Un programa electoral radical dio origen a las FP-25, seg¨²n la polic¨ªa portuguesa
Otelo Saraiva de Carvalho, teniente coronel en activo del Ej¨¦rcito portugu¨¦s, acusado de fundar y dirigir al grupo terrorista Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25), al que se atribuyen seis asesinatos, 12 atentados y unos 70 atracos, concurri¨® a las elecciones presidenciales de junio de 1976 con un programa de izquierda radical que suscit¨® grandes adhesiones populares. De ¨¦l naci¨® m¨¢s tarde el Proyecto Global, que la polic¨ªa considera pantalla de las FP-25.
El m¨¢s famoso de los capitanes de abril, Otelo Saraiva de Carvalho, encarcelado en 1976 por excesos cometidos por el Copcon (el todopoderoso Comando Operacional del Continente, que protagoniz¨® los momentos m¨¢s calientes que siguieron a la revoluci¨®n de abril), aspira ese a?o a ocupar la presidencia de la Rep¨²blica, despu¨¦s de haber perdido toda influencia en el Ej¨¦rcito tras participar en la intentona comunista del noviembre anterior. Su campa?a electoral es espectacular. Explosiones de entusiasmo y recepciones apote¨®sicas jalonan su peregrinaje tras los votos. Su programa es radical y cae en terreno abonado. "En el Copcon, a lo largo de varios meses de per¨ªodo revolucionario, vivimos realmente la revoluci¨®n: en las f¨¢bricas; en las ocupaciones de casas; en los campos, en contacto con el proletariado rural; en el apoyo a la reforma agraria, en el sentido de dar la posesi¨®n de la tierra a aquellos que, a lo largo de decenas, centenas de a?os, fueron violentamente explotados por toda una clase dominante de latifundistas", recuerda a unas enfervorizadas masas a las que promete seguir el mismo camino."Durante el per¨ªodo de mi mando del Copcon, desde su fundaci¨®n hasta su extinci¨®n, mi lema fue siempre el mismo: en principio, los trabajadores tienen raz¨®n", manifiesta a un electorado que siempre se hab¨ªa sentido tratado como un cero a la izquierda.
Al final s¨®lo consigue un 16,5% de los sufragios, muy lejos del general Antonio Ramalho Eanes, que pasa a ocupar el palacio de Belem con el 56,4%, pero ha visto que tiene un lugar en el coraz¨®n de muchos portugueses. Cuatro a?os despu¨¦s apenas consigue el 1,5% de los votos. Otelo, que ya estaba militarmente en el ostracismo, es un hombre pol¨ªticamente muerto.
Como evoluci¨®n de aquel primer programa se concreta, entre 1979 y 1980, lo que hoy se conoce como Proyecto Global (PG), un plan para transformar, mediante la lucha armada, la democracia parlamentaria en una democracia popular. El proyecto concebido por Otelo Saraiva de Carvalho y otros -fundamentalmente, Pedro Goulart, Jos¨¦ Lui¨ªs de Mouta e Liz y Humberto Dinis Machado, los cuatro a quienes el Ministerio P¨²blico portugu¨¦s acusa de promover, fundar y dirigir las Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25)- no es discordante con una Constituci¨®n que, fruto natural y leg¨ªtimo de los fervores revolucionarios, consagra, hasta su revisi¨®n de 1982, el "camino hacia una sociedad sin clases".
El Proyecto Global, por el que ahora comparece ante la justicia, es una elaboraci¨®n te¨®rica concebida por un grupo de amigos de mente calenturienta y simplicidad mental -salvo una o dos excepciones, entre las que no est¨¢ el capit¨¢n de abril-, seg¨²n todas las fuentes consultadas. Sus mentores, con Otelo Saraiva de Carvalho a la cabeza, pretenden "hacer frente al avance y reimplantaci¨®n del fascismo en Portugal" y si es necesario "tomar el poder a trav¨¦s de una insurrecci¨®n, una revoluci¨®n socialista que permita la implantaci¨®n de un nuevo tipo de Estado y, en ¨¦l, de una sociedad de fraternidad y justicia".
Esperanzas decepcionadas
Los portugueses se sienten decepcionados por su clase pol¨ªtica, probablemente una de las m¨¢s ombliguistas del mundo. Las esperanzas suscitadas por la revoluci¨®n de los claveles se ven sistem¨¢ticamente decepcionadas. Hoy en d¨ªa, entrar en Portugal es hacerlo en la Espa?a anterior a la del desarrollismo de los a?os sesenta. El salario medio ronda las 30.000 pesetas, con una inflaci¨®n pr¨®xima al 20%, y el analfabetismo funcional afecta al 40% de la poblaci¨®n. Seg¨²n un estudio elaborado por el Sindicato de Cuadros T¨¦cnicos del Estado, publicado la pasada semana, el 6% de los funcionarios portugueses no sabe leer ni escribir. El paro alcanza al 11% de la poblaci¨®n laboral y la distribuci¨®n de la riqueza es latinoamericana. As¨ª, pues, no debe extra?ar que alguien, sin mucha capacidad anal¨ªtica o minusvalorando peque?os detalles como la pertenencia de Portugal a la OTAN o a la inminente integraci¨®n en la Comunidad Econ¨®mica Europea, se lance a la lucha armada para forzar un cambio.La estructura del plan es l¨®gica, si tiene l¨®gica el pensar que hoy sea posible instalar un r¨¦gimen de corte marxista en Portugal. El PG establece secciones legales de agitaci¨®n popular, en las que se encuadran los pol¨ªticos, y otras de actividad militar, integradas por los operacionales, seg¨²n la polic¨ªa, aunque Otelo desmiente esta versi¨®n y niega que su Proyecto Global tuviera ninguna vertiente armada. Tambi¨¦n se cuenta con una, a la postre decisiva, presunta complicidad en los cuarteles, de la que deber¨ªa nacer el futuro Ej¨¦rcito Popular Revolucionario. En el PG recalan gentes salvadas de entre los restos del naufragio del Partido Revolucionario del Proletariado, que tuvo conexiones con la actividad terrorista de la segunda mitad de la pasada d¨¦cada, y otras de origen desconocido.
La idea necesita liquidez para sobrevivir. Comienzan a producirse expropiaciones y recuperaciones de fondos, eufemismo empleado para definir los asaltos a bancos. Los operacionales del Proyecto Global -seg¨²n la polic¨ªa y la fiscal¨ªa, miembros del grupo terrorista FP-25- proveen de fondos al programa, mientras los pol¨ªticos se dedican a la labor de propaganda y agitaci¨®n en f¨¢bricas y barrios. Esta divisi¨®n del trabajo comienza a hacer agua al abandonar los pol¨ªticos su labor de base. Documentos aprehendidos por la Polic¨ªa Judicial a presuntos miembros de las FP-25 muestran que, desde 1981, los operacionales mantienen serias reservas con el modo de actuar de los pol¨ªticos.
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