Washington niega que Shultz y Weinberger discrepen sobre la lucha antiterrorista
La Casa Blanca declar¨® ayer que no existen diferencias entre el secretario de Estado, George Shultz, y el secretario de Defensa, Caspar Weinberger, sobre el uso de la fuerza contra el terrorismo. La declaraci¨®n se hizo tras recientes manifestaciones de los dos ministros, que han expresado p¨²blicamente posiciones encontradas sobre la mejor manera de responder al terrorismo en general y al r¨¦gimen de Libia en particular."Weinberger y Shultz no est¨¢n en desacuerdo sobre el terrorismo", se?al¨® Larry Speakes, portavoz de la Casa Blanca. Speakes manifest¨® que los dos hombres comparten con el presidente Reagan la opini¨®n de que tiene que haber una represalia contra el terrorismo "en las circunstancias apropiadas". Shultz ha favorecido una acci¨®n firme contra Muammar el Gaddafi, mientras Weinberger es partidario de la cautela en estos casos.
Cuando identificamos la fuente de terrorismo, como Gaddafi, que est¨¢ claramente identificado, entonces hemos de perseguirlo", declar¨® Shultz el jueves. Con anterioridad, hab¨ªa afirmado que Estados Unidos "no puede esperar hasta tener la absoluta certeza" antes de emplear la fuerza contra terroristas o pa¨ªses, como Libia, que los apoyan.
"Gratificaci¨®n instant¨¢nea"
Weinberger, en su primera conferencia de prensa del a?o, reafirm¨® que Estados Unidos tiene "pruebas completas y precisas" de que Libia est¨¢ detr¨¢s del terrorismo internacional, pero no quiso discutir ning¨²n tipo de movimientos militares en el Mediterr¨¢neo. El secretario de Defensa asegur¨® que tiene una buena idea" de d¨®nde est¨¢n localizadas las bases terroristas, pero que "una respuesta discriminada, una apropiada respuesta, es dif¨ªcil".Weinberger reiter¨® sus diferencias de opini¨®n con Shultz sobre c¨®mo combatir el terrorismo, critic¨® a aquellos que buscan "la gratificaci¨®n instant¨¢nea de alg¨²n tipo de bombardeo, sin estar muy preocupados por los detalles", y avis¨® contra el uso "indiscriminado" de la fuerza militar contra bases terroristas.
Tras los ataques de terroristas ¨¢rabes en los aeropuertos de Roma y Viena, el Gobierno de Ronald Reagan aplic¨® sanciones econ¨®micas contra Libia. El Pent¨¢gono tiene actualmente cerca de las costas libias 20 buques de guerra, entre ellos dos grupos de combate encabezados por los portaviones Coral Sea y Saratoga. Con diferentes matices, sus aliados europeos han expresado reservas en apoyar estas medidas y algunos de ellos se han negado.
Los dos ministros han mantenido posiciones encontradas desde hace varios a?os, y han discrepado p¨²blicamente sobre el terrorismo o las pol¨ªticas que adoptar frente a la Uni¨®n Sovi¨¦tica. El presidente Reagan no parece preocuparse por estas discrepancias, y ha afirmado que agradece que sus m¨¢s altos consejeros expresen distintas opiniones. Sin embargo, Reagan se ha aliado en este caso con Weinberger en el sentido de que se ha opuesto al uso de la fuerza hasta localizar con certeza una base terrorista.
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