El Osasuna sorprendi¨® al Bar?a con un juego t¨¦ y cinco y ofensivo
En Pamplona ya tienen la soluci¨®n. Cada vez que alguien se tira en el ¨¢rea, el p¨²blico ya no grita ?cuento, cuento!". No; el jugador -hipocondriaco se levanta al estent¨®reo grito de "?SlDA, SIDA!". El Camp Nou era ayer una epidemia en los alrededores de Biurrun. Marcos, Rojo, Esteban, Marcos... Todos quer¨ªan que Socorro les lavara la cara. El p¨²blico le sigui¨® la corriente y pidi¨® seis m¨¢ximos castigos; Venables, s¨®lo dos. Ni hubo uno solo ni los merecieron. Osasuna sali¨® entre los aplausos de un p¨²blico que se aprendi¨® los nombres navarros sobre la marcha. Porque son gente tan oscura que s¨®lo juega en las subselecciones espa?olas. All¨ª deben de ser los mejores, los Unzu¨¦ y Goikoetxea en juveniles y en menores de 21 a?os los Ib¨¢?ez, que ensombreci¨® a Rojo; De Luis, que inutiliz¨® a Marcos, anta?o Lumbreras, y, sobre todo, Bustingorri, un apellido demasiado complicado para el encargado de marcarlo, si es que lo hab¨ªa. Ning¨²n jugador del Bar?a lo consigui¨® ayer y ello llev¨® a Osasuna a un empate bonito, justo y merecido.
Osasuna, el equipo m¨¢s parco en goles de la Liga espa?ola -s¨®lo uno en tres partidos- sorprendi¨® con un juego ofensivo y t¨¦cnico. Gente tan joven, tan seria y tan an¨®nima realiz¨® un f¨²tbol perfecto, pese a llevar un gol en contra a los 10 minutos. El Bar?a sali¨® con la misma confianza que llev¨® el p¨²blico, con un Schuster suelto y con la capacidad de seguir dejando con la boca abierta por su facilidad para poner un bal¨®n en los pies a 40 metros. No era suficiente. Osasuna se desdoblaba bien, se pasaba con tranquilidad el bal¨®n, en corto y por bajo. En la tauromaquia habr¨ªa sido una buena faena de ali?o: bajar los humos a la bestia negra y luego torear de naturales. Lleg¨® la igualada y poco despu¨¦s el 1-2. Los periodistas navarros -esta vez no hubo seguidores en las gradas- saltaban de alegr¨ªa. Y el m¨¢s veterano le aconsej¨® al joven: "?Ten cuidado, no nos pase como a Stein!".
A los cinco minutos de la continuaci¨®n, el p¨²blico ya no aguant¨® m¨¢s y comenz¨® a abroncar a un Bar?a desligado, apelotonado en el centro y sin aprovechar un desordenado repliegue de Osasuna. En un barullo lleg¨® el empate, pero el juego del Barga no mejor¨¦.
En los ¨²ltimos 15 minutos hubo mucha precipitaci¨®n local, mucho SIDA y, sobre todo, poco V¨ªctor. El castigo que le hab¨ªa preparado Venables se tom¨® triunfo. No ha perdido fama ni dinero y quiz¨¢s habr¨ªa sujetado un poco a un chaval que se llama Bustingorri.
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