Beirut, un infierno bajo las bombas
Los ca?ones de todo calibre, los morteros, los ¨®rganos de Stalin, los cohetes Grad y los vetustos carros de combate norteamericanos y sovi¨¦ticos provocaron en Beirut, con sus disparos casi ininterrumpidos, por segundo d¨ªa, una situaci¨®n que muchos de sus habitantes y la Prensa de la capital comparan con el infierno o el apocalipsis.A diferencia de d¨ªas anteriores, no estall¨® ayer ning¨²n coche-bomba, pero, en cambio, se produjeron enfrentamientos armados entre la milicia shi¨ª Amal (Esperanza) y los fedayin palestinos que defienden los campamentos de refugiados situados al sur de la ciudad.
Apenas un par de horas de un alto el fuego no declarado, para permitir acaso enfriarse a las armas, y los artilleros de ambos bandos, cristiano y musulm¨¢n, reanudaron su actividad sorprendiendo en la calle a numerosas amas de casa que aprovechaban una tregua que esperaban m¨¢s larga para abastecerse en los pocos comercios abiertos antes de refugiarse en sus casas, dejando detr¨¢s de s¨ª una ciudad por la que s¨®lo circulaban milicianos y ambulancias.
"Faltan un mont¨®n de cosas en las repisas", se quejaba, exhausta, una mujer armenia en la puerta del c¨¦ntrico supermercado Krowlin, "porque la actividad comercial est¨¢ paralizada, no llegan las mercanc¨ªas y la gente hace acopio en previsi¨®n de los d¨ªas que nos tocar¨¢ pasar en pasillos,tscaleras y s¨®tanos", fuera del alcance de la metralla, pero que iluminan a veces los resplandores de las explosiones o de los incendios.
Sorprendidas en la acera cuando hac¨ªan sus compras o alcanzadas en sus casas, unas 50 personas han resultado muertas en las ¨²ltimas 48 horas de duelos artilleros, seg¨²n el ¨²ltimo recuento aprox¨ªmado dado a conocer por la polic¨ªa, que proporcion¨® tambi¨¦n la cifra de 264 muertos y 775 heridos desde hace 11 d¨ªas. a causa de las 15.000 bombas y los cinco autom¨®viles con cargas explosivas que da?aron o destruyeron 2.500 casas y 1.138 veh¨ªculos.
Al ritmo de las canciones patri¨®ticas y de las marchas militares difundidas ininterrumpidamente por sus emisoras de radio, los artilleros musulmanes se ensa?aron ayer especialmente sobre los alrededores del palacio presidencial de Baabda y el puerto cristiano de Junieh, mientras entre los objetivos prioritarios de sus adversarios cristianos figuraron el aeropuerto y el barrio donde reside el ministro y l¨ªder shi¨ª Nabih Berri.
Bombas contra Berri
En la terminal de llegada del aeropuerto, que fue cerrado ayer, cayeron cerca de cuarenta proyectiles, que causaron da?os materiales al edificio y a cuatro aparatos estacionados sobre la pista, mientras en torno al domicilio del jefe de Amal estallaron otros 400 desde el lunes por la noche. "Parece un intento de asesinarme", declar¨® Berri por tel¨¦fono desde su s¨®tano de s¨®lida paredes de cemento armado.
Cada vez m¨¢s frecuentes y sangrientos, los incidentes en tomo al gran campamento de refugiados palestinos de Bourj Bourajne amenazan con dar definitivamente al traste con el fr¨¢gil alto el fuego concluido en Damasco en junio, y que los comandantes del Ej¨¦rcito sirio Hussein Watfa y Nassar Faraj se esfuerzan en preservar sobre el terreno.
"Lo peor", afirmaba un comerciante cristiano con el o¨ªdo pegado a la radio para saber si el diluvio de fuego se abat¨ªa tambi¨¦n sobre la zona residencial donde viven sus hijos casados, "es que no s¨®lo no se vislumbra una soluci¨®n a largo plazo a esta interminable contienda civil, sino que ni siquiera podemos prever un mero acuerdo serio de alto el fuego", porque la comisi¨®n cuatripartita integrada por los representantes de las principales milicias no logra reunirse.
A falta de tregua duradera, la frecuente evocaci¨®n por Berri de la soluci¨®n militar y la invitaci¨®n hecha por sus aliados drusos a los observadores castrenses franceses para que se retiren de la localidad monta?osa de Suk el Garb, que controla el acceso al palacio de Baabda en una distancia de cinco kil¨®metros, inducen a sospechar que la guerra est¨¢tica podr¨ªa transformarse en una guerra de movimientos con, un asalto musulm¨¢n a una de las puertas del reducto cristiano donde viven 800.000 personas, en su mayor¨ªa cat¨®licos de rito maronita. La alternativa consistir¨ªa, acaso, en una nueva mediaci¨®n pacificadora siria.
La ¨²nica noticia halag¨¹e?a de la jornada fue el anuncio, de madrugada, de la liberaci¨®n por Amal, en la ciudad meridional de Tiro, del delegado de la Cruz Roja Internacional en Sid¨®n, el suizo Stephane Jacquemet, que elementos armados, presumiblemente shi¨ªes, secuestraron 36 horas antes.
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