El cuerpo y el fuego

En la manera de hacer sobre el escenario de Jacques Lecoq no se renuncia a ninguna de las formas de expresi¨®n que el teatro gestual viene utilizando, desde las fiestas b¨¢quicas preteatrales hasta las renovadas t¨¦cnicas del mundo de la pantomima, pasando por la comedia del arte.

"Ello se debe", comenta el mimo franc¨¦s al que hoy se podr¨¢ ver en Madrid, "a una experiencia italiana que tuve durante ocho a?os. Fue importante para m¨ª aquella ¨¦poca en que trabaje en el Piccolo Teatro de Mil¨¢n con Dario Fo, con quien mont¨¦ El dedo en el ojo. En Italia no se daba la idea de separar el mimo del teatro y de su naturaleza. Francia es un pa¨ªs de texto y es normal que la pantomima se separara. Tambi¨¦n trabaj¨¦ la tragedia griega, en Siracusa, y para m¨ª han sido muy importantes estas dos fuentes de encuentro con el teatro. No se trata de hacerlo como antes, sino de volver a encontrar el cuerpo y el fuego a partir de la vida misma".

Jacques Lecoq est¨¢ en constante evoluci¨®n. Su pedagog¨ªa tambi¨¦n. "La gente cambia. Toute bouche. Hay territorios dram¨¢ticos privilegiados donde el gesto y el movimiento tienen la clave. Hay que investigar en lo nuevo, y no s¨®lo es cuesti¨®n de reencontrar y trabajar el melodrama como se hac¨ªa antes, sino que hay que trabajarlo para llegar a tener el alma que hab¨ªa en el gran gesto dram¨¢tico y la tensi¨®n que se daba en ese momento. Hay que re¨ªrse de todo, de los poderes, de Dios, hasta el m¨¢ximo. Es donde se encuentra la tragedia: en re¨ªrse de lo que va m¨¢s lejos del misterio".