Cuando la gente era buena
Una comedia de amor y buenos sentimientos: hace tiempo que no se ve¨ªan estas cosas en los escenarios. Y la castidad de la doncellita, y la camarader¨ªa -tan fuerte como el amor- entre dos hombres, y el esp¨ªritu de sacrificio, y el hero¨ªsmo, y la esperanza optimista... Claro, que esta obra es de 1965, y de un sovi¨¦tico de la ¨¦poca del deshielo; y esta puesta en escena por un ni?o espa?ol de la URSS: ?ngel Guti¨¦rrez, que hizo all¨ª la mayor parte de su carrera y que, regresado a Espa?a, ha hecho aqu¨ª con medios pobres algunos espect¨¢culos muy estimables.Estamos en una ¨¦poca de teatro sobre un mundo arrasado, decepcionado; un teatro cruel, deslenguado, burl¨®n, c¨ªnico. Sorprende de pronto este regreso al romanticismo, esta arqueolog¨ªa de 20 a?os atr¨¢s. La peque?a Lika -casi 16 a?os- y los j¨®venes Marat y Leonidik -casi 18- se encuentran en las ruinas del Leningrado de 1942, cercado y hambriento. La dulce y casta criatura convive con el que sue?a con ser poeta y con el que querr¨ªa ser ingeniero: el imaginativo, so?ador, perdedor, d¨¦bil; y el hombre de acci¨®n, pr¨¢ctico, fuerte, combativo. Los dos la aman; ella ama a los dos; cada uno quiere sacrificarse por el otro; ella no sabe qu¨¦ decisi¨®n tomar. Mientras tanto, defienden Leningrado, corren a los hospitales, los destacamentos, las barricadas. El autosacrificio del hombre fuerte conduce la elecci¨®n de la siempre pudorosa virgen hacia el poeta, pasan los a?os y ya se han casado, y la guerra se acab¨®, y la reconstrucci¨®n est¨¢ en marcha. El poeta perdi¨® un brazo, el hombre fuerte es h¨¦roe de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la se?orita es m¨¦dica. Pero la herida del tiempo ha trabajado: el poeta es mediocre, la se?orita no se ha dedicado a la investigaci¨®n, sino a la medicina general pr¨¢ctica, la casa es burguesa, la amargura est¨¢ presente. Hay ligeras dudas de que el socialismo haya funcionado como deb¨ªa -es una comedia de despu¨¦s de Stalin- y de que en realidad haya favorecido a los mediocres. Reaparece el hombre fuerte. Explica que siempre se puede -comenzar una vida nueva, aunque sea el d¨ªa antes de morir. Y esta vez es el poeta el que se sacrifica: despu¨¦s de brindar con champa?a por todo lo que puede comenzar se marcha para siempre y deja a su esposa en los brazos del hombre fuerte: en los que debi¨® estar siempre... Y suena el vals de siempre.
De Alexei Arbusov (1965)
Int¨¦rpretes: Jes¨²s Salgado, Marta Belaustegui, Carmen Fern¨¢ndez, Pilar del R¨ªo, Francisco Ortu?o, Fernando Sim¨®n. Escenograf¨ªa, vestuario y direcci¨®n de ?ngel Guti¨¦rrez. Estreno, sala del Mirador. 13 de diciembre de 1985.
La teatralizaci¨®n de ?ngel Guti¨¦rrez, con su ¨¦nfasis, su carga sentimental, su forma de acudir a todos los recursos, puede ayudar mucho a las almas c¨¢ndidas y nost¨¢lgicas a recuperar la imaginaci¨®n de un tiempo en el que algunas virtudes humanas eran posibles. La interpretaci¨®n de los tres j¨®venes actores tiene la frescura de la incipiencia: se les ve con qu¨¦ fe hacen teatro -porque se ve todo el tiempo hacer teatro- y dejan sus puertas muy abiertas al aprendizaje, la experiencia, la calidad.
Babelia
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