EE UU comienza a admitir que su pol¨ªtica de 'compromiso constructivo' con Pretoria es un callej¨®n sin salida
Estados Unidos comienza a admitir t¨ªmidamente que la pol¨ªtica de compromiso constructivo con Sur¨¢frica ha conducido a un callej¨®n sin salida y su resultado es un "agudo deterioro" de la situaci¨®n, pero est¨¢ dispuesto a mantenerla porque afirma que no existe otra alternativa para presionar al r¨¦gimen racista de Pretoria. Un creciente sentimiento de irritaci¨®n y frustraci¨®n es detectable en Washington ante la falta de respuesta del presidente Pieter Botha, a las suaves se?ales que le env¨ªa EE UU para que inicie negociaciones para acabar con el apartheid.
La Administraci¨®n Reagan, reaccionando a la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica que asiste todas las noches a las escenas de violencia en las calles de Sur¨¢frica que transmiten las cadenas de televisi¨®n, pidi¨® el jueves a Botha "que diga cu¨¢ndo y c¨®mo va a acabar con el apartheid'.La otra cara de esta exigencia es que Washington estima que el Gobierno de Pretoria ya ha iniciado el proceso para concluir con el sistema de segregaci¨®n racial, aunque las grandes cuestiones no han comenzado a¨²n a negociarse. Esta, idea, aunque expresada de una forma m¨¢s burda, que dej¨® perplejos a los propios asesores del presidente, fue enunciada esta semana por Ronald Reagan en una entrevista radiof¨®nica. El presidente, con su habitual candidez y estilo directo, calific¨® de reformista al Gobierno de Botha y explic¨® que ha concluido con la segregaci¨®n.
La convicci¨®n existente en los sectores m¨¢s conservadores de la Administraci¨®n, de la que Reagan participa plenamente, de que la pol¨ªtica actual es la ¨²nica posible para contener al comunismo en el sur de ?frica, est¨¢ impidiendo cualquier cambio en la estrategia de persuasi¨®n por el di¨¢logo.
Existe, sin embargo, un sentimiento en el Congreso, en amplios sectores de la opini¨®n y tambi¨¦n en algunas ¨¢reas de la Administraci¨®n de que el "compromiso constructivo" ha fracasado y que debe ser sustituido por una l¨ªnea de acci¨®n m¨¢s dura. Las dudas sobre qu¨¦ hacer se reflejan en la forma de suministrar la informaci¨®n.
En p¨²blico, el portavoz del Departamento de Estado est¨¢ endureciendo cada d¨ªa sus criticas verbales contra el r¨¦gimen racista y ya ha calificado su actuaci¨®n represiva de brutal y odiosa. En una importante sesi¨®n celebrada el jueves en el Departamento de Estado para la Prensa norteamericana y extranjera, un alto funcionario culp¨® fundamentalmente al Gobierno de Botha de provocar la violencia y no desactivar la tensi¨®n en el pa¨ªs, aunque denunci¨® que tambi¨¦n existe violencia en la oposici¨®n negra. "Las negociaciones para conducir al fin del apartheid', dijo, "no pueden ser logradas con la continuaci¨®n de los encarcelamientos, las palizas, las bombas y los incendios". Para Estados Unidos deben desaparecer las precondiciones que exige el Gobierno, pero tambi¨¦n la oposici¨®n, para iniciar la negociaci¨®n.
La lucha ser¨¢ prolongada
Para el Departamento de Estado, "Botha est¨¢ comprometido con la reforma, pero no va suficientemente lejos y no se ve un cambio positivo". La Administraci¨®n defiende, sin embargo, que sin el compromiso constructivo, "que ha logrado peque?os cambios", la situaci¨®n a¨²n estar¨ªa peor. "El proceso de reforma ha sido estimulado por nosotros y no hay ning¨²n Gobierno occidental que haya hecho m¨¢s que Estados Unidos", dijo el alto funcionario. Pero la soluci¨®n de la crisis est¨¢ muy lejana. El citado funcionario explic¨® que "aunque la violencia en Sur¨¢frica quiz¨¢ haya aumentado la presi¨®n y el calendario para el cambio, no espero una soluci¨®n en los pr¨®ximos meses. ?sta es una lucha prolongada entre un nacionalismo blanco y un nacionalismo negro que va a continuar por bastante tiempo".Washington retir¨® para consultas a su embajador en Pretoria, que a¨²n no ha regresado. Ha pedido que se levante el estado de emergencia, favorece la liberaci¨®n sin condiciones de Nelson Mandela, el principal l¨ªder de la oposici¨®n de color, y urge el fin de las leyes que definen el gran apartheid, no conform¨¢ndose s¨®lo con reformas c¨®smeticas. "Les hemos dicho que no pueden desnacionalizar a los negros, que no pueden basar un arreglo en conceder el 13% de la tierra al 72% de la poblaci¨®n".
Pese a todo, la Administraci¨®n contin¨²a defendiendo que las sanciones contra Sur¨¢frica, que muy probablemente aprobar¨¢ el Congreso en los pr¨®ximos d¨ªas, son contraproducentes y s¨®lo servir¨¢n para disminuir la influencia de EE UU sobre Botha y radicalizarle a¨²n m¨¢s. Sin embargo, portavoces gubernamentales no se atrevieron a afirmar tajantemente que Reagan vetar¨¢ la legislaci¨®n punitiva, "que tiene aspectos positivos", y explicaron que ¨¦sta puede servir como una seria se?al, a Pretoria de la creciente impaciencia de Estados Unidos.
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