Las v¨ªctimas del SIDA, leprosos del sigIo XX
Un creciente clima de miedo, que en algunos casos bordea la histeria, se est¨¢ apoderando de la sociedad norteamericana ante la extensi¨®n del SIDA. El s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida, al igual que las pestes medievales, est¨¢ provocando problemas de discriminaci¨®n en colegios, cuarteles, oficinas e incluso en las relaciones personales, que convierten a las v¨ªctimas de esta enfermedad incurable en los leprosos del siglo XX. La enfermedad, que ha afectado ya a m¨¢s de 12.000 norteamericanos, de los que 6.000 han fallecido, ha roto en la opini¨®n p¨²blica las barreras que la confinaban a un grupo reducido y espec¨ªfico de la poblaci¨®n: los varones homosexuales, los drogadictos y las personas contaminadas a trav¨¦s de transfusiones de sangre.El 37% de la poblaci¨®n considera que el SIDA es la mayor amenaza sanitaria que pesa sobre Estados Unidos y un 64% lo califica de un problema muy serio, tercero en importancia tras el c¨¢ncer (92%) y las enfermedades coronarias (88%). Aumenta la creencia de que "el p¨²blico en general" puede verse afectado por el virus del SIDA y que su transmisi¨®n es posible por contactos' heterosexuales. Esta impresi¨®n est¨¢ haciendo que el miedo a contraer el s¨ªndrome se convierta en una enfermedad en s¨ª mismo. Las autoridades sanitarias tratan de disminuir la ansiedad de la poblaci¨®n, al tiempo que nuevas investigaciones se?alan que el SIDA puede ser transmitido por m¨¢s medios que los que originalmente se pensaba. Ya las l¨¢grimas y la saliva son sospechosos como transmisores.
El The Washington Post, en un trabajo investigativo sobre el tema, asegura que las actuales v¨ªctimas son s¨®lo "la punta, de un iceberg" y que es imposible saber hasta d¨®nde se extender¨¢ la enfermedad. El doctor Robert Gallo, del Instituto Nacional del C¨¢ncer y uno de los descubridores del virus del SIDA, afirma lo siguiente: "Creo firmemente que con el tiempo y con el suficiente contacto heterosexual con los afectados, este virus se va a extender gradualmente a todas las capas de la poblaci¨®n si antes no hacemos algo". Sin embargo, la enfermedad no se ha extendido de una forma significativa a la poblaci¨®n en general en EE UU y hasta ahora s¨®lo un 1% de los casos ha sido transmitido por contactos heterosexuales.
El miedo y el prejuicio ante lo desconocido -se calcula que antes de dos o tres a?os no habr¨¢ una vacuna eficaz contra este azote- no tienen l¨ªmites incluso en una sociedad tan avanzada como la norteamericana. De nada. sirve que el centro de control de enfermedades infecciosas de Atlanta haya dicho que los ni?os que sufren el SIDA (183 en 23 Estados) deben acudir al colegio y no constituyen un peligro para el resto.
Ryan White, de 13 a?os, v¨ªctima de la enfermedad, se ha convertido en una figura nacional porque su escuela en Kokomo (Indian¨¢polis) le ha impedido comenzar el curso. Sigue las clases desde su casa mediante un tel¨¦fono y un ordenador. Sus padres han demandado a la direcci¨®n del colegio por discriminaci¨®n. En Nueva York, cerca de 18.000 escolares se negaron el lunes a volver a su colegio despu¨¦s de las vacaciones en protesta por la admisi¨®n de un alumno no identificado que padece el SIDA. Tras la sorpresa de Rock Hudson, v¨ªctima de la nueva plaga, las actrices de Hollywood dudan en besar a los galanes. En California se advierte a la polic¨ªa que el boca a boca para reanimar heridos es peligroso.
La archidi¨®cesis de Nueva York se ha echado atr¨¢s de sus planes de establecer un centro para v¨ªctimas del SIDA en un antiguo convento, junto a la escuela cat¨®lica de una parroquia. Los padres de los ni?os amenazaron con sacar a sus hijos del colegio si se abr¨ªa el refugio. El Estado de Colorado obligar¨¢ a los m¨¦dicos y laboratorios a comunicar los nombres de los afectados por el SIDA, que mantendr¨¢ en una lista que asegura ser¨¢ confidencial, pero que para los cr¨ªticos de la medida puede provocar discriminaci¨®n.
An¨¢lisis a los reclutas
El Pent¨¢gono ha decidido que los m¨¢s de 300.000 reclutas que ingresan anualmente en los diversos ej¨¦rcitos pasen un an¨¢lisis de sangre para ver si han estado expuestos al SIDA. Si las pruebas resultan positivas deber¨¢n abandonar el Ej¨¦rcito. El Gobierno est¨¢ pensando incluso en extender esta prueba a los 2,1 millones de ciudadanos que trabajan en las Tuerzas Armadas.
Las funerarias est¨¢n cobrando 1.000 d¨®lares -unas 173.000 pesetas- m¨¢s por embalsamar a las v¨ªctimas del SIDA. Equipos de televisi¨®n en Nueva York y Washington se han negado a filmar a personas con la enfermedad. Un hombre en Virginia tuvo que pedir por correo sus bonos de beneficencia para la comida porque los empleados de la oficina de la Seguridad Social se negaban a recibir a una persona con SIDA. Las residencias de ancianos no aceptan a v¨ªctimas del s¨ªndrome. Una profesora asegur¨® que no volver¨¢ a limpiar las l¨¢grimas a los ni?os, despu¨¦s de o¨ªr que el virus hab¨ªa sido hallado en ellas.
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