La industria de la RFA teme que EE UU aleje a Europa de sectores competitivos

La industria alemana occidental pide, antes de lanzarse a cooperar con Estados Unidos en la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI), garant¨ªas de que se producir¨¢n transferencias de tecnolog¨ªa. Curiosamente, representantes de la gran industria de la tecnolog¨ªa de punta en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) consideran que los esfuerzos de EE UU para atraer a empresas y fondos europeos a la SDI est¨¢n destinados a distraer a Europa de otros menesteres, como el mundo de los aviones comerciales o el lanzamiento de sat¨¦lites, campos que eran, hasta no hace mucho, monopolio estadounidense.

Los aviones aerob¨²s han invadido un mercado que era casi absolutamente norteamericano. En el terreno espacial, con los cohetes Ariane, Europa est¨¢ sentando lentamente las bases para competir con las capacidades norteamericanas de poner en ¨®rbita sat¨¦lites de gran peso. "EE UU no esperaba que funcionase tan bien", se?alan medios industriales alemanes occidentales. Europa est¨¢ muy adelantada en la producci¨®n de sat¨¦lites, como lo demuestra la familia del Spacebus, programa de sat¨¦lites de comunicaciones en el que colaboran principalmente la alemana Messerschmitt-Bolkow Blohin (MBB) y la francesa Aeroespatiale. Este ser¨¢ el gran negocio de los a?os noventa.El Gobierno de la RFA est¨¢ dividido sobre la actitud que debe adoptar ante la SDI. La canciller¨ªa (jefatura del Gobierno) -quiz¨¢ por una identificaci¨®n personal de Helmut Kohl con Ronald Reagan- es m¨¢s favorable a la participaci¨®n que los ministerios de Asuntos Exteriores o de Investigaci¨®n y Tecnolog¨ªa, que se inclinan m¨¢s hacia una dimensi¨®n europea. Las discrepacias son p¨²blicas y no se esc¨®nden. La reciente visita a EE UU de Horst Teltichik, asesor de Kohl para cuestiones de seguridad, "no consigui¨® todas las respuestas que buscaba de los norteamericanos".

La industria alemana occidental presiona para lograr un acuerdo marco que garantice, en caso de participaci¨®n, la transferencia de tecnolog¨ªa. "Sin una luz verde del Gobierno no participaremos", indican medios industriales, que consideran un error la actitud francesa seg¨²n la cual el Gobierno deja libertad a las empresas, ya que cons?deran que "Estados Unidos puede seleccionar lo que quiera y hacer lo que quiera".

"En lo que se refiere a compartir la tecnolog¨ªa entre Europa y EE UU, en vez de irhacia adelante se ha ido hacia atr¨¢s en los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os", indica un ingeniero de la MBB. Varias fuentes coinciden en que esta situaci¨®n est¨¢ relacionada con el espionaje tecnol¨®gico en Europa por parte del Este.

Casos reveladores

No obstante, hay casos reveladores. Dornier, por ejemplo, lleg¨® a un contrato con la Uni¨®n Sovi¨¦tica para realizar un simulador de vuelo. Estados Unidos vet¨® la venta de una parte de los ordena dores necesarios para el proyecto y acab¨® vendi¨¦ndolos directamente. Sin embargo, por parte de la Administraci¨®n de Bonn se asegura que "no est¨¢ probado que EE UU utilice el control de las exportaciones hacia el Este en beneficio de su propia tecnolog¨ªa".

Otro caso fue la misi¨®n cient¨ª fica del Spacelab I con pilotos europeos, en el invierno de 1983. Estados Unidos tard¨® casi un a?o en dar las cintas de informaci¨®n a la parte europea. MBB, por su parte, proporcion¨® algunos subsistemas para el sat¨¦lite Intelsat V. EE UU pudo penetrar en todos los sectores tecnol¨®gicos de la parte europea, pero la situaci¨®n inversa no se produjo.

La industria alemana occidental, en este terreno, busca establecer un acuerdo marco con EE UU para la SDI, al estilo del que promulg¨® la Agencia Espacial Europea (AEE) en enero de este a?o para la participaci¨®n europea en la estaci¨®n orbital de la NASA norteamericana. Dicha resoluci¨®n pide que "Europa pueda tener sin discriminaci¨®n acceso a todos los elementos de la estaci¨®n espacial en condiciones tan favorables como las que se aseguren a los usuarios americanos m¨¢s favorecidos y sobre una base de reciprocidad". El texto de la AEE ped¨ªa llegar a un "acuerdo satisfactorio sobre el reparto de la carga financiera y del nivel y las condiciones de las transferencias de tecnolog¨ªa".

Adem¨¢s, la industria de la RFA tiene cosas que aportar a la SDI. Siemens se considera entre las empresas en cabeza en el campo de la tecnolog¨ªa de las comunicaciones. En algunos sectores de la ¨®ptica, la RFA est¨¢ por encima de EE UU o de Jap¨®n. Una empresa como Dornier podr¨ªa aportar tecnolog¨ªa de sensores especiales o tecnolog¨ªa y t¨¦cnica de reconocimiento.

Pero la industria tendr¨¢ que esperar. La decisi¨®n del Gobierno de Bonn acerca de la SDI no llegar¨¢ hasta noviembre o incluso despu¨¦s. Y si se hace esperar es por las razones antes se?aladas y tambi¨¦n por la particular situaci¨®n de la RFA en el mundo occidental: el debate sobre la participaci¨®n en la SDI no es solamente econ¨®mico-tecnol¨®gico, sino tambi¨¦n pol¨ªtico-estrat¨¦gico, explican directivos de Siemens.