'Le Monde' asegura que Hernu orden¨® hundir el 'Rainbow Warrior' sin saberlo Mitterrand
Dos agentes de la Direcci¨®n General de la Seguridad Exterior (DGSE, servicio secreto franc¨¦s) y un tercer militar han sido detenidos y acusados de haber proporcionado a la Prensa importantes datos sobre el hundimiento del Rainbow Warrior, buque de la organizaci¨®n ecologista Greenpeace.
El diario Le Monde, que fue el primero en asegurar que el atentado fue cometido por agentes franceses, continu¨® ayer sus revelaciones: la orden de hundir el barco, sugiere, parti¨® del entonces ministro de Defensa, Charles Hernu, sin que el presidente, Fran?ois Mitterrand, ni el primer ministro, Laurent Fabius, fueran informados.Los franceses est¨¢n ya acostumbrados a despertarse cada ma?ana con un nuevo sobresalto. Ayer fue la noticia de que las filtraciones sobre la operaci¨®n Greenpeace, organizaci¨®n ecologista propietaria del Rainbow Warrior, no procedieron, como algunos aseguraban, de medios pr¨®ximos al ministro del Interior, Pierre Joxe, sino de los propios servicios de espionaje. Dos agentes, uno de los cuales ha sido identificado como el capit¨¢n Borras, se pusieron en contacto con un intermediario -un capit¨¢n en la reserva, que ya estuvo mezclado en otro esc¨¢ndalo- para revelar a la Prensa la existencia del tercer equipo, es decir, el encargado de colocar las bombas bajo el casco del barco. El capit¨¢n Borras proporcion¨® tambi¨¦n la identidad de los dos saboteadores, un capit¨¢n y un sargento de la base de submarinistas de combate de Aspretto. El tercer militar detenido a instancias del Ministerio de Defensa parece ser un coronel.
Los dos informadores han sido descubiertos "tras una larga investigaci¨®n" y se encuentran detenidos, "no s¨®lo por el delito que han cometido, sino tambi¨¦n por su propia seguridad", aseguran fuentes de la DGSE. Al parecer, sus colegas piensan que son dos traidores, porque pusieron en peligro la vida del comando y violaron el llamado secreto de Defensa.
La rapidez con la que el Servicio de Seguridad de la DGSE ha logrado identificar la fuente de las filtraciones contrasta con la lentitud de que dieron prueba a la hora de informar al presidente sobre lo ocurrido. Seg¨²n Mitterrand, dos meses y medio despu¨¦s del hundimiento del Rainbow Warrior, nadie le hab¨ªa dicho a¨²n qui¨¦nes pusieron los explosivos.
La versi¨®n seg¨²n la cual el presidente estuvo al margen de la operaci¨®n, al igual que el primer ministro, recibi¨® ayer un refuerzo con las revelaciones de Le Monde. El diario afirma que las ¨®rdenes partieron de Hernu y que el general Jean Saulnier (en aquel entonces jefe del Estado Mayor particular del El¨ªseo) y el general Jeannou Lacaze "estuvieron al corriente". El peri¨®dico explica, sin embargo, que las ¨®rdenes son verbales y que no implican forzosamente "una traducci¨®n t¨¦cnica adecuada".
Este relato de los hechos tiene la ventaja de dejar al margen tanto a Mitterrand y a Fabius como a la c¨²pula del Ej¨¦rcito, que presuntamente obedeci¨® ¨®rdenes del ministro, pero presenta el inconveniente de que exige grandes dosis de buena fe.
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