La m¨ªnima victoria conservadora abre una fase de inestabilidad Pol¨ªtica en Noruega
La batalla electoral noruega qued¨® resuelta ayer a favor de la coalici¨®n gubernamental de centroderecha por el m¨ªnimo margen de un esca?o en el Parlamento. Este resultado, fruto del complicado y criticado sistema electoral noruego, no refleja el n¨²mero de votos obtenidos por cada bloque el socialista, con el apoyo de los liberales, alcanz¨® el 49,41%, y el conservador, el 45,2%. Tal situaci¨®n augura un per¨ªodo de inestabilidad pol¨ªtica, a menos que los dos principales partidos, el conservador y el laborista, alcancen un entendimiento.
Los comicios han tenido dos rasgos dominantes, aparte del previsto equilibrio de fuerzas: un sustancial crecimiento del socialdem¨®crata Partido Laborista y el retroceso del Partido Conservador del primer ministro, Kaare Willoch.La opini¨®n generalizada, en las primeras evaluaciones poselectorales, es que la gran triunfadora personal y pol¨ªtica de esta elecci¨®n ha sido la l¨ªder laborista, Gro Harlem Brundtland. No s¨®lo por haber dinamizado a su partido, seriamente erosionado en los a?os anteriores a la elecci¨®n de 1981, sino porque ninguna decisi¨®n importante de la pol¨ªtica noruega en los pr¨®ximos cuatro a?os podr¨¢ adoptarse prescindiendo de ella.
Los otros dos partidos de la coalici¨®n gobernante, el Popula Cristiano y el Centrista, mejoran algo su posici¨®n. Por el bloque socialista, el Partido Socialista de Izquierda gana dos esca?os, mientras que el liberal Izquierda, uno de los m¨¢s viejos partidos noruegos, pierde los dos que ten¨ªa y queda sin representaci¨®n.
Completa el espectro electoral el Partido del Progreso, que dirige Carl I. Hagen. Aglutina descontentos de diferentes vertientes, desde aquellos que rechazan los altos impuestos hasta quienes no ocultan su menosprecio hacia los extranjeros, sobre todo si son de tez y pelo oscuros. Este partido logr¨® en las elecciones de 1981 cuatro esca?os en el Parlamento, pero ahora s¨®lo ha conseguido dos.
Pese a este descenso, el Partido del Progreso tiene con sus dos votos una carta para ejercer presi¨®n pol¨ªtica, por emplear una expresi¨®n ben¨¦vola, m¨¢s valiosa si se tiene en cuenta el debilitamiento sufrido por la coalici¨®n conservadora. En sus primeras declaraciones, cuando se manten¨ªa a¨²n la incertidumbre sobre el resultado final, Willoch reiter¨® su decisi¨®n de formar un Gobierno que excluya a los progresistas, aunque eludi¨® abundar en los motivos para ello. La incorporaci¨®n de esta formaci¨®n pol¨ªtica a la coalici¨®n no ser¨ªa admitida por centristas y cristianos.
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