Alva Myrdal, premio Nobel de la Paz
Alva Myrdal, una de las personalidades m¨¢s destacadas de Suecia en este siglo, falleci¨® el s¨¢bado pasado, a la edad de 84 a?os, en una cl¨ªnica de la ciudad de Estocolmo, donde se hallaba internada desde hac¨ªa dos a?os. Internacionalmente alcanz¨® resonancia por sus esfuerzos en favor de la paz y el desarme, desarrollados a trav¨¦s de su actuaci¨®n en organismos internacionales, el libro, la Prensa y las tribunas p¨²blicas. Su labor en ese campo le vali¨® la obtenci¨®n del Premio Nobel de la Paz en 1982, compartido con el mexicano Alfonso Garc¨ªa Robles. Su presencia en Oslo para recibir el premio fue una de sus ¨²ltimas apariciones p¨²blicas, y su esposo, el economista Gunnar Murdal -tambi¨¦n premio Nobel-, asumi¨® la tarea de protegerla de los requerimientos period¨ªsticos argumentando que necesitaba descansar y que adem¨¢s ¨¦l pod¨ªa contestar por ella, ya que conoc¨ªa detalladamente su pensamiento.Vinculada desde muy joven al Partido Socialdem¨®crata Sueco, Alva Myrdal tuvo participaci¨®n decisiva en la legislaci¨®n social tendente a reparar injusticias y hacer del bienestar una meta para toda la sociedad. La familia, la educaci¨®n, las clases trabajadoras y especialmente la lucha contra la discriminaci¨®n social y laboral de la mujer fueron algunas de sus preocupaciones constantes.
La otra l¨ªnea fundamental de su actividad, con la que fue consecuente hasta el final de sus d¨ªas, la constituy¨® la lucha contra el armamentismo en todas sus formas y en favor de la soluci¨®n pac¨ªfica de los conflictos internacionales. Represent¨® a Suecia en la conferencia de desarme de Ginebra y fue la primera mujer de su pa¨ªs representando a ¨¦ste en la India. En relaci¨®n con el desarme, escribi¨®, entre otros, Desarme; realidad y utop¨ªa (1965), El juego del desarme (1972), Guerra, armamentismo y violencia cotidiana (1972). Aunque no sorprendi¨®, la muerte de Alva Myrdal produjo en Suecia un sentimiento colectivo de pesar. El primer ministro, Olof Palme, que la visit¨® horas antes del deceso, dijo entre otras cosas: "Ser¨¢ recordada por el brillo de su personalidad, por la firmeza de sus convicciones y por el impulso y amplitud de sus acciones".
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