El s¨ªnodo y la crisis religiosa
Me han preocupado mucho las opiniones recogidas en este diario de Jos¨¦ Ignacio Gonz¨¢lez Faus sobre el S¨ªnodo. Es admirable ver c¨®mo los te¨®logos suelen ser m¨¢s papistas que el pobre Papa y se arrogan el derecho a ser modernos en lo que les conviene y retr¨®grados en lo que les preocupa. El caso es que al presentar la "segunda opci¨®n" o el "segundo modelo" de la Iglesia, Faus emplea peyorativamente la palabra sinagoga. ?Qu¨¦ horror: las iglesias transformadas en sinagogas! Pero el Cristianismo evang¨¦lico que admira Faus, y al que habr¨ªa que retomar, ?no comenz¨® acaso en las sinagogas en las que predic¨® San Pablo? Por otra parte, no todo lo malo que tiene la Iglesia procede de la sinagoga.Me entristece tambi¨¦n saber que Faus no es el ¨²nico en emplear este tipo de t¨¦rmino: tambi¨¦n lo utiliza Leonardo Boff. La iglesia como sinagoga asusta, parad¨®jicamente, a quienes m¨¢s cerca quieren estar del esp¨ªritu sinagogal de los primeros siglos evang¨¦licos. Eso demuestra que la lengua de la teolog¨ªa cristiana -a excepci¨®n de Teilhard de Chard¨ªn- ha envejecido, contin¨²a envenenada, y es incapaz de hacer frente a la compleja realidad contempor¨¢nea. Esa es la causa de las iglesias vac¨ªas y de la confusi¨®n mental de tantos y tan buenos cristianos. La Iglesia, que exige el per¨®n de todos, no pide perd¨®n a nadie. Sus te¨®logos, que deber¨ªan anunciar la "buena nueva", no hacen m¨¢s que repetir las mismas, pret¨¦ritas, ignorantes y falsas premisas del pasado.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.