Unas semanas con Mankiewicz

Llega, a partir de esta noche, Joseph L. Mankiewicz, un ciclo sobre Mankiewicz. Tiemblen: Kirk Douglas, actor que trabajo a sus ¨®rdenes en un par de pel¨ªculas, Carta a tres esposas y El d¨ªa de los tramposos, dijo, en cierta ocasi¨®n de ¨¦l que era un excelente director con s¨®lo un defecto a cuestas: excesivamente intelectual. Tiemblen quienes vean ah¨ª, cada jueves, a un nuevo Bergman, a un nuevo director dif¨ªcil, a otro caballero preocupado por contar cosas importantes de gentes sencillas o menos sencillas. Porque Mankiewicz, s¨ª, es un autor como la copa de un pino, un ser pensante y muy, muy parlante, capaz de sacar de sus actores, adem¨¢s de supremas interpretaciones, altos registros humanos. Las mejores miserias y las peores grandezas de nuestro g¨¦nero humano. Tiemblen.Tan intelectual es el se?or Mankiewicz que hasta fuma en pipa. De sus humeantes arterias han salido los mejores d¨ª¨¢logos, las mejores met¨¢foras, las iron¨ªas m¨¢s chispeantes del cine sonoro. Mankiewiez es disc¨ªpulo de Lubitsch y gasta la misma mala uva aunque tamizada por un espectro shakesperiano y un sustrato teatral hecho el mejor cine. Su primera pel¨ªcula, El castillo de Dragonwyck, es hija de la casualidad: deb¨ªa dirigirla el burl¨®n centrocuropeo, pero una indisposici¨®n hizo que ¨¦l mismo, Lubitsch, delegara en Mankiewicz, hasta entonces productor y excelente guionista. Ah¨ª nace su carrera simpar. Odio entre hermanos, Eva al desnudo, Julio C¨¦sar¨ª La condesa descalza, Ellos y ellas, Cleopatra, Mujeres en Venecia, La huella, entre muchos g¨¦neros y al margen de g¨¦neros, son algunos de los grandes momentos de su arte, inteligente, sard¨®nico, sutil, delicado. E intelectual, como quiere Kirk Douglas.

Solo en la noche es su cuarta realizaci¨®n. A¨²n no hay en ella el mejor Mankiewicz. S¨®lo un cineasta sobrio y elegante al servicio de los esquemas l¨®gicos del cine americano y concretamente del thriller, algo hitchcockiano, incluso, en sus efluvios. La pel¨ªcula es la historia de un amn¨¦sico y de los vericuetos tormentosos que deber¨¢ recorrer hasta hallar su identidad. Los actores tampoco son de lo mejor que ha tenido en su pipa Mankiewicz: el gris John Hodiak y la gris Nancy Guild en sus papeles principales y, tras ellos, los excelentes, aunque popularmente nunca hayan cosechado colores m¨¢s vivos, Richard Conte y Lloyd Nolan.