Mar¨ªa Lina Boff
Te¨®loga como sus hermanos, vive en una zona de inmigrados de Brasil y ense?a 'espiritualidad liberadora' a monjas y laicos
Sus abuelos eran originarios de Belluno, en la regi¨®n italiana del V¨¦neto, pero Mar¨ªa Lina Boff naci¨® en el sur de Brasil, en el estado de Santa Catalina, donde se instal¨® la primera colonizaci¨®n italiana, en torno a 1800. Mar¨ªa Lina Boff es la mayor de 11 hermanos, algo que le oblig¨® a una prematura madurez, la que proporciona ser destronada 10 veces consecutivas -"cada a?o nac¨ªa un hermano nuevo"-, hasta convertirse, a los 15 a?os, en consejera y confidente de su propia madre. A los 20 decidi¨® hacerse religiosa.
La familia Boff viv¨ªa en el campo, donde el padre, maestro de primaria, estaba destinado como funcionario p¨²blico. En casa los Boff hablaban italiano, y los chicos ayudaban a la madre a trabajar en labores campesinas. Aunque se trataba de una familia cat¨®lica, "mi padre nos impulsaba a ser cr¨ªticos; no hubo nunca una obediencia ciega". Un comentario de su padre sobre unas monjas, las siervas de Mar¨ªa, afirmando que eran "caritativas y pobres", le dio la pista para elegir la orden a la que luego se uni¨®.Tiene un cuerpo tan delgado que parece el resultado de dar la m¨ªnima forma y envoltura al esqueleto. Y una expresi¨®n que tiende a so?adora, pero conectada a unos ojos de mirada firme La austeridad que reflejan sus carnes lo dice todo de su persona. Por eso no es extra?o que, aprovechando una pausa en la entrevista, se r¨ªa del escenario en el que ¨¦sta se realiza: el decadente y confortable sal¨®n-restaurante de un hotel madrile?o. Invitada por el programa de TVE La Clave para hablar sobre el Concilio Vaticano II, Mar¨ªa Lina est¨¢ viviendo durante un par de d¨ªas un lujo inusitado y superrealista, muy alejado de su vida en Ciudad Nueva, localidad creada recientemente en el Estado de Acre para acoger a unas 5.000 familias de inmigrados forzosos.
Cuando tom¨® el h¨¢bito, su formaci¨®n era tridentina, pero a?ade: "La Iglesia cambi¨® con el Concilio Vaticano II y yo tuve que cambiar. Una no es monja para s¨ª misma, sino para el pueblo". Cree que el celibato no es un estado de privilegio y que la nueva situaci¨®n de la mujer le habr¨ªa permitido hoy estudiar teolog¨ªa sin tener que hacerse religiosa, pero cree que en su caso ¨¦sta es su vocaci¨®n. "La realizaci¨®n personal no tiene por qu¨¦ centrarse en el sexo; hay muchas otras maneras de completar la vida. Recuerde que, en palabras de Cristo, en el Reino de los cielos no habr¨¢ hombres y mujeres...".
Da clases de espiritualidad liberadora a laicos y l¨ªderes de comunidades de base, as¨ª como a las novicias de su orden, y afirma que sus hermanos Leonardo y Clodovis, censurados por la ortodoxia conservadora de la Iglesia, no son toda la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. "Hay muchas expresiones; cada uno tenemos nuestra manera de vivir y sentir la teolog¨ªa de la liberaci¨®n. Unos lo hacen desde un punto de vista m¨¢s cient¨ªfico, y otros, desde la experiencia". Asegura haber hecho su propia lectura del s¨ªnodo. "Desde nuestra comuni¨®n con Roma, y partiendo de nuestra realidad, ha sido positivo, porque no ha habido restauraci¨®n ni condenas".
Boff no comparte el feminismo ideol¨®gico cl¨¢sico, pero cree que la mujer "debe vivir ¨ªntegramente su vocaci¨®n como depositaria de la vida en un sentido amplio: no puede haber vida donde hay injusticia. Jes¨²s vino a salvar al hombre entero, a la mujer y al hombre. Acabar con la discriminaci¨®n exige ayudar al hombre a liberarse de su machismo".
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