Los votantes suizos rechazan un proyecto de ley destinado a prohibir la vivisecci¨®n de animales
Los votantes suizos rechazaron ayer por gran mayor¨ªa un proyecto de legislaci¨®n destinado a prohibir la vivisecci¨®n de animales (disecci¨®n de animales vivos para hacer estudios e investigaciones). La iniciativa de introducir esta legislaci¨®n proven¨ªa del grupo defensor de los derechos de los animales encabezado por el naturalista Franz Weber, pero encontr¨® una fuerte oposici¨®n de las grandes industrias farmac¨¦uticas suizas e incluso del Parlamento helv¨¦tico, el Gobierno y los partidos pol¨ªticos.El proyecto necesitaba la aprobaci¨®n de la mayor¨ªa de los votantes, as¨ª como de la totalidad de los 26 cantones suizos. El 70,5% del m¨¢s de mill¨®n y medio de votantes se mostr¨® contrario a la ley, y ninguno de los cantones aprob¨® la propuesta.
Un segundo refer¨¦ndum sobre el tema se celebrar¨¢ el pr¨®ximo mes de mayo, esta vez auspiciado por la Sociedad de Protecci¨®n de Animales suiza, con una propuesta menos radical que la de Weber. Este ¨²ltimo intentaba conseguir la prohibici¨®n total de la vivisecci¨®n en cualquier tipo de vertebrados, as¨ª como de los experimentos que impliquen crueldad con los animales, mientras que en mayo lo que se pondr¨¢ a votaci¨®n es tan s¨®lo una dr¨¢stica reducci¨®n de las vivisecciones.
Las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas radicadas en Basilea lanzaron una larga y costosa campa?a hacia la opini¨®n p¨²blica defendiendo las ventajas de sus experimentos, argumentando que sin este tipo de experimentos se hacia pr¨¢cticamente imposible investigar sobre la curaci¨®n de enfermedades mortales como el c¨¢ncer o el s¨ªndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), lo que significar¨ªa un provecho para la competencia extranjera.
Contra las compa?¨ªas
A ra¨ªz de esta contraofensiva de las grandes compa?¨ªas farmac¨¦uticas, la campa?a de Weber se transform¨® en un ataque directo contra las mismas, olvid¨¢ndose del problema espec¨ªfico de la vivisecci¨®n y centr¨¢ndose en los efectos secundarios de algunas drogas o en la contaminaci¨®n qu¨ªmica causada por estas empresas. Weber insisti¨® en que la industria farmac¨¦utica es la que crea algunas de las nuevas enfermedades, asegurando que el SIDA naci¨® en un laboratorio suizo.El Gobierno desminti¨® que existiera ninguna prueba de que el SIDA hubiera sido un invento suizo, y recomend¨® a sus ciudadanos el voto negativo en el refer¨¦ndum, arguyendo que Suiza cuenta con una de las leyes m¨¢s restrictivas del mundo en materia de vivisecci¨®n, que reduce los experimentos a los que las autoridades consideran indispensables.
Quienes se opon¨ªan a la legislaci¨®n argumentaban asimismo que el t¨¦rmino cruel era excesivamente ambiguo.
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