T¨²nez quiere evitar a toda costa que la crisis con Libia provoque la desestabilzaci¨®n interna
ENVIADO ESPECIAL Un total de 618 trabajadores tunecinos cruz¨® ayer las fronteras de Libia a T¨²nez, con lo cual el n¨²mero de expulsados de Libia desde el 5 de agosto se eleva ya a 26.995. T¨²nez trata con habilidad la crisis y est¨¢ logrando desbaratar los objetivos desestabilizadores que se atribuye en medios pol¨ªticos a la operaci¨®n ordenada por Muammar el Gaddafi. Seg¨²n se cree en la capital tunecina, Gaddafi pretende con estas expulsiones -decididas cuando los trabajadores rechazan la nacionalidad libia que les proponen los comit¨¦s populares-, crear un grave problema econ¨®mico en T¨²nez, cuando la mayoritaria Uni¨®n General de Trabajadores Tunecinos (UGTT) planea numerosas huelgas.
El Gobierno tunec¨ªno, que ha apelado al secretario general de las Naciones Unidas, Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar; al presidente de la Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA), el jefe del Estado senegal¨¦s, Abdu Diuf, y a pa¨ªses con buenas relaciones con Libia, como Marruecos y Kuwait. Y ahora se ha producido un amplio e inesperado movimiento interno de solidaridad y cooperaci¨®n con el Gobierno.Seg¨²n fuentes tunec¨ªnas, el presidente senagal¨¦s ha expresado "simpat¨ªa hacia T¨²nez en estas circunstancias", mientras que el nigeriano Ide Umaru, que debe tomar posesi¨®n el pr¨®ximo mes de septiembre como secretario general de la OUA, ha declarado que las expulsiones "no favorecen en absoluto la unidad africana".
La UGTT ha entablado un di¨¢logo con el Gobierno para solucionar sin huelgas sus reivindicaciones, y ha apelado a la solidaridad de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), a la Confereci¨®n Internacional de Sindicatos Libres (CISL) y a otras organizaciones ¨¢rabes y africanas. Su secretario general, Habib Achur, dijo hace unos d¨ªas que la UGTT "no servir¨¢ jam¨¢s de caballo de Troya para una acci¨®n subversiva exterior".
La mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas de oposici¨®n que ten¨ªan algunas cuentas que saldar con el Gobierno desde el par¨®n a la democratizaci¨®n iniciado hace un a?o, han formulado declaraciones p¨²blicas de solidaridad y criticado la actitud del Gobierno libio, que algunos, como la revista progresista Realidades, no handudado en calificar de "fascista". Incluso el Movimiento de la Tendencia Isl¨¢mica, MIT, en franco ascenso de popularidad en los ¨²ltimos a?os, sobre todo en la Universidad, ha criticado al Gobierno libio por estas expulsiones.
Algunos hombres de negocios e industriales importantes tunecinos han notificado al Gobierno que, a pesar de la crisis econ¨®mica y de la saturaci¨®n de las plantillas, est¨¢n dispuestos a emplear de 25 a 50 trabajadores expulsados, seg¨²n la envergadura de cada empresa, para limitar el impacto social de las expulsiones. Aunque con ello no van a solucionar el problema global que se le plantea al Gobierno tunecino, ya con cerca de 300.000 trabajadores en paro, s¨ª contribuyen a dar la sensaci¨®n de solidez de todas las fuerzas pol¨ªticas y econ¨®micas del pa¨ªs en respaldo del Gobierno.
Los tunecinos no parecen dudar de que la intenci¨®n de Gaddafi era la de expulsar de Libia a los 80.000 trabajadores tunecinos que trabajan all¨ª legalmente y a los otros 40.000 que laboran de manera ilegal. Ahora albergan la esperanza de que el Gobierno libio, que ha demostrado desconocer la mentalidad del tunecino y su incapacidad para,valorar sus reacciones, seg¨²n ellos, interrumpa esta operaci¨®n de expulsiones y se avenga a sentarse en una mesa de negociaci¨®n con T¨²nez. De todas maneras, la p¨¦rdida de las transferencias que efec tuab an mensualmente los traba jadores tunecinos, prohibidas a ¨¦stos desde el 1 de Agosto, contribuir¨¢ a hacer m¨¢s pesado para T¨²nez el perjuicio inevitable de esta operaci¨®n libia.
Negociar un 'modus vivendi'
Parece inevitable que ¨¦stos dos pa¨ªses, T¨²nez y Libia, que llevan una cohabitaci¨®n realmente azarosa desde que Muammar el Gaddafi tom¨® el poder en Libia, en 1969, han desentarse alguna vez a negociar un modus vivendi, si es qu¨¦ esto, con Lib¨ªa, puede llegar a ser v¨¢lido y duradero.
Los problemas pol¨ªticos m¨¢s recientes parecen arrancar desde que comenzaron las emisiones desde Libia de la llamada radio del odio, a trav¨¦s de cuyas ondas los libios han apelado abiertamente a la subversi¨®n, por un lado, y a la eliminaci¨®n de la colonia jud¨ªa de T¨²nez, por otro, con la cual el Gobierno tunecino siempre intent¨® mantener unas relaciones cordiales.
Pero los problemas entre los dos pa¨ªses radican en la decisi¨®n de Gaddafi de intervenir en los asuntos intemos Lunecinos cuando desaparezca el presidente Habib Burguiba, o incluso antes. Algunos diplom¨¢ticos libios expulsados hab¨ªan dicho a numerosos tunecinos y extranjeros que "Libia ya tiene un plan para T¨²nez despu¨¦s del burguibismo".
Los tunecinos han cerrado el consulado libio de Sfax, el centro cultural libio de T¨²nez, la delegaci¨®n de la agencia libia Jana, la oficina de la compa?¨ªa a¨¦rea libia, han expulsado a 253 ciudadanos libios acusados de espionaje e informaci¨®n vital de T¨²nez y a unos 30 diplom¨¢ticos o funcionarios libios, entre ellos los acreditados ante la Liga ?rabe.
Seg¨²n testimonios concordantes, la mayor¨ªa de los trabajadores tunecinos han sido expulsados en condiciones inhumanas, y algunos de ellos, despu¨¦s de sufrir vejaciones. La mayor¨ªa ha tenido que abandonar sus ahorros y sus bienes. A casi todos se les despoj¨® incluso de sus documentos personales. A los escasos que aceptaron adoptar la nacionalidad libia les trasladaron, seg¨²n testimonios de algunos expulsados, a campos de entrenamiento militar. La Seguridad tunecina teme que entre los indocumentados Libia intente introducir elementos preparados para la subversi¨®n y entrenados militarmente.
Francia ha reiterado su disposici¨®n a ayudar a T¨²nez en virtud de los acuerdos entre los dos pa¨ªses. EE UU parece igualmente dispuesto a auxiliar a T¨²nez si se viese amenazado. Argelia tambi¨¦n, discretamente, pero desde la uni¨®n libio-marroqu¨ª, est¨¢ interesada y afectada por cualquier intento de alterar el actual statu quo tunecino. S¨®lo Marruecos no ha condenado oficialmente a Libia por la expulsi¨®n de trabajadores tunecinos, si bien el rey Hassan II ha enviado a T¨²nez a dos mediadores.
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