Los nuevos ritos
UN CENTRO de dependencia oficial descubri¨® un gasto excesivo en conferencias telef¨®nicas a Buenos Aires e, investigando, se descubri¨® que un alto personaje llamaba a una echadora de cartas argentina -enormemente acreditada- para que le dijese las fechas fastas en que producir ciertos acontecimientos de su departamento. ?Comet¨ªa un despilfarro este hombre de la izquierda consolidada? Otros departamentos sufragan ritos ortodoxos, escrutan los ¨ªndices macroecon¨®micos, bucean en las estad¨ªsticas o imitan a pa¨ªses lejanos y poderosos para buscar el ¨¦xito p¨²blico de la gesti¨®n que se les encomienda. Cuesti¨®n de ritos.La izquierda consolidada busca sus dioses heterodoxos. Alguien o algo ha conseguido intoxicarla para hacerle creer que los ortodoxos est¨¢n de espaldas a ellos por cuestiones de ense?anza, abortos o divorcios. En cuanto a la izquierda no consolidada, derramada, sin oriente, no sabe bien qu¨¦ hacer. A veces encarga cartas astrales, se va hasta Lorca, donde parece que hay un buen hombre m¨¢gico, o pide consejo al tarot. Cuando es un poco m¨¢s consciente, busca otros rituales. M¨¢s humanos. La izquierda no consolidada ha perdido bastante su sublimaci¨®n por la gastronom¨ªa y no tiene firma en los restaurantes, los precios son altos y la nueva cocina, con sus raciones estrechas y cada vez menos largas, no alimenta. Vuelve a la taberna y a algunos lugares donde sol¨ªa, va dejando de fumar, cambia el caf¨¦ por las hierbas y cultiva otra vez la barba. El mito de volver a ser. Y el af¨¢n de dar ejemplo: la austeridad, la escueta respuesta que el hombre honesto da a los tiempos de crisis. En todo ello, claro, hay una superstici¨®n.
En cuanto a la derecha, sus antiguos ritos se han revalorizado, y eso le es suficiente. Incluso en per¨ªodos electorales segrega ella misma alg¨²n milagro bajo un ¨¢rbol o en un yeso -un resplandor, unas voces, unas l¨¢grimas- que al mismo tiempo vagamente desmiente o rechaza, pero con el suficiente respeto y piedad como para que un cierto efecto permanezca.
Magos, adivinos y otros asesores y consultores est¨¢n ahora tomando cartas -nunca mejor dicho- en estos asuntos terrestres. M¨¢s que nunca. A tiempos laicos, misterios de sustituci¨®n. Como las fechas de cambio de a?o son propicias, emiten sus predicciones. Algunas de las m¨¢s recientemente escuchadas o le¨ªdas son ¨¦stas: la muerte del imam Jomeini, envenenado, y su sustituci¨®n por un ayatollah que -dicen- podr¨ªa ser peor. Pero Ir¨¢n ganar¨¢ su guerra contra Irak, no sin que Estados Unidos se vea envuelto en el conflicto. El nuevo d¨®lar de oro que se est¨¢ acu?ando en Estados Unidos no es s¨®lo una operaci¨®n numism¨¢tica o de ahorro invisible, sino tambi¨¦n el s¨ªmbolo de una maniobra financiera: va a destruirse el sistema monetario antes de mayo). Hay tambi¨¦n un emplazamiento para la muerte del Papa: ser¨¢ asesinado el 11 de noviembre en las proximidades de Lyon (es una lectura del texto de Nostradamus). Reagan no pasar¨¢ de 1986: no quiere decirse que vaya a morir, sino que se ver¨¢ impedido, y el vicepresidente, elevado al cargo, dar¨¢ grandes sorpresas y ser¨¢ elegido en 1988...
En cuanto a temas m¨¢s cercanos, no hay nadie capaz de predecir si el refer¨¦ndum sobre la OTAN se celebrar¨¢ o no. Algunos adivinos extranjeros, que pasan sus exilios con esta profesi¨®n que no fue antes la suya (algunos son psicoanalistas desbordados por el exceso de competencia), est¨¢n advirtiendo a sus clientes que no les pregunten sobre temas pol¨ªticos. Temen que alg¨²n exceso en su condici¨®n de zahor¨ªes abata sobre ellos la ley de extranjer¨ªa, de la que tratan de ir escapando. De todas formas, los que se van dejan sus n¨²meros de tel¨¦fono en Buenos Aires. Para que les consulten los que disponen de presupuesto y de tarjeta de cr¨¦dito para el cargo.
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