M¨¢s de 10 muertos en Beirut este por la explosi¨®n de un coche bomba
La Semana Santa no ha escapado, a esa salvaje forma de fuegos artificiales a la libanesa que son los coches bomba. Uno de estos mort¨ªferos ingenios hizo explosi¨®n en la ma?ana de ayer en Beirut Este, feudo de la cristiandad libanesa, y provoc¨® m¨¢s de 10 muertes, docenas de heridos y la destrucci¨®n de varios edificios. El atentado de ayer, que fue precedido de otro similar que no caus¨® tanto da?o, se sit¨²a en el marco del enfrentamiento entre el presidente, Am¨ªn Gemayel, y el actual hombre fuerte de las milicias cristianas, Samir Geagea, con su correligionario y antiguo compa?ero Elie Hobeika.El lugar donde ocurri¨® la explosi¨®n es una calle de apenas ocho metros de ancho, flanqueada por edificios de m¨¢s de seis plantas y situada en el sector de Furn el Shubbak, en el barrio cristiano de: Ashrafiyeh. A las 11.30 de ayer (10.30, hora peninsular espa?ola), apenas 70 u 80 minutos despu¨¦s del atentado, la callecita era un tobog¨¢n de desolaci¨®n.
Sobre una alfombra de escombros, vidrios y metales retorcidos de entre 30 cent¨ªmetros y un metro de altura, se mov¨ªan superexcitados bomberos y militares, milicianos falangistas uniformados y un mont¨®n de chavales vestidos de civil pero bien provistos de armas largas. Muchos llevaban las ropas ensangrentadas por haber recogido a las v¨ªctimas del atentado, a esa hora ya evacuadas, ysobre todos ca¨ªa la lluvia de las ca?er¨ªas destrozadas.
Un hoyo de un par de metros de profundidad indicaba el lugar donde hab¨ªa estado aparcado el Renault 5 de color blanco que conten¨ªa los 75 kilos de dinaimita que causaron la explosi¨®n. Una docena de coches eran pura chatarra.
Falta de protecci¨®n
En uno de esos inmuebles, justo en la acera frente a la que seaparc¨® la noche anterior el R-5 blanco, ha.b¨ªa una oficiana del Partido Falangista (Kataeb), que en el momento del atentado estaba vac¨ªa. Un bombero no se explicaba c¨®mo en las cercan¨ªas de ese local no hab¨ªan sido colocados esos bloques de cemento, barriles reffietos de arena o alambradas, que en muchas partes de Beirut impiden aparcar al borde de la acera como medida de precauci¨®n destinada, precisamente, a evitar los coches bomba.
Ol¨ªa a¨²n a explosivo y humo. El ruido de los walkie-talkies s¨®lo era apagado por el de las im¨¢quinas desescombradoras, y un dirigente falangista, al ser preguntado por los autores de la acci¨®n, se limit¨® a afirmar: "Son los mismos que desde enero ponen en Beirut. Este una bomba cada semana".
Se refer¨ªa a los partidarios del acuerdo tripartito de Darnasco. Ese acuerdo, ya papel mojado, fue firmado a finales del a?o pasado por los principales dirigentes de las milicias drusa, y shi¨ª, Y tambi¨¦n por el entonces dirigente de la niflicia cristiana, Elie Hobeika. Pero el presidente Gemayel y el l¨ªder miliciano Geagea desautorizaron a su compa?ero; entonces empezaron a aparecer los coches bomba.
Horas antes de esta explosi¨®n frente a la sede falangista, se hab¨ªa registrado otro estallido en el mismo sector de la capital libanesa, con un balance de seis heridos.
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