Inc¨®gnitas del presupuesto
PESE A que los Presupuestos Generales del Estado han sido presentados ya en las Cortes y a la opini¨®n p¨²blica, todav¨ªa la informaci¨®n proporcionada a los medios de comunicaci¨®n es parca, e induce m¨¢s a interpretaciones que a an¨¢lisis definitivos.Sin embargo, es posible corroborar algunas de las ideas expresadas anteriormente: los presupuestos de 1986 no son expansivos, es decir, no son unos presupuestos cl¨¢sicos para un a?o electoral, sino, por el contrario, un instrumento que persevera en el ajuste. Una vez que Miguel Boyer hizo del programa electoral del PSOE un documento vac¨ªo, los socialistas iniciaron, con la legislatura, una pol¨ªtica econ¨®mica basada en el rigor, hasta tal punto que en muchas ocasiones se record¨® su parecido con el de los programas de estabilizaci¨®n cl¨¢sicos. Tras la crisis de Gobierno se puede afirmar que la pol¨ªtica econ¨®mica es continuista y que sus bases ideol¨®gicas est¨¢n m¨¢s cerca, en muchos aspectos, del conservadurismo liberal que de las socialdemocracias.
Otro aspecto positivo es la mayor limpieza del presupuesto respecto a los documentos de a?os anteriores. En ¨¦l se exponen algunas partidas -coste de la operaci¨®n del gas con Argelia, coste del seguro de cambio en el negocio de las autopistas- que, en el pasado, formaban parte de los innumerables cr¨¦ditos extraordinarios, que se tramitaban en las Cortes, muchas veces en silencio o por la puerta trasera. Pero mientras el ministro de Econom¨ªa y Hacienda no haga una exposici¨®n p¨²blica y detallada en las Cortes de los objetivos macroecon¨®micos, seguir¨¢n persistiendo muchas dudas. Quiz¨¢ la m¨¢s importante de ellas es la de qu¨¦ va a ocurrir en el futuro con el endeudamiento del Estado, c¨®mo se va a combatir el d¨¦ficit estructural de la econom¨ªa espa?ola, c¨®mo se va a compatibilizar una mayor flexibilidad en la financiaci¨®n al sector privado con un inveros¨ªmil esfuerzo en la financiaci¨®n del desequilibrio p¨²blico.
Conviene, adem¨¢s, disipar las dudas sobre si la lucha contra la inflaci¨®n de ejercicios pasados no ha generado un monstruo superior, como es el de unos gastos financieros del Estado que el pr¨®ximo a?o se incrementar¨¢n en m¨¢s del 28%. Tambi¨¦n ser¨¢ de utilidad conocer el razonamiento por el que el Ejecutivo ha llegado a la conclusi¨®n de que la inversi¨®n p¨²blica -que, en t¨¦rminos reales, se reducir¨¢ en casi un 30%- no genera empleo, teor¨ªa que contradice las posiciones tradicionales de los socialistas y las opiniones de los agentes econ¨®micos, tanto empresarios como centrales sindicales, convencidos de que el sector p¨²blico es una locomotora que reactiva la econom¨ªa y estimula la demanda. El Gobierno ha apostado muy fuerte para el pr¨®ximo a?o a que la inversi¨®n privada sea, casi en exclusividad, el motor del crecimiento, pero la realidad es que los excedentes empresariales, mejorados en los ¨²ltimos ejercicios, no est¨¢n generando m¨¢s inversi¨®n sino, casi en exclusividad, autofinanciaci¨®n y saneamiento interno de las sociedades.
?stas son, en s¨ªntesis, algunas de las importantes interrogantes que suscita un proyecto de presupuestos cuya principal virtud ha sido el haber sido presentado en el plazo constitucional previsto, lo que debe permitir un debate parlamentario sin premuras.
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