Un puesto de trabajo en la construcci¨®n genera otros 2,6 inducidos
La construcci¨®n en Espa?a est¨¢ agotando la herencia de sus mejores a?os. La entrada en la Comunidad Europea puede ser la excusa para afrontar su adaptaci¨®n a los nuevos tiempos, marcados fundamentalmente por la innovaci¨®n tecnol¨®gica y la mayor capacitaci¨®n
Profesional. cuestiones ambas que inciden directamente en incrementos de productividad y mejora de costes, dos importantes deficiencias que saca a la luz un estudio elaborado por el Ministerio de Obras P¨²blicas y Urbanismo (MOPU), en el que se compara el sector espa?ol con el de los pa¨ªses comunitarios.Las diferencias del sector de la construcci¨®n espa?ol respecto al de los pa¨ªses comunitarios es m¨¢s de car¨¢cter cuantitativo que cualitativo. As¨ª, seg¨²n se desprende del estudio, su participaci¨®n en el Producto Interior Bruto (PIB) se sit¨²a en los momentos actuales, para el caso espa?ol, en torno al 7%, mientras que en la CE oscila entre el 7% y el 8%. Sin embargo, mientras esta cifra ha permanecido estable en los pa¨ªses europeos, en Espa?a las oscilaciones han sido muy bruscas, partiendo de unos niveles en 1966 muy inferiores para alcanzar valores m¨¢ximos -el 9,1% del PIB- en 1974.
Asimismo, al igual que en Europa, el. sector de la construcci¨®n se caracteriza por su car¨¢cter c¨ªclico, mostr¨¢ndose extremadamente sensible en los per¨ªodos de recesi¨®n econ¨®mica y escasamente sensible a los momentos de recuperaci¨®n. No obstante, desde esta perspectiva, hay grandes diferencias en la participaci¨®n del sector en el PIB, seg¨²n se opere en t¨¦rminos corrientes o constantes (inflaci¨®n sectorial).
Seg¨²n el estudio, tomando como base 100 el a?o 1970, la inflaci¨®n de la construcci¨®n en Espa?a en 1981 se situaba en el 604,6%, -en base al mismo ¨ªndice, la inflaci¨®n de la econom¨ªa era del 485,8%-, mientras que la media del sector en la CE era del 341,1 % y la de la econom¨ªa comunitaria se elevaba a 285,5%. Por pa¨ªses, la situaci¨®n desfavorable de Espa?a es manifiesta salvo en el caso de Italia con unos ¨ªndices de 700% y 565,9%, respectivamente.
Causa-efecto
El estudio determina, por otra parte, la relaci¨®n de causa-efecto que se da en la construcci¨®n espa?ola entre la crisis que padece y su efecto multiplicador. Paradojicamente, buena parte de la crisis le ha sido impuesta por su dependencia de dos sectores: el de productos derivados de minerales no met¨¢licos (como el cemento, por ejemplo) y la siderurgia. Ambos sectores, fuertemente consumidores de energ¨ªa, contagiaron su crisis -nacida en 1974- a la construcci¨®n. Paralelamente, el efecto multiplicador de la construcci¨®n se traslada fundamentalmente a ambos sectores. Esta dependencia no resulta tan r¨ªgida en Europa.Mientras a nivel general, el efecto multiplicador en Espa?a se mantiene en l¨ªnea con el europeo -cada aumento de una unidad en la construcci¨®n genera un incremento de 1,8 unidades en la econom¨ªa-, respecto al empleo hay un desfase notable con el entorno europeo. En este sentido, cada empleo directo creado en la construcci¨®n espa?ola genera 2,60 empleos inducidos, mientras que en la CE dicho efecto es superior y alcanza es a 3,59 trabajadores.
Sin embargo, Espa?a genera un mayor n¨²mero de puestos de trabajo directos por unidad de inversi¨®n. Seg¨²n el estudio, por cada mill¨®n de pesetas invertidos, Espa?a genera 0,392 empleos, mientras que en la RFA, este cociente es de 0,188; en Francia, 0,192; en Gran Breta?a, 0,175 y en Italia, 0,253. Por otra parte, la participaci¨®n -del empleo en construcci¨®n dentro de la poblaci¨®n activa total es decreciente tanto en la CE como en Espa?a. En el per¨ªodo 1982-1983, la media de la CE esta en el 7,1 %, mientras que en Espa?a es del 8,4%. No obstante, las cifras de paro son muy desfavorables para nuestro pa¨ªs, con una tasa sectorial de desempleo del 36%, frente al 16% en la CE.
Con todo, la situaci¨®n m¨¢s ventajosa dentro de la comparaci¨®n con la CE es la que corresponde a la productividad. Hasta 1977, con una productividad espa?ola en base 100, pa¨ªses como RFA, B¨¦lgica, Francia o Dinamarca doblaban dicho nivel. A partir de 1981, los resultados se recortan (la RFA ten¨ªa un nivel 186; Francia, 162; B¨¦lgica, 158 y Dinamarca, 124) debido a que los descensos de la poblaci¨®n ocupada son superiores a los descensos de la producci¨®n.
Por otra parte, la evoluci¨®n de los costes de la construcci¨®n se duplican e incluso triplican en Espa?a -e Italia- respecto a otros pa¨ªses de la CE y m¨¢s concretamente con la Rep¨²blica Pederal de Alemania y Gran Breta?a. Esta situaci¨®n, aunque no hay datos homologables con los europeos, se ha traducido en el caso espa?ol en una deficiente capitalizaci¨®n.
No obstante, la situaci¨®n a nivel comunitario resulta de por si significativa. Entre 1970 y 1981 -¨²ltimos datos disponibles-, el nivel de capitalizaci¨®n del sector era del 6,4% y el 5,8%, respectivamente, mientras que el esfuerzo de capitalizaci¨®n del sistema era del 24% y 20%. El desfase acumulativo en la capitalizaci¨®n del sector ha originado un creciente desfase tecnol¨®gico y productivo, que constituye el principal obst¨¢culo para absorber la inflaci¨®n de costes.
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