Ginebra es a¨²n s¨ªmbolo de esperanza

ENVIADO ESPECIAL

Dirigentes estadounidenses han afirmado en los ¨²ltimos d¨ªas que esperan conseguir avances en la tercera ronda de las conversaciones sobre control de armas nucleares y espaciales, que comienza el pr¨®ximo jueves en Ginebra. La nueva ronda se presenta inevitablemente ligada a los preparativos de la reuni¨®n que el presidente de EE UU, Ronald Reagan, y el l¨ªder sovi¨¦tico, Mijail Gorvachov, celebrar¨¢n en noviembre en la misma ciudad suiza.

Ronald Reagan manifest¨® el pasado s¨¢bado en Washington que "ha llegado el momento de que ambas partes avancen". El presidente de EE UU hizo esta declaraci¨®n al t¨¦rmino de una entrevista con los delegados norteamericanos que negocian en Ginebra, encabezados por el embajador Max Kampelman. Previamente, Reagan invit¨® a los l¨ªderes sovi¨¦ticos a concretar en propuestas las ofertas de reducci¨®n de arsenales que han hecho en las ¨²ltimas semanas.

Del mismo modo, el director de la Agencia para el Control de Armamentos, Kenneth Adelman, manifest¨® la semana pasada a un grupo de periodistas de pa¨ªses de la OTAN que Estados Unidos "espera que en la tercera ronda de las conversaciones de Ginebra los sovi¨¦ticos se comprometan a conseguir profundas reducciones de los arsenales existentes, para evitar la erosi¨®n del tratado ABM,(sobre defensa anti-misiles), y a aceptar la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) norteamericana".

Las conversaciones de Ginebra permanecen estancadas desde que fueron inauguradas el pasado mes de marzo. La tercera ronda se inicia bajo los auspicios m¨¢s favorables de la cumbre que los l¨ªderes de las dos potencias, Mijail Gorvachov y Ronald Reagan, celebrar¨¢n los pr¨®ximos 19 y 20 de noviembre en Ginebra.

Altos funcionarios estadounidenses reiteraron la pasada semana en Washington el mismo enfoque de este encuentro que expusieron en Helsinki el pasado 20 de julio, tras la entrevista que el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, y su hom¨®logo sovi¨¦tico, Eduardo Sheverdnadze, celebraron en la capital finlandesa: Estados Unidos no espera resultados inmediatos de esa cumbre en el campo del control de armamentos, pero no descarta que haya avances en los problemas bilaterales.

Las mismas fuentes consultadas desestimaron la posibilidad de que la prueba antisat¨¦lite (ASAT) del s¨¢bado tenga un efecto negativo sobre los preparativos de ese encuentro. "No creo que la prueba les sorprenda (a los sovi¨¦ticos), ni que les irrite, ni que haga en absoluto que las cosas se agraven", dijo Adelman, tras desechar las protestas sovi¨¦ticas como pura propaganda dirigida a la opini¨®n p¨²blica. "En segundo lugar", prosigui¨®, "creo que no ser¨ªa adecuado empezar una negociaci¨®n renunciando unilateralmente a cosas".

Los cr¨ªticos estadounidenses de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica estiman que Washington deber¨ªa negociar de inmediato una limitaci¨®n de dicho proyecto al campo de la investigaci¨®n pura, a cambio de una fuerte reducci¨®n de los arsenales de las dos potencias. El doctor John Steinbruner, director del Departamento de Pol¨ªtica Exterior de la Brookings Institution, una fundaci¨®n privada, manifest¨® al citado grupo de periodistas de pa¨ªses de la OTAN que la cumbre Reagan-Gorbachov marcar¨¢ un momento "cr¨ªtico" en ese sentido, ya que los sovi¨¦ticos van a presionar para obtener resultados concretos de la misma.

La Administraci¨®n Reagan sostiene que la SDI es ya un programa puramente investigativo, pero a?ade que podr¨¢ ser realizado hasta el punto mismo de la eventual decisi¨®n de su despliegue sin quebrantar las limitaciones que el tratado ABM de 1972 impone en materia de prueba de armas antimisiles. Adelman respondi¨® con un "s¨ª" inequ¨ªvoco al ser preguntado por este tema. La Union of Concerned Scientists (UCS), un movimiento de oposici¨®n a la SDI que agrupa a cient¨ªficos relevantes que, en algunos casos, tuvieron responsabilidades en anteriores Administraciones norteamericanas, sostiene que las pruebas antisat¨¦lite son la ¨²nica puerta que el tratado ABM dej¨® abierta para el desarrollo y prueba de armas antimisiles, ya que un arma antisat¨¦lite no es necesariamente un arma ABM, pero puede tener las mismas caracter¨ªsticas que ¨¦stas. El tratado limita el desarrollo y prueba de las segundas, pero no de las primeras.

La UCS, en la que participan hombres como Hans Betue, antiguo jefe de divisi¨®n en el proyecto Manhatann, que cre¨® la bomba at¨®mica, y Richard Garwin, asesor de la Administraci¨®n durante los a?os sesenta, afirma, en consecuencia, que la negativa de la Administraci¨®n Reagan a negociar las pruebas antisat¨¦lites se explica fundamentalmente por su determinaci¨®n en llevar a cabo la SDI. La ¨²ltima prueba Asat confirma esa tendencia.

El secretario de Defensa, Caspar Weinberger, manifest¨®, por su parte, la semana pasada en Washington, que el presidente se mantiene firme en el tema de la SDI, y a?adi¨® refiri¨¦ndose a la ¨²ltima oferta de Gorbachov de aceptar un proyecto puramente investigativo: "Hay todo tipo de indicios de que la m¨¢quina de propaganda sovi¨¦tica est¨¢ lanzando un mont¨®n de ofertas, mientras esgrime la esperanza quim¨¦rica de que se consigan a cambio algunas reducciones importantes de otros tipos de armas".