La guerra fant¨¢stica del Pa¨ªs Vasco
EL GOBIERNO de Euskadi acaba de dar a conocer a la opini¨®n p¨²blica un informe, redactado por cinco expertos extranjeros, sobre la violencia en el Pa¨ªs Vasco. Si el encargo del informe fue recibido con escepticismo por la mayor¨ªa de las fuerzas pol¨ªticas vascas -excluido el Partido Nacionalista Vasco- al conocerse sus conclusiones, las principales fuerzas pueden tender a leerlo ahora como reafirmaci¨®n de sus teor¨ªas sobre la violencia y las soluciones que es preciso arbitrar.El resultado ahora conocido da la raz¨®n s¨®lo en parte a quienes argumentaron que se trataba ¨²nicamente de una propuesta vac¨ªa de quienes deseaban acallar las voces que reclamaban una actuaci¨®n inmediata para la resoluci¨®n del c¨¢ncer terrorista. Ciertamente, de una primera lectura de las 250 p¨¢ginas del informe se deduce la impresi¨®n de que se trata fundamentalmente de un cat¨¢logo de cosas ya sabidas e incluso de puras obviedades.
No es ninguna novedad la observaci¨®n de que la existencia de una frontera cercana es importante para el desarrollo del terrorismo o que las instituciones auton¨®micas deben asumir un papel crecientemente protagonista en las campa?as destinadas a minar la credibilidad de los violentos. En ocasiones, las opiniones vertidas por los expertos llegan al pintoresquismo, como es el caso de la recomendaci¨®n de desarrollar una pol¨ªtica muse¨ªstica en tomo a la identidad vasca en las principales ciudades de la comunidad. Esta ingenuidad puede, en ocasiones, ser s¨®lo el precio a pagar por los beneficios que reporta una visi¨®n distanciada del problema, que es la que obligatoriamente poseen cinco expertos extranjeros. A veces, precisamente, una visi¨®n excesivamente pegada a los hechos no permite observar ni tan siquiera lo que es obvio.
De otra parte, la sensatez que en general preside las recomendaciones del informe no significa que su eventual aplicaci¨®n vaya a ser considerada evidente por quienes tienen las responsabilidades y la misi¨®n de llevarlas a la pr¨¢ctica. As¨ª, el ¨¦nfasis con que el informe aborda la necesidad de la plena aplicaci¨®n de las previsiones del Estatuto de Guernica respecto a la creaci¨®n de una Administraci¨®n judicial auton¨®mica, o las recomendaciones sobre la estricta aplicaci¨®n de principios constitucionales como el que proh¨ªbe los tribunales de excepci¨®n y garantiza el derecho al juez natural. No deja de llamar la atenci¨®n que no exista en todo el informe ni una sola menci¨®n a una legislaci¨®n antiterrorista que ha sido motivo de todo tipo de debates e incluso recursos legales.
El aval que en t¨¦rminos generales otorga el informe a los planteamientos de la Administraci¨®n vasca respecto a problemas como la plena aplicaci¨®n del estatuto de autonom¨ªa no impide la advertencia de que el texto auton¨®mico constituye la cubninaci¨®n del proceso hist¨®rico hacia el autogobiemo vasco, desautorizando tanto la teor¨ªa de que se trata de un estatuto de m¨ªnimos como la que trata de acreditar que dicha norma legal constituye ¨²nicamente un paso previo hacia ulteriores metas, incluida la independencia. Si, por una parte, el informe refuerza en aspectos fundamentales las posiciones de la instituci¨®n que lo encarg¨®, de otra rechaza con no menos ¨¦nfasis la utilizaci¨®n partidista e ideologizada, en muchos contenciosos cotidianos, que el PNV suele hacer de las tensiones entre las administraciones central y auton¨®mica.
La principal virtualidad del informe es que, lejos de pretender dar la raz¨®n a unos u otros, constituye un instrumento de trabajo que permite, mediante un debate racional, aunar criterios de cara a un planteamiento unitario por parte de todas las fuerzas democr¨¢ticas contra el terrorismo. La ordenaci¨®n y catalogaci¨®n de los temas y el subrayado de algunas cuestiones especialmente importantes constituyen algunas de las aportaciones positivas, puesto que permitir¨¢ contar con ¨ªndices de temas a concretar y a resolver e introducir¨¢ mayor racionalidad pol¨ªtica en el actual debate sobre la violencia en la sociedad vasca. Buen ejemplo de uno de estos elementos es el ¨¦nfasis que ponen los autores del documento en la necesidad de no caer en "la trampa psicol¨®gica de convertir una guerra fant¨¢stica en una verdadera", con la consiguiente necesidad de actuar sobre la violencia desde un punto de vista civo y con una imagen civil, adem¨¢s de utilizar instrumentos democr¨¢ticos.
Cabe observar, de otra parte, que las recomendaciones son interdependientes, en el sentido de que no cabe la aplicaci¨®n de algunas de entre ellas sin tener en cuenta los condicionamientos que se derivan de las restantes. Antes de conocerse el documento se hab¨ªa difundido la especie de que la principal conclusi¨®n del informe era el rechazo del principio de la negociaci¨®n. La inclusi¨®n entre las conclusiones de un peque?o p¨¢rrafo en el que se afirma que, "adem¨¢s de los otros elementos de la estrategia" contra la violencia, existe una "opci¨®n de negociaci¨®n", que nunca debe "excluirse como opci¨®n pol¨ªtica", ha dado pie ahora a la versi¨®n contraria de que el documento recomienda la negociaci¨®n. Ni una cosa ni otra se deducen del informe, fuera de la estricta no exclusi¨®n de la opci¨®n de negociaci¨®n.
Ahora s¨®lo resta esperar que, m¨¢s all¨¢ de las capitalizaciones de los resultados del informe, indeseables, pero obvias en la l¨®gica de actuaci¨®n de las fuerzas pol¨ªticas, este informe sea utilizado seriamente por todas las partes, Gobiernos central y auton¨®mico incluidos, para aunar esfuerzos en una estrategia de todas las fuerzas democr¨¢ticas destinada a la erradicaci¨®n definitiva de la violencia.
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