El ministro de Defensa franc¨¦s admite la posibilidad de que le hayan enga?ado en el 'caso Greenpeace'
El ministro de Defensa franc¨¦s, Charles Hernu, rompi¨® ayer su silencio en torno al esc¨¢ndalo del Rainbow Warrior con un comunicado oficial en ¨¦l que afirma que la Direcci¨®n General de la Seguridad del Estado (DGSE) envi¨® a Nueva Zelanda dos equipos (y no tres, como asegur¨® el martes el diario Le Monde), y que "ning¨²n servicio u organismo dependiente de este ministerio recibi¨® la orden de atentar contra el barco ecologista. Hernu dej¨®, sin embargo, muchos interrogantes abiertos al a?adir. "Si se han desobedecido mis ¨®rdenes, si me han mentido, lo har¨¦ saber inmediatamente y pedir¨¦ al Gobierno que act¨²e en consecuencia".
El ministro no anunci¨® acciones legales contra Le Monde o contra el semanario sat¨ªrico Le Canard Encha?n¨¦, pese a que ambos aseguran que las bombas fueron colocadas por dos submarinistas de combate que se encuentran, sanos y salvos, de regreso en Francia, y que la operaci¨®n tuvo que haber sido aprobada por altas jerarqu¨ªas militares y, posiblemente, por el propio Hernu.El ministro de Defensa dio a entender que todo el esc¨¢ndalo est¨¢ relacionado con una campa?a contra la fuerza de disuasi¨®n nuclear de Francia: "No puede ser casualidad que todos aquellos a quienes se ataca sean hombres de la cadena nuclear", afirm¨®. "Les pido que nadie caiga en la trampa de un ataque encubierto a nuestra fuerza at¨®mica".
[La cadena de televisi¨®n norteamericana CBS ha informado que los servicios secretos brit¨¢nicos y la CIA colaboraron con los franceses en el sabotaje del barco de Greenpeace.]
Las declaraciones de Hernu, que se produjeron pocas horas despu¨¦s de una reuni¨®n del Consejo de Ministros, eran esperadas con gran expectaci¨®n. Las revelaciones de Le Monde han levantado una gran polvareda pol¨ªtica, que afecta no s¨®lo al propio ministro, sino tambi¨¦n al presidente Fran?ois Mitterrand.
La oposici¨®n compar¨® ayer el esc¨¢ndalo del Rainbow Warrior con el caso Watergate, que le cost¨® la presidencia de Estados Unidos a Richard Nixon. Para los portavoces de la derecha, lo importante es que alguien est¨¢ mintiendo y que ese alguien puede ser el propio Mitterrand.
La intervenci¨®n de Hernu result¨® decepcionante. El ministro no aport¨® ning¨²n dato nuevo a la versi¨®n oficial difundida el pasado mes de agosto. Reconoci¨® que hab¨ªa autorizado el env¨ªo a Nueva Zelanda del falso matrimonio Turenge y de los tripulantes del velero Ouvea, pero admiti¨®, en dos ocasiones, la posibilidad de haber sido enga?ado: "Si se revela, e insisto en que no hay pruebas, que se han cometido faltas, que no se han cumplido mis ¨®rdenes o que se me ha mentido, ser¨¦ implacable en mi funci¨®n, en inter¨¦s de la credibilidad de nuestro sistema de defensa".
Result¨® tambi¨¦n sorprendente que el ministro afirmara, dos meses despu¨¦s del atentado, que "se har¨¢ todo lo necesario para descubrir la verdad", como si todav¨ªa no tuviera la seguridad de que su propia versi¨®n de los hechos es la aut¨¦ntica.
Charles Hernu defendi¨® vigorosamente a los oficiales, suboficiales y soldados que "sirven a Francia", y advirti¨® que ser¨¢ "totalmente intransigente, desde todos los puntos de vista, para defender a las fuerzas armadas y a las instituciones de la Rep¨²blica, tan intransigente como ser¨¦ en la b¨²squeda de la verdad".
El ministro insisti¨® en que existe una diferencia abismal entre enviar a Nueva Zelanda un equipo de informaci¨®n y ordenar que se cometa un atentado, e insinu¨® que todo el esc¨¢ndalo est¨¢ rodeado de una gran malignidad. "Hay una gran diferencia entre las acusaciones que se hacen contra la DGSE y el verdadero fondo de este asunto", dijo. Hernu exigi¨® que se respetara la presunci¨®n de inocencia del comandante Mafart y de la capitana Prieur, detenidos en una prisi¨®n de alta seguridad de Nueva Zelanda, y a?adi¨® que es "una irresponsabilidad" publicar extremos sobre los que no hay pruebas, pero que pueden comprometer la suerte de los dos agentes.
El diario Le Monde, por su parte, reiter¨® ayer la informaci¨®n publicada la v¨ªspera y a?adi¨® nuevos detalles; entre otros, que el equipo electr¨®nico Satnav con que fue equipado el Ouvea fue comprado en Port Bou (Espa?a).
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