Trabajo sin redondear

Nunca hasta ahora hab¨ªa dirigido Fr¨¹hbeck de Burgos la Orquesta de la RTVE. Han tenido que pasar siete a?os desde que dejase la titularidad de la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE) para su presentaci¨®n con la otra orquesta espa?ola. Las dos sinfon¨ªas escogidas compusieron un atractivo programa en el que, adem¨¢s, no es dif¨ªcil obtener un ¨¦xito. Fr¨¹hbeck lo consigui¨® y muchos bravos coronaron su versi¨®n de la m¨¢s popular de las sinfon¨ªas de Mahler, compositor a quien el propio director introdujo en Espa?a cuando aqu¨ª esa m¨²sica era s¨®lo patrimonio de unos pocos.El principal director invitado de la Sinf¨®nica de Washington no consigui¨® lo que Rostropovich, titular de la misma, logr¨® hace unos d¨ªas en un concierto en el que hizo tocar a la orquesta a un nivel bastante superior al habitual. En la Primera de MahIer se not¨® un esfuerzo que no se acab¨® de redondear, tanto por alg¨²n desajuste en la entrada de instrumentistas como en la definici¨®n del car¨¢cter de cada movimiento. En este sentido hay que citar que ni el lieder del segundo estuvo marcado en su ritmo de danza popular, ni se reflej¨® toda la iron¨ªa que Maliler introdujo en las m¨²sicas que se inmiscuyen en la marcha f¨²nebre hasta casi llegar a masacrarla.

La buena respuesta de maderas, metales y percusi¨®n permiti¨® en el ¨²ltimo movimiento amortiguar las dificultades de la cuerda aguda en los pasajes nada c¨®modos.

Mucho m¨¢s gris result¨® la realizaci¨®n de la obra de Beethoven, una sinfon¨ªa plena de una jovialidad y alegr¨ªa que no se logr¨® transmitir m¨¢s que en su ¨²ltimo tiempo, curiosamente el m¨¢s dif¨ªcil en su virtuosismo.