Risas, sin aplausos, en el patio de butacas

La guerra del Vietnam sigue siendo un tema amargo y dif¨ªcil de tratar, aun a 10 a?os de su final. Es, todav¨ªa, la guerra de todos nosotros, como dice Manuel Leguineche en el libro de ese t¨ªtulo, aparecido ayer y publicado por Plaza y Jan¨¦s. El entusiasmo del p¨²blico ayer, d¨ªa de estreno de la pel¨ªcula Rambo en Madrid, no fue desbordante, aunque una larga cola de muchachos se amontonaba impaciente ante las fotos que se exhib¨ªan fuera de la sala. La pel¨ªcula, no recomendada a menores de 18 a?os, ten¨ªa entre sus asistentes a una gran mayor¨ªa de edad inferior a la requerida, y eso era de esperar. Este h¨¦roe solitario en Vietnam, respond¨ªa f¨ªsica y an¨ªmicamente a todos las caracter¨ªsticas que pintan los tebeos desde hace d¨¦cadas y que parecen recobrar su fuerza en estos ¨²ltimos tiempos.La pel¨ªcula empez¨® con aplausos y el personaje, un monumental h¨¦roe lac¨®nico y autosuficiente, traicionado por los suyos, gan¨® r¨¢pidamente el apoyo de un p¨²blico que lo admira. A medida que la pel¨ªcula avanza las haza?as se hacen m¨¢s inveros¨ªmiles. Los rostros en el patio de butacas iluminados por la luz que de la pantalla lanzaban las frecuentes explosiones, van perdiendo la expectaci¨®n y se convierten en risas, nerviosas, primero, y luego en francas carcajadas.

Al final, tras la moraleja, no hubo aplausos. Los ¨²ltimos cinco minutos ten¨ªan un mensaje demasiado obviamente manipulado. Ni siquiera los m¨¢s ingenuos pudieron, al parecer, hilvanar los intensos momentos de acci¨®n que iban a ver en el cine con el mensaje patriotero del eterno vencedor vencido.

La experiencia de Leguineche en Vietnam, como enviado especial del desaparecido diario Madrid, lo ha llevado a afirmar que Rambo es otro intento fallido de hacer la pel¨ªcula sobre Vietnam. Es protagonista en su libro un mexicano, Ricardo de Lara, que, como muchos, se enrol¨® en el ej¨¦rcito estadounidense durante la guerra para obtener el pasaporte norteamericano y no ser s¨®lo un espalda mojada m¨¢s. Como ¨¦l hubo much¨ªsimos, anti-rambos en la guerra. Seg¨²n Leguineche este filme plantea una ¨¦pica retro, con una iconograf¨ªa cat¨®lica, como justificante a un subconsciente colectivo que se redime en la pantalla, de lo que pudo, quiz¨¢, conseguir en la realidad.