Arbitrismo para el autom¨®vil
LA HABITUAL suma de muertos y heridos en las carreteras durante la Semana Santa suele encontrar cada a?o, por parte de las autoridades, un hallazgo de culpabilidad que no involucre, naturalmente, a la dejadez gubernamental a la hora de mejorar nuestra red viaria y nuestra infraestructura de comunicaciones. El de ahora se centra especialmente en el envejecimiento del parque m¨®vil espa?ol, cuya edad media est¨¢ bastante por encima de la de la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos a los que nos incorporamos. Unas declaraciones del director general de Tr¨¢fico apuntan en ese sentido, y aprovechan la horrible hora de contar los muertos para lanzar una operaci¨®n que tiene perfiles que preferimos suponer son fruto de la ingenuidad antes que del arbitrismo. Consiste en unas negociaciones -actualmente en curso- de la Administraci¨®n con la banca y los distribuidores de autom¨®viles nuevos para financiar la adquisici¨®n de coches a un inter¨¦s m¨®dico -en torno al 12%- a aquellos usuarios cuyo veh¨ªculo fuese retirado obligatoriamente de la circulaci¨®n, tras una revisi¨®n oficial, al cumplir los 12 a?os.Aparte de la inquietud que pueda despertar la diferencia del precio del dinero entre dos clases de ciudadanos, por la simple decisi¨®n del director general de Tr¨¢fico, y las reservas que puedan oponer las entidades financiadoras para este doble tipo de inter¨¦s, la parte sospechosa del caso est¨¢ en el aspecto de que sea una misma entidad oficial la que congele el uso de un autom¨®vil obligatoriamente y que negocie por otro lado la adquisici¨®n de otro. Ya se han levantado bastantes suspicacias con las medidas de adquisici¨®n de autom¨®viles de segunda mano en Europa, sobre todo por la extraordinaria decisi¨®n de que s¨®lo sea una delegaci¨®n en toda Espa?a, la de Santander, la habilitada para revisar, tasar y aduanar estos coches que ahora se adquieren libremente en el Mercado Com¨²n.
Otra insinuaci¨®n inquietante del director general, Mart¨ªn Palac¨ªn, aun hecha con toda precauci¨®n, es la de que la reducci¨®n del precio de la gasolina - 11 pesetas menos que el a?o pasado- ha aumentado el chorro el tr¨¢fico en los d¨ªas festivos y, por consiguiente, el riesgo. Sin dejar de ser una verdad objetiva, parece ser un rasgo m¨¢s de una pol¨ªtica equ¨ªvoca entre disfrute, riesgo y riqueza que se manifiesta en otras intervenciones estatales de hoy y que consiste en la teor¨ªa de restringir el uso de lo peligroso mediante la elevaci¨®n de los precios. Se aumenta el del tabaco y el del alcohol para disminuir su consumo, o, simplemente, el de las salas X dedicadas al cine llamado pornogr¨¢fico.
Cualquier reflexi¨®n sobre la mortalidad en las carreteras en Espa?a, que alcanza una media de 13,3 muertos diarios durante todo el a?o, nos conducir¨¢ siempre a unos puntos claros de cu¨¢l debe ser la intervenci¨®n del Estado: la creaci¨®n de una red viaria que hoy est¨¢ obsoleta y cuyas deficiencias no se resuelven con la emisi¨®n de anuncios del MOPU en televisi¨®n; el aumento de la vigilancia sobre las infracciones m¨®viles; la verdadera educaci¨®n del futuro conductor para conducir y no s¨®lo para el examen, que no ha de ser una trampa astuta para listillos; en general, una pol¨ªtica que haga posible el uso, por el mayor n¨²mero de personas posible, del beneficio del autom¨®vil, y que no pretenda resolver todos los problemas por la v¨ªa maltusiana de la restricci¨®n y la prohibici¨®n.
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