Adi¨®s a la lista ¨²nica
Las capitales del este de Europa han criticado el sistema h¨²ngaro durante los ¨²ltimos a?os. Estas actitudes, sin embargo, no han afectado al proceso aperturista encauzado en Budapest. La reforma econ¨®mica, comenzada ya en los a?os sesenta, adquiri¨® car¨¢cter constitucional en 1972. Trece a?os m¨¢s tarde, en junio del pasado a?o, se celebraban en Hungr¨ªa las primeras elecciones generales en las que desaparec¨ªa la lista ¨²nica presentada por el Partido Obrero Socialista H¨²ngaro (POSH, comunista).
A las elecciones de 1985 concurrieron dos candidatos por cada circunscripci¨®n. Desapareci¨® as¨ª la lista ¨²nica presentada por el partido comunista. Esto, por supuesto, no supone la aplicaci¨®n del principio del- pluralismo pol¨ªtico al sistema h¨²ngaro, pero 5¨ª obedece a la intenci¨®n del r¨¦gimen de reavivar el debate pol¨ªtico en el seno del Parlamento, con objeto de despertar en la medida de lo posible el inter¨¦s pol¨ªtico de una poblaci¨®n desideologizada.La nueva ley electoral y otras medidas de participaci¨®n como la cogesti¨®n y autogesti¨®n en las empresas han supuesto cambios legales sin precedentes en el bloque orienta?. Reflejan, por lo dem¨¢s, una actitud de las autoridades h¨²ngaras, mucho m¨¢s dispuestas que cualquier otro r¨¦gimen del Este europeo a ver en la cr¨ªtica una aportaci¨®n' al debate pol¨ªtico y no un ataque de su puestos enemigos.
En el XIII Congreso del partido se sucedieron cr¨ªticas y autocr¨ªticas por los objetivos. pol¨ªticos, pero especialmente econ¨®micos, no alcanzados. El pragmatismo, base del Nuevo Mecanismo Econ¨®mico (NEM), que encauz¨® en los a?os sesenta la reforma h¨²ngara, ha logrado imponerse tanto en la pr¨¢ctica pol¨ªtica cotidiana como en las relaciones poder-sociedad.
En Hungr¨ªa hoy cualquier ciudadano puede comprar en los quioscos, con forints -la moneda nacional- los diarios conservadores m¨¢s importantes de Europa occidental, como The Times o Frankfurter AlIgemeine. Las facilidades para viajar al extranjero, incluido Occidente, al mismo tiempo que los contactos institucionales con el Oeste, tanto pol¨ªticos y econ¨®micos como culturales, han ido formando una madeja de acuerdos de los que ni siquiera la tendencia m¨¢s dura dentro del partido podr¨ªa prescindir de acceder al poder.
Estos fuertes v¨ªnculos con Occidente s¨ª despiertan preocupaci¨®n en aquellos "sectores duros, que ven el peligro de que Hungr¨ªa pueda verse as¨ª sometida a presiones pol¨ªticas occidentales. M¨¢s a¨²n cuando las ventajas habidas de estos v¨ªnculos, con haber sido muchas, no han sido las que las autoridades se promet¨ªan. La Comunidad Europea (CE) crea cada vez m¨¢s dificultades a las, exportaciones h¨²ngaras. Las limitaciones al comercio tecnol¨®gico con el Este por parte de los pa¨ªses de la OTAN dificultan gravemente la modernizaci¨®n de, la infraestructura h¨²ngara. As¨ª, Budapest cuenta a¨²n con una central telef¨®nica completamente anticuada para esta ciudad de m¨¢s de dos millones de habitantes.
Los esfuerzos por importar tecnolog¨ªa necesaria de Occidente han chocado en este caso, como en otros, con el Comit¨¦ de Coordinaci¨®n- del. Comercio, Este-Oeste (Cocom), vinculado a la Alianza Atl¨¢ntica.
Distorsiones capitalistas
Estas dificultades en el comercio con Occidente no merman en absoluto el apoyo de la gran mayor¨ªa de los h¨²ngaros a la pol¨ªtica de apertura del r¨¦gimen. Sin embargo, s¨ª suponen un argumento para aquellos sectores contrarios a las reformas y a una intensificaci¨®n de los v¨ªnculos con Occidente. Hungr¨ªa es miembro del Fondo Monetario Internacional y del Bando Mundial y lleva a?os haciendo esfuerzos, hasta. hoy infructuosos, por tener acceso a un acuerdo especial con la Comunidad Econ¨®mica Europea.
Los sectores cr¨ªticos hacia las reformas buscan el apoyo de la poblaci¨®n y de los cuadros del partido con otros argumentos, y se han apuntado considerables ¨¦xitos de un tiempo a esta parte.
Se han beneficiado de la aparici¨®n de numerosos fen¨®menos negativos propios del capitalismo, como el consumismo, el af¨¢n de lucro, la especulaci¨®n, el fuerte aumento de las desigualdades sociales y una creciente desideologizaci¨®n, especialmente entre la juventud.
Ser¨ªa un error creer que estos Sectores se hallan sobre todo en la direcci¨®n y en el funcionariado del r¨¦gimen. La corriente del descontento con las reformas se nutre sobre todo de aquellos sectores sociales que no se han beneficiado- de la liberalizaci¨®n de la econom¨ªa y han sufrido, por el contrario, todos sus inconvenientes, con un descenso continuo del nivel de vida en los ¨²ltimos a?os, debido a la fuerte inflaci¨®n. Las pensiones y los salarios industriales no han podido hacer frente a las continuas subidas de precios, la ¨²ltima de hace apenas una semana.
Esto ha hecho surgir fuertes tensiones y resentimientos sociales a la vista de los enormes ingresos de aquellos que, honesta- o deshonestamente, se han aupado a una nueva clase que vive con gran ostentaci¨®n. Especialmente en el sector de los servicios, los nuevos empresarios de restaurantes, bares, taxis y talleres, as¨ª como los profesionales liberales, han conseguido hacer fortunas considerables al amparo de un sistema fiscal muy imperfecto. As¨ª, nuevos ricos compran en Budapest chal¨¦s por varios millones de forints, coches occidentales por 600.000 o 700.000, y ropa italiana o francesa, mientras la poblaci¨®n obrera tiene unos ingresos medios de 5.000 forints anuales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.