Antonio Ram¨ªrez-Angel, un m¨²sico de Madrid
El pasado d¨ªa 24 muri¨® en Madrid el compositor Antonio Ram¨ªrez ?ngel (Madrid, 1917), una de las cabezas visibles de la generaci¨®n musical de 1916, acaso la m¨¢s sufrida profesionalmente a consecuencia de la guerra civil. Menos dispersada que la anterior -de la Rep¨²blica, de 1927 o de 1901-, ha sido la menos iconoclasta; su misi¨®n, despu¨¦s de la cruj¨ªa, fue la de ensalzar a los maestros y apo:yar a los m¨¢s j¨®venes.Destino que cumpli¨® Ram¨ªrez-?ngel con fervor en la radio y en el conservatorio, en la pedagog¨ªa y en publicaciones y revistas como M¨²sica (1952-1954), de la que fue secretario, o sea, el que nos empujaba a todos para que envi¨¢semos las colaboraciones, y escrib¨ªa, cuando era necesario, secciones enteras.
Formado con Lucas Moreno como pianista, con Garc¨ªa de la Parra en armon¨ªa, y con Turina y Julio G¨®mez en composici¨®n, Ram¨ªrez-?ngel pose¨ªa un oficio f¨¢cil que le sirvi¨® bien para una de sus principales dedicaciones: la m¨²sica cinematogr¨¢fica. Desde su establecimiento en Madrid, Radio Nacional cont¨® con la colaboraci¨®n entusiasta y competente de Ram¨ªrez-?ngel, que ocup¨® diversos puestos directivos hasta su jubilaci¨®n. Fue autor de textos de ense?anza para BUP, y, a la hora de componer, pose¨ªa la vena l¨ªrica f¨¢cil que acusan sus Canciones de Machado o sus coros sobre textos renacentistas, tan bellos como Al alba venid, buen amigo.
Hijo de Emiliano Ram¨ªrez-Angel, uno de los grandes "raros y olvidados" de Sainz de Robles, conservaba muy viva la memoria de su padre, muerto cuando ¨¦l ten¨ªa 10 a?os, y prolongaba en amor y maneras el madrile?ismo bondadoso y ocurrente de la generaci¨®n del Cuento semanal. Carrere, R¨¦pide, Olmet, Bueno, Franc¨¦s, Ins¨²a, Camba, Cansinos. El dulce Madrid del padre fue para su hijo el Madrid agitado y dif¨ªcil. Pero siempre encontraba ocasi¨®n para la felicidad, entre urgencia cinematogr¨¢fica, perentoriedad radiof¨®nica y horario del conservatorio. En los ¨²ltimos a?os, el t¨ªpico trayecto tranviario evocado en uno de sus libros por Emiliano, Bombilla, Sol, Ventas, se hab¨ªa convertido para Antonio en amable paseo Sainz de Baranda, Retiro, Narv¨¢ez. Cumpl¨ªa, como siempre, con su obligaci¨®n, y ahora le tocaba ser y ejercer de abuelo.
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