Consuelo Berg¨¦s: "Nunca he pensado en el porvenir"
"Ponga usted que lo he dicho yo: los ingleses no defienden el hospital como defienden Gibraltar, ni los norteamericanos como la base de Torrej¨®n". Consuelo Berg¨¦s, traductora de Stendhal, Saint-Simon y Proust, se encuentra internada en el Hospital Angloamericano desde julio de 1984. A sus 86 a?os, la ¨²ltima enferma del hospital derrocha vitalidad. "Nunca he pensado en el porvenir", reconoce Consuelo Berg¨¦s, "he vivido de art¨ªculos o de colaboraciones".Se queja ante el director de la comida, discute incansable el nombre de pila de un editor, protesta por la cr¨ªtica de su ¨²ltima traducci¨®n en este peri¨®dico y comenta el programa de televisi¨®n del d¨ªa anterior.
Consuelo Berg¨¦s tiene d¨¦ficit en sus finanzas y, cuando cierren el centro m¨¦dico, no sabe c¨®mo va a salir adelante. No cuenta m¨¢s que con una pensi¨®n que no llega a las 30.000 pesetas y los derechos de autor, que pueden suponer algo m¨¢s de 200.000 pesetas al a?o, depende de las ventas. "Conseguir la pensi¨®n me cost¨® un n¨²mero enorme de escritos, por lo que mis obras completas en aquella temporada son much¨ªsimos escritos al ministerio". Cuando cierren el hospital, el 28 de febrero, y tenga que marcharse a su casa, Consuelo, va a incrementar considerablemente lo que ella llama "mi d¨¦ficit".
"F¨ªjese usted, yo ingreso 60.000 o 70.000 pesetas al mes, y estar aqu¨ª me cuesta 80.000; adem¨¢s, tengo que pagar los gastos del piso y los medicamentos, as¨ª que tengo d¨¦ficit. Pero cuando llegue a casa y tenga que pagar a una persona que me atienda por las ma?anas y otra por las noches, no se qu¨¦ voy a hacer". Pero la mujer por la que muchos de nosotros conocemos a Proust y a Stendhal, que ha traducido tambi¨¦n a Flaubert, Breton, D'Alambert, Rousseau, Descartes, Compte, Bernanos y Saint-Simon, entre otros, no se arredra.
"Estoy enamorada de Stendhal, m¨¢s que de Proust, al que no he hecho m¨¢s que traducir. Stendhal ha sido siempre mi gran pasi¨®n". Consuelo, postrada en la misma cama desde hace un a?o y medio, apenas trabaja -"Oigo la radio, leo el peri¨®dico y veo la televisi¨®n"-, aunque tiene proyectos para el futuro. A la traducci¨®n de Saint-Simon [su ¨²ltimo trabajo publicado] le han quitado 70 p¨¢ginas. Consuelo Berg¨¦s quiere recuperarlas. "Con algo m¨¢s que traduzca de estos libros puede salir una cosa muy bonita, porque no se conoce apenas a Saint-Simon en Espa?a".
La enferma tiene sobre la cama no menos de una docena de libros y revistas. Reclama constantemente nuevos t¨ªtulos: "De aquella estanter¨ªa, del armario, al fondo...", y se incorpora para dar mayor ¨¦nfasis a sus aseveraciones. Consuelo Berg¨¦s se recuesta, finalmente: "Tengo siete enfermedades, todas ellas incurables y progresivas, pero mi problema, como dec¨ªa Borges, que naci¨® el mismo mes y el mismo a?o que yo, es la longevidad".
No se ve a nadie al salir de la habitaci¨®n n¨²mero 18 del Hospital Angloamericano. Los pasillos est¨¢n vac¨ªos. El escaso personal que queda mira con desconfianza y se pasa art¨ªculos de peri¨®dicos. Ni siquiera huele ya a hospital.
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