Fernando Arrabal sorprende con su primer montaje como director de ¨®pera
El escritor Fernando Arrabal se estren¨® como director de ¨®pera con su puesta en escena de La vida breve, de Manuel de Falla, y Goyescas, de Enrique Granados. La direcci¨®n de Arrabal ha resultado, por lo menos, sorprendente para el p¨²blico del Opera Royal de Wallonie, en Lieja (B¨¦lgica), que tuvo al final de la primera representaci¨®n, el pasado jueves, largos y calurosos aplausos para el dramaturgo espa?ol.
Arrabal indic¨® que con este montaje pretend¨ªa hacer a la vez "un Falla que es espa?ol y universal". Para Arrabal esta obra est¨¢ llena de s¨ªmbolos alquimistas. Escrita en 1906, se trata de una obra de vanguardia en cuanto a su contenido musical.La obra de Falla, seg¨²n Arrabal, es "fuego y volc¨¢n, exilio y ra¨ªces, nostalgia y soledad". No resulta, pues, extra?o que Arrabal quisiera, desde hace a?os, montar esta ¨®pera. Los elementos fallianos est¨¢n presentes en un decorado de volc¨¢n y de basura. El pueblo de la tierra surge casi apocal¨ªpticamente amorfo y con vestido de lodo. Es tambi¨¦n la Granada m¨ªtica de Falla, explica Arrabal, que a¨²n no hab¨ªa visitado esa ciudad cuando escribi¨® la ¨®pera. A la muerte de Salud, la protagonista, un ni?o rubio se acerca y le pone un pa?o sobre la cara, del que, al modo de Cristo, surge la imagen de Falla.
El p¨²blico que lee el folleto cl¨¢sico sobre el libreto de Fern¨¢ndez Shaw se queda sorprendido ante lo que aparece sobre el escenario, los decorados de Diego Etcheverry e Isabel Echarri y la coreograf¨ªa de Juan Giliano. Todo ello da nueva vida a La vida breve.
Algo similar ocurre con Goyescas -historia de celos y amor, de toreros y majas-, que se transforma en un juego de elementos y en una encarnaci¨®n de la vida de Granados, cuya muerte se simboliza por el paso de un barco torpedeado al caer el tel¨®n, como le ocurri¨® al compositor en la vida real. Arrabal, sin embargo, ha hecho pocas concesiones a Goya, guardando s¨®lamente algunos de sus s¨ªmbolos, como la mujer que lleva una silla sobre la cabeza y representa al miedo. La mujer lleva tambi¨¦n en sus brazos un torpedo, torpedo que acab¨® con Granados e imagen del miedo a la guerra y a lo nuclear.
Entre las voces, muy desiguales, cabe destacar la del mexicano Yordi Ramiro y la de Marie Manzat, del Opera de Wallonie. El calor de los aplausos del p¨²blico, que pidio a gritos que Arrabal saliera a saludar, denota, en principio, la buena acogida que tendr¨¢ esta versi¨®n de una obra inhabitual. El p¨²blico era de aficionados a la ¨®pera, no de aficionados al teatro.
Arrabal estaba satisfecho con su primera ¨®pera. Pero humano, muy humano, sufri¨® como un condenado durante toda la representaci¨®n, mostrando luego el pa?uelo completamente desgarrado por sus nervios.
La vida breve y Goyescas estar¨¢n en Lieja, en el marco del festival Europalia-Espa?a 1985, hasta el 26 de octubre, para pasar a Charleroi, primero, y luego, en Francia, a Lille y Naney. Se ha establecido contacto con Arrabal para montar La vida breve, en esta escenificaci¨®n, al aire libre en Granada. "Quedar¨ªa a¨²n mejor al aire libre", coment¨® el escritor.
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