Gorbachov mantiene en pie su idea de visitar Washington

La cumbre europea que el dirigente sovi¨¦tico Mijail Gorbachov ha propuesto al presidente norteamericano, Ronald Reagan, tiene car¨¢cter "especial" y "concreto" y no es una sustituci¨®n de la que ambos dirigentes deben celebrar en Washington conforme a lo acordado en Ginebra en noviembre de 1985. As¨ª lo manifest¨® ayer el primer vicemistro de Exteriores, Giorgi Kornienko, que en una conferencia de prensa sigui¨® instando a EE UU a sumarse a la moratoria sovi¨¦tica sobre explosiones nucleares como si Washington no se hubiera pronunciado ya sobre el tema, que el s¨¢bado pasado llev¨® a Mijail Gorbachov a la pantalla de televisi¨®n.

Gorbachov propuso ese d¨ªa a Reagan celebrar una cumbre en Londres, Roma o cualquier otra ciudad europea que se preste para llegar a una prohibici¨®n de explosiones nucleares en forma de acuerdo.Haciendo o¨ªdos sordos a los repetidos rechazos, Kornienko manifest¨® que la falta de respuesta oficial norteamericana "nos da derecho a decir que no escuchamos la ¨²ltima palabra".

Desde su rancho en Santa B¨¢rbara (California), Reagan hab¨ªa dicho "no" al llamamiento de Gorbachov por entender que las cumbres deben abordar el conjunto de temas pendientes, entre los cuales las pruebas nucleares son uno entre otros.

Si Estados Unidos quiere conversar de verdad sobre la prohibici¨®n de las pruebas nucleares, la URSS tiene una delegaci¨®n ad hoc, presidida por Andrei Petrosian, el jefe de la delegaci¨®n sovi¨¦tica en la conferencia de desarme de Ginebra, seg¨²n reiter¨® ayer Kornienko.

El viceministro sovi¨¦tico rechaz¨® la propuesta norteamericana de enviar observadores a las pr¨®ximas pruebas nucleares, previstas para mediados de abril, y aleg¨® que eso "ser¨ªa legitimar" las explosiones.

En medios diplom¨¢ticos occidentales en Mosc¨², la intervenci¨®n de Gorbachov se ha considerado como una maniobra dirigida a la opini¨®n p¨²blica de cara a "exprimir la ¨²ltima gota" de la relativa buena acogida de las propuestas sovi¨¦ticas sobre cese de pruebas nucleares.

Dudas por omisi¨®n

Por omisi¨®n, Gorbachov provoc¨® ciertas dudas sobre la pr¨®xima cumbre, pero no lig¨® ni hizo depender su pr¨®ximo encuentro con Reagan del ¨¦xito concreto de las propuestas de desarme sovi¨¦ticas. Kornienko, que aclar¨® ayer la ambig¨¹edad, dijo que la fecha de la cumbre podr¨ªa establecerse en cuanto Estados Unidos estuviera de acuerdo en que se produjera en ella un "resultado constructivo" en el campo del control de armamento.La maquinaria de propaganda sovi¨¦tica est¨¢ hoy polarizada por el tema de las explosiones nucleares, que se llevan la parte del le¨®n del servicio de la agencia Tass o de los apartados de internacional de Prensa, radio y televisi¨®n. En la palestra estuvieron anteriormente los cohetes de alcance medio en Europa, cuya presencia parec¨ªa negar totalmente cualquier di¨¢logo. Vino despu¨¦s la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica (SDI) y la militarizaci¨®n del cosmos. Hoy estos temas comparten espacio con los reiterados llamamientos al cese de las pruebas nucleares.

De hecho, el enfoque de las pruebas nucleares engloba tambi¨¦n la SDI, que la Uni¨®n Sovi¨¦tica contin¨²a considerando como ofensiva, puesto que las explosiones at¨®micas son necesarias para desarrollar algunos de los componentes de este proyecto en gestaci¨®n.

Ya en julio de 1985, al proponer la moratoria que expirar¨¢ con la pr¨®xima explosi¨®n norteamericana, tras una pr¨®rroga hasta el 31 de marzo, Gorbachov hab¨ªa dicho que "en el transcurso de tales pruebas (nucleares) se elaboran y perfeccionan nuevos y m¨¢s peligrosos tipos de armas de destrucci¨®n masiva".

Apurar al m¨¢ximo

En total, la Uni¨®n Sovi¨¦tica ha realizado 564 pruebas nucleares, y Estados Unidos, 773. En 1985, Washington hizo 16 pruebas, y la URSS, siete. La ¨²ltima explosi¨®n norteamericana tuvo lugar el 22 de marzo, en Nevada, y los medios sovi¨¦ticos no han cesado a¨²n de condenarla.En medios occidentales se tiene la impresi¨®n de que la Uni¨®n Sovi¨¦tica tratar¨¢ de apurar al m¨¢ximo el tiempo disponible para la cumbre de Washington, en un intento de conseguir concesiones que le permitan "salvar la cara". La idea de que la cumbre pudiera no celebrarse tiene, bajo el actual liderazgo, un margen de acci¨®n restringido como instrumento de presi¨®n, aunque no deja de ser objeto de un cierto juego de ambig¨¹edades y silencios.

Mientras Mosc¨² acusa a Washington de no estar interesado en una reducci¨®n del armamento nuclear, en medios estadounidenses se reprocha a los sovi¨¦ticos expresarse con ideas de tipo general en foros destinados a la opini¨®n p¨²blica internacional y sin acompa?ar de propuestas concretas abordables en la mesa de negociaciones sus declaraciones de principios globales.

El deterioro del clima sovi¨¦tico-norteamericano se concreta, seg¨²n los medios sovi¨¦ticos, en el incidente norteamericano-libio, la actitud y apoyo de Reagan hacia los contras nicarag¨¹enses y la suma de Bonn al programa SDI. Todo ello atenta, seg¨²n la Prensa sovi¨¦tica, al esp¨ªritu de Ginebra.

Sin embargo, Kornienko se?alaba ayer, con aire jocoso, que "el esp¨ªritu de Ginebra es un fen¨®meno inmortal". Le hab¨ªan preguntado antes si el mencionado esp¨ªritu est¨¢ muerto, agoniza o est¨¢ simplemente enfermo.

Sobre la contenida actuaci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en el conflicto entre Estados Unidos y Libia, Kornienko dijo que "tenemos los nervios fuertes y no nos dejamos provocar f¨¢cilmente para romper el di¨¢logo".

Estas expresiones contrastan con la actitud sovi¨¦tica adoptada en tiempos de Yuri Andropov, cuando los sovi¨¦ticos se retiraron de las conversaciones INF (misiles de alcance medio) y START (armas estrat¨¦gicas) en Ginebra diciendo que la actitud de Ronald Reagan hab¨ªa hecho "imposible" hablar con los norteamericanos.