Cristina Iglesias: "El ¨¦xito no me sorprende"
La escultora Cristina Iglesias, nacida en San Sebasti¨¢n hace 28 a?os est¨¢ logrando lo que muy pocos creadores j¨®venes consiguen: el reconocimiento de la cr¨ªtica y el inter¨¦s del p¨²blico en la exposici¨®n que ahora presenta en la galer¨ªa Juana de Aizpuru, de Madrid. Sus trabajos en hierro, cemento o madera, coloreados con pigmentos naturales, han sorprendido muy positivamente a quienes se mueven dentro del, mundo y el mercado del arte. En medio de esta sorpresa, Cristina. Iglesias vive su ¨¦xito con la mayor naturalidad del mundo, al margen de todo aquello que no le dicte su intuici¨®n. "El ¨¦xito no me sorprende", declara.
Cristina Iglesias, cuenta que ¨¦sta es su primera exposici¨®n individual en Madrid, aunque ya pudieron verse esculturas suyas en la pasada edici¨®n de Arco 85 y en la muestra colectiva La imagen del animal. Arte prehist¨®rico, arte contempor¨¢neo. Fuera de Espa?a, su obra ha sido mostrada en el Van Abbemuseum de Einhoven (Holanda), en la galer¨ªa C¨®micos de Lisboa o en la Casa de Bocage de Set¨²bal.Cuando se le habla del ¨¦xito, esta mujer, que se confiesa tan t¨ªmida como trabajadora, dice, un tanto temerosa, que lo que espera es que su ritmo de trabajo no se vea alterado ni desorbitado. "La verdad es que nada de esto me ha sorprendido ni impresionado. No quiero que nadie vea pedanter¨ªa en lo que digo, pero la verdad es que no me sorprende especialmente la respuesta que est¨¢ teniendo mi trabajo". Lo que Cristina Iglesias dice tener muy claro es seguir ajena a las modas que pueda imponer el mercado del arte. "Creo que tampoco es necesario, porque si sigues esas pautas, que de hecho se producen, te puedes beneficiar econ¨®micamente durante un tiempo, pero no es eso lo que yo quiero hacer con la escultura".
Y lo que Cristina Iglesias dice y parece perseguir en el mundo del arte no est¨¢ en los beneficios econ¨®micos r¨¢pidos o en las espectaculares entradas en los museos. Ella misma pidi¨® a la galerista Juana de Aizpuru que los precios de sus esculturas que ocupan la galer¨ªa de arte madrile?a fueran razonablemente asequibles -los precios est¨¢n entre las 90.000 y las 250.000 pesetas- porque lo que me gustar¨ªa es que todo aquel que conecte con mi forma de ocupar el espacio pueda tener acceso a lo que yo hago.
Al hablar de lo que ella hace, Cristina Iglesias dice que en sus piezas no hay una intenci¨®n de significado. "No me interesa la representaci¨®n ni hay memoria figurativa en mis piezas. Lo que hay es una intuici¨®n y yo me dejo guiar por ella".
Es en esa intuici¨®n en la que vuelca su vida y forma de ser. "Yo ante todo, soy una mujer de mi tiempo, que participo en tod o aquello que me interesa. Es l¨®gico, entonces, que se note que mis esculturas est¨¦n hechas por una mujer con una cultura determinada y eneste momento concreto. Erimi obra est¨¢ todo aquello que, de al guna manera, despierta mi, sensibilidad".
Ritmo constante
Cristina Iglesias vive y trabaja en la casa que habita en la localidad madrile?a de Torrelodones desde hace casi.tres a?os. "Antes hab¨ªa pasado tres a?os en Londres y me vine a Madrid porque me parec¨ªa, y luego he comprobado que es as¨ª, que es una ciudad muy viva, en la que pasan muchas cosas. Adem¨¢s, te da la posibilidad del anonimato y el aislamiento, cosas m¨¢s dificiles de lograr en San Seb¨¢sti¨¢n, ciudad a la que echo mucho de menos porque adem¨¢s all¨ª est¨¢n mis padres y mis cinco hermanos".
En el estudio de su casa de Torrelodones, Cristina Iglesias mantiene un ritmo casi constante de trabajo, pese a que dice ser muy an¨¢rquica. "Hay veces que me encierro 12 horas seguidas y otras no aguanto m¨¢s de tres. Cuando trabajo m¨¢s a gusto es por la noche, porque mi ritmo vital es nocturno. Suelo empezar con una idea m¨¢s o menos clara de lo que voy a hacer y a partir de ah¨ª juego con los materiales y los colores. ¨²ltimamente trabajo mucho con, el cemento, sin moldes, directamente. Como cada pieza pasa por diferentes estados, puedo seguir la evoluci¨®n de varias piezas a la vez y la verdad es que me quedo absorta en el contacto con cada una de ellas. Es un juego fascinante que sigo seg¨²n un algo que surge de dentro de m¨ª, que parece que dirigiera mis actos, y que es la fuerza del proceso creativo".
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