Lazar Berman: "Mi vida es un conjunto de cosas que en realidad no me gustan"

A. F. R., El gran pianista Lazar Berman actu¨® el jueves en Madrid y el viernes en Barcelona, durante su primera gira en Espa?a, que termina hoy en Valencia. Cuando Berman toca al piano emite suaves bramidos, como si la m¨²sica lo estuviera devorando por dentro. Nadie lo dir¨ªa de este pac¨ªfico ciudadano sovi¨¦tico que, en una peque?a casa a pocos kil¨®metros de Mosc¨², dedica sus ratos de ocio a coleccionar sellos. A sus 55 a?os confiesa detestar los conciertos, los viajes y los hoteles. "Mi vida es un conjunto de cosas que en realidad no me gustan", asegura el pianista.
La fecha de su concierto en Madrid, Berman entra a mediod¨ªa al escenario del teatro Real, para ensayar. En cuanto se acerca al piano y comprueba que es nuevo y que el teclado est¨¢ muy duro monta en c¨®lera y sugiere que se lo cambien. Una de las responsables de la organizaci¨®n dice, sin que ¨¦l lo oiga: "Dejadle solo un rato para que la m¨²sica lo calme". Y, efectivamente, cuando una hora y media despu¨¦s el artista se dirige al camerino, su cara se ha transformado, aparece sosegado, tranquilo, los ojos un poco m¨¢s tristes. Est¨¢ claro que su enfado se ha diluido sacando del piano todos los demonios que contiene la m¨²sica de Liszt.Am¨¦rica, Europa
Berman est¨¢ considerado como uno de los grandes pianistas del momento y sus grabaciones, sobre todo de Lizst y de los nacionalistas rusos, son citadas a menudo como mod¨¦licas. Su reconocimiento en Occidente fue tard¨ªo. "Mi Juventud transcurri¨® en un per¨ªodo dif¨ªcil para mi generaci¨®n", comenta. "Era la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa, y el intercambio cultura? era muy escaso. Luego, cuando ¨¦ste se produjo, no ¨¦ramos ya tan j¨®venes".
Cuando rondaba los 40 a?os, un productor norteamericano que oy¨® unas grabaciones suyas realizadas en la Uni¨®n Sovi¨¦tica se expuso a llevarlo a Estados Unidos. "Me ocurri¨® lo contrario que a muchos de mis colegas. Triunf¨¦ antes all¨ª que en Europa". Luego vinieron las giras, una grabaci¨®n con Karajan del primer Concierto para piano de Chaikovski y otras que lo convirtieron en uno de los grandes, destacado por su t¨¦cnica muy depurada.
"La t¨¦cnica no es un fin en s¨ª mismo", dice. "Con ella puedes llegar al lirismo, que es lo que yo pretendo. Ahora, en la madurez, s¨®lo quiero hacer m¨²sica".
Berman es un gran int¨¦rprete de m¨²sicos rom¨¢nticos, y asegura que conecta esas obras con su forma de ser. A autores m¨¢s cl¨¢sicos ha tratado de exprimirlos desde un punto de vista diferente al habitual.
Utiliza la iron¨ªa y el humor para referirse a ellos: "La gente piensa en la m¨²sica de Mozart como si fuese un juego, se le asocia a mujeres bellas, a diversiones, pero hay una parte rom¨¢ntica en ¨¦l, algo interior que lo hace sublime. Lo mismo ocurre con Bach. No puede ser una m¨²sica s¨®lo mec¨¢nica y fr¨ªa la de un hombre que tuvo 12 hijos".
El pianista dice lo de Bach con una sonrisa c¨®mplice. Es un t¨ªmido que ha conseguido trasladar sus sentidos a los dedos de las manos. Desde hace tiempo toca exclusivamente las obras que le gustan, las que m¨¢s se corresponden a su inspiraci¨®n. Aun dentro de ellas hay trozos con los que se identifica m¨¢s. Son quiz¨¢ los que utiliza para bramar como un sentimental desesperado. "El amor lo muestro cuando toco", se?ala.
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