sangre.
18 domingo
Cena en el jard¨ªn de Otero Besteiro, entre llamas, sombras, sombras de Damas y un loro que vive en la rama m¨¢s alta. Conozco a Alicia, de risa adolescente y cintura (desnuda) de chica de Kiraz.-Lo mejor contra el SIDA ser¨ªa acostarse s¨®lo con v¨ªrgenes.
(Hasta lo de la p¨ªldora, las v¨ªrgenes exig¨ªan sodomizaci¨®n para no tener que ir a abortar a Oviedo: soy de aquella quinta y nunca tuve SIDA: est¨¢ claro que lo que castiga el cielo, en este caso, no es la sodom¨ªa, sino la homosexualidad: el cielo siempre ha sido un poco de derechas).
-Las mujeres no dan SIDA -explico a la reuni¨®n.
Y salta la do?a Sagrario de guardia (ya se ha dicho que hay una en cada reuni¨®n):
-Pero los hombres dan ustedes asco.
El decreto/ley sobre el plasma sangu¨ªneo va a limitar -esperemos- la expansi¨®n del SIDA. Con rojos o con apost¨®licos, nadie se acuerda de tronar hasta que no se le aparece Santa B¨¢rbara. En el mundo (ya est¨¢ bien de que todo pase en Espa?a: t¨®pico de no viajados) hay miles de hemof¨ªlicos que viven de miles de parias que venden su plasma, y hoy sabemos que el alma s¨®lo era un plasma un poco m¨¢s fluido.
-?Y las donaciones?
-No hubieran bastado (son escasas) ni para salvar a Rilke, el hemof¨ªlico, cuando se le arroj¨® una rosa a morderle.
(Lamento, Oterito, haberte ensombrecido un poco la cena). En esto que el loro ped¨ªa su pedazo de pan, como un pobre lujoso y de colores, desde la rama. La chica/ Kiraz queda en llamar, pero hasta ahora no ha llamado: te prometo, amor, que no voy de SIDA. Luis G¨®mez (en tiempos el rey de la movida), me deja una cassette vac¨ªa y una carta de su madre dici¨¦ndole que se comporte. Gigi Corbetta retrata a mi mu?eca/Areces como si fuera ya mi viuda. Las mu?ecas no dan SIDA ni dicen eso de que necesitan realizarse, despu¨¦s de la vegada. Desde el m¨¢s glorioso franquismo, los espa?oles han vendido su sangre (barata) a una sociedad vampi.
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