Acribillado a balazos en el centro de Nueva York el mafioso m¨¢s importante de Estados Unidos
Paul Big Paul Castellano, de 73 a?os, l¨ªder de la familia Gambino y el padrino m¨¢s importante de la Mafia norteamericana, cay¨® asesinado a balazos el lunes por la tarde en el centro de Manhattan (Nueva York), probablemente a manos de miembros de su propia organizaci¨®n que desean controlar el imperio criminal m¨¢s importante del pa¨ªs. Castellano muri¨® como suelen hacerlo los dirigentes mafiosos -como Carmine Galante, Albert Anastasia o Salvatore Maranzano- y con la precisi¨®n con que ha relatado el cine de Hollywood estos finales violentos de reinado.Junto al cad¨¢ver, la polic¨ªa encontr¨® un gran puro a medio fumar, las gafas negras de concha que usaba Castellano y una parte de su cerebro del tama?o de una pelota de ping-pong. Big Paul ya no podr¨¢ comparecer la pr¨®xima primavera en el juicio que se desarrollar¨¢ contra los nueve principales dirigentes del consejo de administraci¨®n de la Mafia, procesados el pasado febrero.
Tres asesinos, vestidos con gabardinas del tipo trinchera, esperaban al coche de Castellano, una lujosa limusina negra, cuando aparc¨®, en un lugar prohibido en la calle 46, junto a la Tercera Avenida, en el East Side de Manhattan, frente a un restaurante. Los autores de la ejecuci¨®n, llevada a cabo con gran profesionalidad, abatieron con seis tiros en la cabeza y en el pecho a Castellano en el momento en que ¨¦ste abr¨ªa la puerta del autom¨®vil. Su ch¨®fer, guardaespaldas y uno de los capitanes de la Mafia, Thomas Bilotti, de 45 a?os, corri¨® la misma suerte que su jefe. Incluso recibi¨® el mismo n¨²mero de impactos.
Los autores del crimen, de raza blanca, abrieron fuego con armas semiautom¨¢ticas que escond¨ªan debajo de las gabardinas, y huyeron en un coche negro que les esperaba en la esquina, amparados en la confusi¨®n de la hora punta del tr¨¢fico neoyorquino. En la ejecuci¨®n se utilizaron armas del calibre 38 y 32. El jefe mafioso qued¨® tendido en la acera, boca arriba, y con la cabeza apoyada en el asiento delantero derecho del coche. Vest¨ªa un elegante traje azul oscuro de mohair y ataba los pu?os de su camisa azul clara con unos gemelos italianos de 200 d¨®lares (unas 32.000 pesetas).
Paul Castellano estaba siendo juzgado estos d¨ªas en un tribunal de Nueva York por una operaci¨®n a gran escala de robo de autom¨®viles de lujo -que luego se vend¨ªan en el Pr¨®ximo Oriente- y conspiraci¨®n para cometer asesinatos y otros cr¨ªmenes. Sin embargo, sus abogados dijeron que las cosas iban bien para su defendido y que las pruebas aportadas no eran suficientes para condenarle.
"Esto puede ser el comienzo de una guerra", explic¨® a los periodistas Tom Sheer, un director adjunto del FBI, que acababa de sentenciar, todav¨ªa con el cad¨¢ver de Big Paul caliente, que "hasta hace dos horas Paul Castellano era el jefe de la m¨¢s grande familia criminal de Estados Unidos. No hab¨ªa otro mayor". Rudolph Giuliani, el fiscal del distrito Sur de Nueva York, que el pasado invierno logr¨® el procesamiento de los principales padrinos de la Mafia, manifest¨® que "estas cosas deben resolverse en un tribunal y no a balazos". Lo ocurrido, asegur¨®, no impedir¨¢ que se realice el juicio contra los grandes maflosos. Seg¨²n el director del FBI, las pruebas conseguidas en 19 meses de investigaci¨®n y mediante centenares de horas de grabaciones clandestinas, "exponen la estructura y la direcci¨®n del crimen organizado a una escala desconocida hasta ahora".
Un afable carnicero
Castellano, de profesi¨®n carnicero, parec¨ªa m¨¢s un afable comerciante que el l¨ªder m¨¢s poderoso de la Mafia. Era un hombre de modales amables que presum¨ªa de arreglar las cosas por las buenas, empleando m¨¦todos blandos. No era vanidoso ni buscaba la publicidad que obtuvo ayer por encima de sus deseos en las primeras p¨¢ginas de toda la Prensa norteamericana."Quien autoriz¨® este crimen", afirm¨® Arthur Brifi, portavoz de la comisi¨®n presidencial sobre el crimen organizado, "el que tome su lugar puede determinar el futuro rumbo de la Mafia en este pa¨ªs". Para el FBI y otros expertos en la Mafia, es posible que algunos j¨®venes turcos del grupo Gambino -temorosos de que Castellano nombre a su sucesor antes de ser condenado e ingresar en la c¨¢rcel hayan asesinado a Castellano y se produzca ahora una lucha por hacerse con el control del clan. Seg¨²n los expertos, John Gotti, un capo de 45 a?os, que trabaja 18 horas al d¨ªa y lleva una vida de clase media en el barrio de Queens, puede ser el sucesor de Big Paul.
Sus intereses en negocios legales son muy importantes en la industria de la carne y los pollos, en construcci¨®n, casinos, restaurantes y joyer¨ªas. Los negocios leg¨ªtimos de las nueve organizaciones mafiosas norteamericanas figurar¨ªan, conjuntamente, en la lista de las 100 primeras empresas de la revista Fortune. Paul Castellano tom¨® el control en 1976, cuando sucedi¨® a su cu?ado, Carlo Gambino. La familia obtiene tambi¨¦n beneficios de actividades ilegales en el mundo del juego, protecci¨®n a comercios, extorsi¨®n, secuestros, pr¨¦stamos usurarios, tr¨¢fico de drogas y fraude organizado en Nueva York, Florida, Pensilvania, Nueva Jersey y Las Vegas.
Hace s¨®lo unos d¨ªas, el clan Gambino perdi¨®, esta vez de muerte natural, a su n¨²mero dos, Aniello Dellacroce, que actuaba de pacificador entre Paul Castellano y otros grupos de la familia. Con la desaparici¨®n de Dellacroce, que durante bastantes a?os actu¨® como confidente del FBI, Castellano ya no ten¨ªa ninguna defensa frente a los rebeldes. "Big Paul fue asesinado probablemente porque hab¨ªa hablado demasiado", afirm¨® ayer el director de la Comisi¨®n Presidencial del Crimen, James Harmon.
El procesan¨²ento el pasado inviemo de los jefes maflosos fue posible, entre otras cosas, por las cintas que el FBI logr¨® grabar en la casa de Castellano, una pretenciosa mansi¨®n que quiere recordar a la Casa Blanca, en la zona m¨¢s elegante de Staten Island, en el puerto de Nueva York. "En la Mafia nadie est¨¢ a cubierto de la violencia y la supervivencia es el ¨²nico valor", explic¨® Harman.
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