Un d¨ªa hist¨®rico
El concierto n¨²mero 2.845 figurar¨¢ entre los d¨ªas hist¨®ricos de la Orquesta Nacional. Al cumplirse 30 a?os de la muerte del maestro P¨¦rez Casas, los que fueron sus m¨²sicos, desde la jubilaci¨®n, y los herederos de sus m¨²sicos, en las filas de nuestro primer conjunto sinf¨®nico, recordaron a don Bartolom¨¦ director, compositor, profesor y hombre de bien.Dirigi¨® a la ONE Od¨®n Alonso, que ocup¨® durante unos a?os la titularidad de la Filarm¨®nica de Madrid, fundada en 1915 por P¨¦rez Casas, y uno de los asistentes al famoso curso de direcci¨®n que Sope?a realizara en los a?os cincuenta. Promovieron el acto la Direcci¨®n General del Instituto de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica y la Comunidad Aut¨®noma de Murcia, cuyo presidente, Collado Mena, pronunci¨® unas precisas palabras de introducci¨®n que fueron el reconocimiento a P¨¦rez Casas de su regi¨®n.
Orquesta Nacional de Espa?a
Director: Od¨®n Alonso. Concierto homenaje a Bartolom¨¦ P¨¦rez Casas. Obras de P¨¦rez Casas y Beethoven. Teatro Real. Madrid, 18 de enero.
Despu¨¦s, los aires populares murcianos sonaron en la transfiguraci¨®n de la suite A mi tierra, premiada por la Academia de Bellas Artes en el mismo concurso que galardon¨® a La vida breve, de Falla, el a?o 1905. El mism¨ªsimo Debussy elogi¨® estos pentagramas de P¨¦rez Casas, que "contienen muy nuevas combinaciones orquestales" Y en los que "la b¨²squeda obstinada de colores est¨¢ casi siempre justificada por la sinceridad de la impresi¨®n". Sin embargo, P¨¦rez Casas -tan aplaudido en Par¨ªs como en Londres- jam¨¢s se excedi¨® en la difusi¨®n de su obra.
Si en su momento, como escribe ?scar Espl¨¢, representaron 1a aportaci¨®n sinf¨®nica m¨¢s significativa del nacionalismo musical", los acentos evocativos, la riqueza instrumental, la explotaci¨®n pedrelliana de la m¨²sica natural, el atractivo melanc¨®lico y, a veces, un poco orientalista de las cadencias y la mel¨®dica, montada sobre la peculiar interv¨¢lida del folclor murciano, hacen de la suite pieza valedera para su programaci¨®n.
La Orquesta Nacional y Od¨®n Alonso dieron a la partitura mucho relieve, tanto en el aspecto r¨ªtmico como en el t¨ªmbrico, y se recrearon de modo particular en el romance morisco del segundo movimiento, de tan bella melod¨ªa como tratamiento.
Alonso y la orquesta evocaron al gran director que supiera hacer de la Banda de Alabarderos, de la Filarm¨®nica y de las dos versiones de la Orquesta Nacional (la fundada por el Gobierno republicano en 1938 y la creada en 1940 por el r¨¦gimen instalado al final de la guerra civil) agrupaciones de alta categor¨ªa. Ninguna obra mejor que la Pastoral, de Beethoven, pues encuaderna la vida del director P¨¦rez Casas; con ella son¨® por vez primera la Filarm¨®nica y con ella se despidi¨® de la Nacional, en 1949.
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