El d¨¦cimo aniversario de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica

El pasado mes de marzo se cumpli¨® el d¨¦cimo aniversario de la constituci¨®n de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica y me parece oportuno aprovechar la ocasi¨®n para publicar algunos hechos -en los que particip¨¦ personalmente como secretario general de Izquierda Democr¨¢tica-, ya que a la saz¨®n su divulgaci¨®n era imposible por la "legalidad" vigente en esta materia pol¨ªtica.Exist¨ªan ya en aquellas fechas dos ¨®rganos de unificaci¨®n de la oposici¨®n pol¨ªtica y sindical: la Junta Democr¨¢tica de Espa?a y la Plataforma de Convergencia Democr¨¢tica, participando Izquierda Democr¨¢tica en esta ¨²ltima desde su fundaci¨®n. Pero la muerte del general Franco y el deterioro de su r¨¦gimen aconsejaron un impulso definitivo y unificado para producir la "ruptura democr¨¢tica", que es a lo que entonces aspir¨¢bamos.

Para ello, el 17 de marzo de 1976 se reuni¨® el Comit¨¦ de Coordinaci¨®n de la Plataforma de Convergencia Democr¨¢tica y de la Junta Dernocr¨¢tica de Espa?a para "establecer con car¨¢cter inmediato un organismo unitario de toda la oposici¨®n... al que quedar¨¢n incorporadas, inicialmente, las fuerzas pol¨ªticas y sindicales que hoy [entonces] componen la JDE y PCD", cre¨¢ndose una "comisi¨®n de estudio para la articulaci¨®n y desarrollo del [anterior] acuerdo".

Esta comisi¨®n de estudio tuvo un ¨¦xito inmediato, pues los d¨ªas 23 y 24 de marzo se lleg¨® a un acuerdo sobre la constituci¨®n de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica. Me parece oportuno dejar constancia del verdadero nombre de esta organizaci¨®n pol¨ªtica, pues se discuti¨® el mismo junto con el de Coordinadora Democr¨¢tica -que es el que luego fue utilizado en la Prensa (junto con el de Platajunta)- y para lo que tuvimos la decisiva ayuda de Enrique M¨²gica, que representaba en aquella reuni¨®n al PSOE.

Izquierda Democr¨¢tica, si bien firm¨® el acuerdo constitutivo, lo dej¨® pendiente de ratificaci¨®n por "estimar que la importancia del tema y la proximidad de (su) Congreso (los d¨ªas 3 y 4 de abril)" as¨ª lo aconsejaban.

En el citado congreso de ID, celebrado en El Escorial, se debati¨® extensamente esa ratificaci¨®n y fue motivo de una dolorosa escisi¨®n por parte de grandes e inmejorables compa?eros de partido y de lucha por la democracia en la clandestinidad. Y esa escisi¨®n se produjo a pesar de que el congreso acord¨® nuevas condiciones para nuestra ratificaci¨®n, las cuales tend¨ªan a garantizarnos de acciones que se pudiesen acordar con el s¨®lo qu¨®rum de los dos tercios exigidos para los acuerdos de la Comisi¨®n Ejecutiva de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica. Por ello, Izquierda Democr¨¢tica solicit¨®, y obtuvo, de CD la "renuncia expl¨ªcita a la utilizaci¨®n de m¨¦todos violentos" y la "necesidad de que los acuerdos sean tomados por unanimidad para la adopci¨®n de resoluciones que afecten a los objetivos y acciones externas". Aclarando, posteriormente, que "se entender¨¢n como acciones externas de CD... las movilizaciones, demostraciones, concentraciones, etc¨¦tera, que, atendidas las circunstancias del caso, implican racionalmente un peligro para la integridad fisica de las personas, un quebranto para la paz ciudadana o un grave riesgo de inversi¨®n del propio proceso de instauraci¨®n de la democracia".

La extensi¨®n de la anterior cita se debe a un prop¨®sito de dejar constancia del esfuerzo de Izquierda Democr¨¢tica para que no se alterase el orden p¨²blico, con lo que creemos que hemos constribuido sensiblemente al aspecto c¨ªvico de los hechos que luego se produjeron.

La existencia de Coordinaci¨®n Democr¨¢tica proporcion¨® a la oposici¨®n antifiranquista una plataforma desde la que se ejerci¨® una presi¨®n pol¨ªtica de forma unitaria, aunque no estuvieran integrados en ella otros partidos y organizaciones de fuera de Madrid y que se encontraban erraizadas en otras regiones o nacionalidades.

Los nuevos horizontes pol¨ªticos que se nos ofirec¨ªan desde el Gobierno de Adolfo Su¨¢rez y la necesidad de representar a toda la oposici¨®n aconsejaron a CD a propiciar una reuni¨®n muy amplia con los partidos de las citadas regiones y nacionalidades, que permiti¨® la constituci¨®n de la comisi¨®n de los nueve" (tambi¨¦n llamada "de los diez") para dialogar con el Gobierno y establecer las condiciones de una "transici¨®n pol¨ªtica" con lo que abandonamos nuestra vocaci¨®n de "ruptura" y que tan felices resultados dio para Espa?a.

Tal vez hoy se lea todo lo anterior como algo que ya no tiene inter¨¦s; pero estimo que es conveniente su divulgaci¨®n, al menos, para la petite histoire que siempre se ha de tener presente tanto por los pol¨ªticos como por los historiadores.