Irlanda del Norte, un obst¨¢culo desde 1970
Para una comunidad de apenas 1.600.000 habitantes es un orgullo especial clasificarse para un Mundial de f¨²tbol por segunda vez consecutiva. Irlanda del Norte, que estuvo en Espa?a 82 para poner en evidencia al equipo de Jos¨¦ Emilio Santamar¨ªa y para poco m¨¢s, logr¨® el pasaporte para M¨¦xico despu¨¦s de dos jornadas verdaderamente heroicas, primero ganando a Rumania en Bucarest y luego empatando con Inglaterra en el mism¨ªsimo estadio de Wembley. Con anterioridad a ¨¦sta su d¨¦cada dorada, ¨²nicamente hab¨ªa estado en un campeonato, el celebrado en Suecia en 1958. Ahora vuelve a cruzarse en el camino espa?ol.
Irlanda del Norte, una vez m¨¢s, super¨® a los otros irlandeses, Eire, que, con individualidades de la talla de Lawrenson, O'Leary, Brady y Stapleton, volvi¨® a fracasar en su intento mundialista. Irlanda del Norte, en cambio, sali¨® adelante. Podr¨ªa decirse que sus figuras s¨®lo son dos, Jennings y Whiteside, pero tienen un mayor peso espec¨ªfico en su equipo que las cuatro estrellas republicanas en el suyo. En el partido de Buc¨¢rest, el joven Neal Quinn, recientemente fichado por el Arsenal, marc¨® el gol de la victoria. Pero, tanto en Bucarest, como en Wembley, el verdadero art¨ªfice de la clasificaci¨®n no fue otro que el veterano Pat Jennings, el portero m¨¢s admirado en todo el Reino Unido.Alguien dijo un d¨ªa en el programa BBC Sports de la cadena brit¨¢nica, la emisi¨®n deportiva con mayor audiencia en el pa¨ªs, que si Jennings fuera una marca de whisky tendr¨ªa que llevar etiqueta negra y la leyenda de reserva especial. Jennings, a sus 40 a?os, est¨¢ a s¨®lo dos partidos del r¨¦cord mundial de internacionalidades, que sigue ostentando el sueco Bj¨²rri Nordqvist, con 115.El otro jugador b¨¢sico es Norman Whiteside, un talento natural de los que no salen a diario. Este muchacho, alto, fuerte y combativo, debut¨® en el Mundial de 1982 con casi, 17 a?os. Antes del encuentro frente a Honduras, en Zaragoza, Ron Atkinson, su entrenador en el Manchester United, dijo algo que entonces sonaba a apasionada exageraci¨®n: "F¨ªjense bien en ¨¦l y comprobar¨¢n que es mejor que George Best, m¨¢s completo, m¨¢s serio". Estaba en lo cierto.
Del resto del equipo, basta decir que la defensa es pr¨¢cticamente la misma: Jimmy Nicholl, O'Neil, McCIeland y Donaghy. Que del centro del campo hacia delante todo pivota en torno a Whiteside -a los viejos McIlroy y O'Neill se ha unido ahora Ian Stewart, el pulm¨®n del Newcastle- y que en punta nunca hay que olvidar a Gerry Arinstrong y Billy Hamilton, y que promete bastante el ya citado Quinn.
Curiosamente, entre estos hombres no figura Martin McGaughney, el delantero del Linfleld de Belfast, que en la temporada pasada fue el segundo mejor goleador de Europa y como tal recibi¨® recientemente en Par¨ªs la Bota de Plata. MeGaughney marc¨® 34 goles, pero esa cifra no parece haber impresionado lo m¨¢s m¨ªnimo al t¨¦cnico Billy Bingham, que s igue' fiel a su vieja guardia.
Billy, el hombre
Bylly Bingham es el director t¨¦cnico. Un hombre de 54 a?os, de mejillas sonrosadas, amable y tranquilo. Fue un buen jugador que prest¨® sus servicios al Gientoran, Sunderland, Luton, Everton y Port Vale, el segundo equipo de la ciudad de Stoke-on-Trent. Su mayor ¨¦xito ocurri¨® en la temporada 1962-1963 al ganar la Liga con el Everton. Empez¨® su carrera de entrenador en el Southport, pasando luego al Plymouth. En 1967, fue designado seleccionador de. Irlanda del Norte por primera vez. Permaneci¨® en el cargo hasta 1971. Despu¨¦s se hizo cargo de la selecci¨®n griega y volvi¨® al Reino Unido para dirigir al Everton, su m¨¢s secreto deseo. Los resultados no le acompa?aron y a finales de los a?os setentase enrol¨® en el Mansfield, equipo de una ciudad cercana a Nott¨ªngham que a la saz¨®n estaba en Segunda Divisi¨®n. En enero de 1980 fue reclamado nuevamente por la Football Assoc¨ªation de Belfast para sustituir a Danny Blanchflower. Al cabo de cuatro meses, Bingham consegu¨ªa para Irlanda del Norte el Campeonato Brit¨¢nico de selecciones, algo que no suced¨ªa desde 1914.
Contrariamente a lo que les ocurre a otros seleccion adores, Bingham no tiene problemas a la hora de confeccionar la alineaci¨®n. No hay mucho donde elegir y le basta con un placentero seguimiento y una convocatoria de alguien que haya hecho un par de cosas buenas ¨²ltimamente, por si alguno de los casi inamovibles titulares se lesiona o es sancionado. Para Bingham, no hay jugadores en baja forma. Recientemente declar¨® al respecto: "Ponerse la camiseta verde y rendir satisfactoriamente es todo uno".
Un 'gafe' para Espa?a
Espa?a no consigue ganar a Irlanda del Norte desde noviembre de 1970. En aquella ocasi¨®n, en partido valedero para la Eurocopa 72 y que se jug¨® en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, el barcelonista Joaqu¨ªn Rif¨¦ le hizo un c¨¦lebre marcaje al temible George Best.
En el Mundial 82 se registr¨® la consabida derrota por 0- 1 y en la m¨¢s reciente cita entre ambos equipos, el 27 de marzo pasado en Palma, hubo empate a cero.
En los enfrentamientos anteriores a 1970, Espa?a mantuvo firme el pulso. La primera vez, en Madrid, en 1958, gan¨® por 6-2. Luego, un 1-1 en Bilbao con gol de Amancio y, en octubre de 1963, victoria en el Windsor Park de Belfast (0- l) gracias Gento.
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