El si es no es de la moneda
La inclinaci¨®n de toda persona a asegurarse el futuro llev¨® de siempre aguardar algo que no fuese perecedero y que mantuviese su valor. De esta forma se atesoraron monedas cuando ¨¦stan lo eran de oro o de plata. Cuando, m¨¢s tarde, se abandonan estos metales en la fabricaci¨®n de moneda de curso legal se hace preciso inventarse unas monedas que sirvan, al menos, para ahorrar. Estas piezas son los krugerrand y maple leaf, entre otras muchas trade coins. Tambi¨¦n se ofrecieron al mercado las recu?aciones de los 50 pesos mexicanos, las 100 coronas austriacas, etc¨¦tera, que, acu?adas por los respectivos Gobiernos, se mercaban en las bolsas internacionales en cotizaciones muy pr¨®ximas al valor del oro contenido. Estas piezas son quiz¨¢, para el peque?o inversor en oro, mercanc¨ªa m¨¢s apetecida que los lingotes, supongo que, entre otras razones, por estar avaladas por los pa¨ªses emisores. Estos objetos, que no monedas, no tienen consideraci¨®n numism¨¢tica alguna, salvo el krugerrand fabricado en proof. Por el contrario, las monedas acu?adas para circular son objeto de colecci¨®n y estudio por parte de muchas personas en el mundo, y son guardadas por museos y particulares con especial cuidado y sin importar el metal en que est¨¦n acu?adas. En Espa?a, la numism¨¢tica se estudia en las universidades, y en el extranjero, al coleccionista de monedas se le considera una persona de buen gusto y cultivada. Lamentablemente, en nuestro pa¨ªs no est¨¢ tan bien considerado, y las leyes fiscales gravan, seg¨²n orden ministerial de septiembre de 1980, con el impuesto de lujo el comercio de monedas de metales nobles.La ignorancia, que no tiene que ver con la sensibilidad, del legislador convierte al coleccionista en delincuente, y ¨¦ste, para no serlo, deja de coleccionar; los extranjeros vuelven a entrar a saco en el mercado interior, y se van -quiz¨¢ para no volver- monedas espa?olas a otros lugares donde ser amante de la numism¨¢tica da cierto tono, pues bien saben aqu¨¦llos que un coleccionista sirve a la sociedad guardando de la destrucci¨®n los testimonios del pasado.
'No es nada dif¨ªcil distinguir las monedas de inversi¨®n de las de colecci¨®n, y si se quiere, ahora que se va a implantar el impuesto sobre el valor a?adido (IVA), podr¨ªa estudiarse la f¨®rmula de no parangonar las unas con las otras, de forma que la numism¨¢tica no saliese perjudicada, protegiendo as¨ª el patrimonio espa?ol.
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