El Gobierno intenta que un avi¨®n militar lleve a Canarias a los seis pescadores retenidos

El Gobierno intenta conseguir que un avi¨®n militar espa?ol traslade directamente a Canarias, desde Argelia, a los seis pescadores espa?oles en poder del Frente Polisario, junto con el cad¨¢ver del contramaestre del pesquero El Junquito. La entrega de los pescadores y de los restos mortales de Guillermo Batista se efectuar¨¢n este fin de semana, probablemente el s¨¢bado, en alg¨²n campamento del Polisario pr¨®ximo a la ciudad sahariana argelina de Tinduf. Ayer prosegu¨ªan contra reloj, en la representaci¨®n diplom¨¢tica espa?ola en Argel, las negociaciones para fijar los detalles de esta entrega, de la que ser¨¢n testigos numerosos periodistas espa?oles que hoy viajar¨¢n a Tinduf.

El Frente Polisario, que intenta rodear el acto del mayor aparato propagand¨ªstico posible, se muestra herm¨¦tico sobre los detalles de la devoluci¨®n de los pescadores. Su portavoz de prensa, Brahim Salem, manifest¨® ayer en Argel desconocer los pormenores de la entrega, si bien precis¨® que se har¨ªa en los "territorios liberados" saharauis pr¨®ximos al enclave militar argelino de Tinduf, adonde pueden haber llegado ya los pescadores espa?oles despu¨¦s de un viaje de varios d¨ªas por el desierto.De c¨®mo se organicen finalmente estos detalles depender¨¢ la presencia o no en el lugar de la entrega del embajador de Espa?a en Argelia, Eduardo de Zulueta.

Se da como segura, sin embargo, la asistencia del director general de Asuntos Consulares o del responsable de la Direcci¨®n de Asuntos Africanos.

El Gobierno de Madrid pretende que la presencia de los representantes espa?oles no sea utilizada como arma propagand¨ªstica por el Frente Polisario, y que todo transcurra de la manera m¨¢s sencilla y r¨¢pida posible.

Al cierre de esta edici¨®n se esperaba la llegada a Argel de Ahmed Bujari, embajador volante de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica que ha llevado en Madrid las negociaciones con el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez.

Posibilidades remotas

Las posibilidades de que un avi¨®n militar espa?ol recoga en Tinduf a los seis pescadores y el c¨¢daver del contramaestre de El Junquito se consideran remotas en medios diplom¨¢ticos de la capital argelina. No hay precedente de que aeronaves militares extranjeras hayan aterrizado en este enclave militar argelino, casi 1.500 kil¨®metros al sur de la capital y zona lim¨ªtrofe con los territorios donde el Frente Polisario tiene instalados sus m¨¢s importantes campamentos. La posibilidad que se baraja como alternativa es que los pescadores espa?oles, tras su entrega formal en un campamento de los "territorios liberados", sean embarcados en Tinduf en un avi¨®n comercial rumbo a Argel y despu¨¦s a Espa?a.La representaci¨®n diplom¨¢tica espa?ola en Argel parece disponer de todas las garant¨ªas sobre la total seguridad de los tripulantes de El Junquito y sobre el hecho de que la entrega del c¨¢daver del contramaestre del pesquero ametrallado el viernes pasado se har¨¢ simult¨¢neamente a la del resto de la tripulaci¨®n.

El Frente Polisario, cuyos representantes en Argel est¨¢n encargados de organizar la entrega a Espa?a de los pescadores atacados por sus unidades, reiter¨® ayer por boca de su portavoz que no se puede analizar el tr¨¢gico incidente sin considerar sus causas.

Para el Polisario, que culpa indirectamente a los medios informativos espa?oles de distorsionar la verdad, el pesquero canario faenaba en un ¨¢rea cuya consideraci¨®n de zona de guerra es p¨²blica y notoria.

Argel -atento ahora a la escalada de la crisis libio-tunecina- mantiene una sordina evidente sobre el incidente y sus consecuencias.

La prensa de la capital se limita a reproducir escuetamente el comunicado del Frente Polisario en el que los saharauis se atribu¨ªan la acci¨®n militar y explicaban exculpatoriamente c¨®mo se produjo.

El Gobierno de este pa¨ªs norteafricano mantiene su doctrina tradicional de no tener nada que ver con las acciones armadas del Frente Polisario, brazo pol¨ªtico militar de la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica, que cuenta con embajada propia en Argel.

Hasta tal punto parece llevarse oficialmente una pol¨ªtica de distanciamiento que la llegada a Argel de un redactor y un fot¨®grafo de EL PA?S se vio marcada por un incidente en el curso del cual el periodista enviado especial se vio amenazado con la expulsi¨®n inmediata. Cuando el fot¨®grafo de EL PA?S, Bernardo P¨¦rez, se dispon¨ªa a abandonar el aeropuerto, fue interceptado por dos agentes de paisano, que retuvieron su pasaporte y cuya mayor preocupaci¨®n durante un interrogatorio que dur¨® casi media hora era saber si se iba a someter a "alg¨²n juicio" a los pescadores espa?oles.

"Rutina policial"

La petici¨®n por parte del redactor de explicaciones sobre este interrogatorio, que los funcionarios atribuyeron a "rutina policial" motiv¨® una brusca advertencia de si quer¨ªa "abandonar inmediatamente" el pa¨ªs. Al preguntar si se trataba de una amenaza formal, el enviado especial, apartado a la fuerza del escenario de los hechos, recibi¨® la respuesta de "t¨®melo como quiera".Despu¨¦s de reitaradas preguntas girando alrededor del mismo tema y antes de dar por zanjado el incidente, los agentes argelinos preguntaron directamente al enviado de EL PA?S si sab¨ªa "d¨®nde y cu¨¢ndo" se iba a producir la entrega de los pescadores.