Gorbachov afirma que desea "interrumpir la carrera armamentista y asegurar la paz"

Mijail Gorbachov y la delegaci¨®n oficial sovi¨¦tica, dirigida por el ministro de Asuntos Exteriores, Edvard Shevardnadze, llegaron ayer a Ginebra, en la v¨ªspera del encuentro entre el m¨¢ximo dirigente de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y el presidente norteamericano, Ronald Reagan. La primera sesi¨®n, de la que son anfitriones los norteamericanos, comienza a las diez de la ma?ana de hoy en el palacete Fleur d'Eau, en la ribera norte del lago Leman. Mijail Gorbachov acude a la ciudad suiza con el prop¨®sito de "interrumpir la carrera armamentista sin precedentes en el mundo y su extensi¨®n a nuevas esferas, liberar a la humanidad de la amenaza de la guerra nuclear y asegurar la paz y la continuaci¨®n de la cooperaci¨®n pac¨ªfica entre los pueblos".

Los portavoces oficiales sovi¨¦ticos no facilitaron ayer nuevos datos que pudieran esclarecer cu¨¢l va a ser el grado de acercamiento entre las dos superpotencias durante las conversaciones de sus m¨¢ximos dirigentes, hoy y ma?ana. Tanto Reagan como Gorbachov abandonar¨¢n Ginebra el jueves, el primero a las dos de la tarde, y el segundo, a mediod¨ªa, seg¨²n las previsiones. "Ambos dirigentes determinar¨¢n el desarrollo y el contenido de su encuentro", manifest¨® el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sovi¨¦tico, Vladimir Lomeiko, en una conferencia de prensa cuya protagonista fue la emigrante sovi¨¦tica de origen jud¨ªo Irina Grivnina. Tras un violento alboroto, Lomeiko abandon¨® la sala de Prensa poniendo al p¨²blico ante una disyuntiva: "Esta mujer est¨¢ furiosa. O ella o yo".El avi¨®n de Aeroflot que traslad¨® a Gorbachov desde Mosc¨² a Ginebra aterriz¨® en el aeropuerto de esta ciudad, pr¨¢cticamente tomado por la polic¨ªa con carros de combate, jeeps y francotiradores. Eran las 11.45 horas. Gorbachov descendi¨® las escalerillas acompa?ado de su esposa, Raisa, que se apoyaba en un brazo del dirigente y caminaba un poco m¨¢s atr¨¢s que ¨¦l. Raisa llevaba un abrigo gris amplio, con grandes pliegues y cuello de piel a juego con un gorro del mismo color ligeramente ladeado sobre la cabeza.

En el aeropuerto estaba el presidente de la Confederaci¨®n Helv¨¦tica, Kurt Furgler, y una compa?¨ªa de la guardia que rindi¨® honores. Gorbachov ley¨® una breve alocuci¨®n en la que, tras elogiar el estatuto de neutralidad permanente de los suizos, se?al¨® que, durante sus entrevistas con Reagan, se discutir¨¢n "cuestiones de la m¨¢xima importancia, cuya soluci¨®n determinar¨¢ en gran medida el desarrollo de los asuntos internacionales en general". En una alusi¨®n a la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica norteamericana (SDI), Gorbachov manifest¨® que la tarea prioritaria es "interrumpir la carrera armamentista sin precedentes en el mundo y su extensi¨®n a nuevas esferas, liberar a la humanidad de la amenaza de guerra nuclear y asegurar la paz y la continuaci¨®n de la cooperaci¨®n fruct¨ªfera entre los pueblos".

Reiterando las intenciones ya expresadas anteriormente, Gorbachov dijo que por parte sovi¨¦tica se buscar¨¢ un resultado "positivo" de la cumbre. Desde Mosc¨², el peri¨®dico Pravda, ¨®rgano del partido comunista, advert¨ªa ayer que no se ha de contar con "concesiones unilaterales". sovi¨¦ticas en Ginebra, y reprochaba a los norteamericanos el no haber recorrido la "mitad del camino" que les corresponde en la v¨ªa hacia el compromiso.

Agasajo en Le Reposoir

Gorbachov daba la impresi¨®n de no estar en plena forma f¨ªsica, ya que en dos ocasiones sac¨® un pa?uelo del bolsillo de su abrigo mientras se encontraba en el aeropuerto para sonarse en¨¦rgicamente la nariz.

Tanto los Reagan como los Gorbachov fueron recibidos en Le Reposoir, un palacio particular constru¨ªdo a mediados del siglo XVII para un militar genov¨¦s, donde el presidente Furgler y su esposa agasajaron a sus hu¨¦spedes, tras una ceremonia en el exterior, donde una banda militar toc¨® los himnos de ambas superpotencias, en ceremonias id¨¦nticas que se desarrollaron la una a continuaci¨®n de la otra y sin que Reagar¨ª y Gorbachov llegaran a encontrarse. Reagan llevaba un abrigo oscuro y una bufanda amarilla, y Nancy, su esposa, vest¨ªa un abrigo de armi?o y botines. Gorbachov, que llevaba el mismo abrigo gris con bufanda a cuadros a juego con los que descendi¨® del avi¨®n, se pein¨® al entrar en el palacio y meti¨® el peine en el bolsillo trasero del pantal¨®n. Tanto ¨¦l como su esposa dieron muestras de impaciencia a? firmar en el libro de honor. Al parecer, Gorbachov no lograba entender muy bien donde deb¨ªa firmar. Cuando Raisa, vestida con una blusa lila de seda y sin quitarse el gorro, escribi¨® su firma, alguien coment¨® que era "m¨¢s breve" que la de su marido, a lo que respondi¨® con una peque?a carcajada.

Por otra parte, Vladimir Lomeiko interrumpi¨® casi en su inicio la conferencia de prensa de ayer, por un alboroto provocado por Irina, Grivnina, a quien un polic¨ªa suizo hab¨ªa pedido que abandonara la sala. Grivnina, que representa a la revista derechista holandesa Elseviers, hab¨ªa sido advertida de que perder¨ªa su acreditaci¨®n si no se comportaba adecuadamente. En el aeropuerto, al llegar Gorbachov, Grivnina, desde la tribuna de Prensa, increp¨® al l¨ªder sovi¨¦tico grit¨¢ndole: "Si es verdad que est¨¢ a favor de la paz, ?por qu¨¦ no deja salir al premio Nobel de la Paz, Andrei Sajarov?".

Lomeiko acus¨® a Grivnina de utilizar cosas importantes para la humanidad para sus propios fines personales y de querer sabotear la conferencia de prensa, que finalmente qued¨® reducida a unos 10 minutos.