2001, una metr¨®polis mundial
La Declaraci¨®n de Barcelona propondr¨¢ romper con el pesimismo sobre el crecimiento urbano
?Sigue siendo la ciudad un factor din¨¢mico de desarrollo econ¨®mico y social, o se ha convertido ya en un par¨¢sito, un obst¨¢culo. al crecimiento racional de la sociedad?. ?Ha concluido ya el largo per¨ªodo, que abarca milenios, en que la ciudad fue factor de progreso? ?sta es una de las principales cuestiones que los representantes de las administraciones locales y los t¨¦cnicos de pa¨ªses de los cinco continentes tratar¨¢n de responder a partir de hoy en Barcelona.Pese a que el director general del FNUAP, Rafael M. Salas, no se pronuncia en uno u otro sentido en su informe anual sobre el estado mundial de la poblaci¨®n, lo cierto es que en buena parte de los pa¨ªses del Tercer Mundo el crecimiento urbano es visto como un fen¨®meno negativo al que se ha tratado in¨²tilmente de poner coto. Para la mayor¨ªa de estos pa¨ªses el desarrollo del fen¨®meno urbano no ha estado vinculado en su historia a las ¨¦pocas de m¨¢ximo esplendor.
Ejemplos como la Atenas de Pericies (siglo V antes de Cristo), la Roma de Julio C¨¦sar (siglo 1 a. d. C.) o la Florencia de los M¨¦dicis (siglo XIV), modelos de ciudades cl¨¢sicas que forjaron Estados e incluso imperios, tienen poco que ver con los fen¨®menos actuales de El Cairo (8,5 millones de habitantes), Calcuta (11,8 millones), S?o Paulo (15,9 millones) o M¨¦xico DF (18,1 millones), que constituyen inmensas zonas de hacinamiento humano y losas que impiden el desarrollo de sus pa¨ªses.
El crecimiento de las ciudades del Tercer Mundo tiene poco que ver con el fen¨®meno experimentado en Occidente entre finales del siglo XIX y principios del XX, que se debi¨® al progreso econ¨®mico y que a su vez contribu¨ªa a ¨¦l. En la actualidad, el crecimiento urbano est¨¢ desligado en la mayor¨ªa de los casos del desarrollo econ¨®mico, paralelo a aquel que absorb¨ªa a la poblaci¨®n desplazada del campo para emplearla en la tarea de fabricaci¨®n de mercanc¨ªas y prestaci¨®n de servicios.
La expulsi¨®n de la poblaci¨®n rural de su medio por falta de perspectivas no puede ser asimilada hoy por unas ciudades incapaces de ofrecer trabajo y de mejorar e incrementar sus prestaciones sociales. A ello hay que sumar el espectacular crecimiento demogr¨¢fico de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Mientras la tasa de crecimiento general de la poblaci¨®n entre 1965 y 1970 era del 2,04%. y llegaba a descender el pasado a?o al 1,65%, el crecimiento en el medio urbano se manten¨ªa en el 2,5%, una cifra que se ha disparado en las ciudades de los pa¨ªses en desarrollo hasta alcanzar un alarmante 3,5%.
Pese a la reticencia con que el Tercer Mundo contempla el fen¨®meno urbano, el grupo de t¨¦cnicos espa?oles que en su calidad de anfitriones, asumir¨¢ la responsabilidad de Proponer el texto de la Declaraci¨®n de Barcelona, intentar¨¢ romper este pesimismo para. reafirmar su car¨¢cter positivo como elemento de desarrollo econ¨®mico y social. ?sta puede ser la novedad m¨¢s importante del encuentro internacional en relaci¨®n a sus precedentes, especialmente la Conferencia de Roma de 1980.
La tesis espa?ola estima que es necesario conceder un mayor protagonismo pol¨ªtico a los Gobiernos urbanos y desarrollar iniciativas econ¨®micas de car¨¢cter local. En este sentido, se insiste en la necesidad de que el poder local sea m¨¢s aut¨®nomo y democr¨¢tico, como premisa para cualquier acci¨®n tendente a eliminar la pobreza y la marginaci¨®n. En los borradores que se han preparado se insiste tambi¨¦n en que la pol¨ªtica de desarrollo econ¨®mico, planificaci¨®n y reequilibrio del territorio precisa de la consolidaci¨®n de gobiernos metropolitanos. Esta tesis refleja en buena medida la doctrina sostenida por el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall -que probablemente ser¨¢ elegido presidente de la conferencia-, sobre el papel del poder local en las ¨¢reas metropolitanas.
Junto a la reordenaci¨®n de la gran ciudad, la conferencia abordar¨¢ el debate sobre el reequilibrio territorial, basado en la doble estrategia de conceder una especial importancia a la formaci¨®n de ciudades medianas y peque?as, y el fomento de cambios en las zonas rurales para evitar la migraci¨® masiva a las metr¨®polis.
La planificaci¨®n familiar volver¨¢ a ser una de las recomendaciones principales para vertebrar pol¨ªticas de poblaci¨®n eficaces. La delegaci¨®n espa?ola insistir¨¢ en que es necesario incrementar la informaci¨®n y el acceso a m¨¦todos anticonceptivos seguros y eficaces.
Medidas urgentes
La delegaci¨®n estadounidense mostr¨® en la Conferencia de M¨¦xico de 1984 su oposici¨®n a esta Pol¨ªtica, al se?alar que "el crecimiento de la poblaci¨®n es, en s¨ª mismo, un fen¨®meno neutral" y que la asistencia a los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, especialmente acticiados por este problema, debe hacerse a trav¨¦s de ayudas a la libre empresa, m¨¢s que a trav¨¦s de programas de poblaci¨®n.La mejora de la condici¨®n de la mujer, promocionando su educaci¨®n y oportunidades de empleo, la expansi¨®n de los servicios de salud y de educaci¨®n, y la mejora de los servicios urbanos de suministro de agua, eliminaci¨®n de residuos, pol¨ªtica de vivienda, etc¨¦tera, son otras tareas indispensables para mejorar la calidad de vida y reducir la densidad urbana.
Las medidas a adoptar son urgentes. El informe anual del FNUAP afirma que el crecimiento de la poblaci¨®n "est¨¢ sometiendo a las ciudades a tensiones que est¨¢n llegando a su l¨ªmite: es inmensamente dif¨ªcil proporcionar empleos e ingresos, ( ... ) el n¨²mero de personas pobres crece con mayor velocidad ( ... ) y, mientras las ciudades crecen, es posible que la base rural de la que dependen se est¨¦ desintegrando".
?Y el futuro? El FNUAP es contundente: "El mundo se ha encaminado por una v¨ªa sin retorno que lo est¨¢ transformando en un planeta predominantemente urbano. Cuando la poblaci¨®n se estabilice a finales de siglo, las poblaciones verdaderamente rurales se habr¨¢n transformado en una minor¨ªa muy reducida". El crecimiento de la poblaci¨®n y de su concentraci¨®n en megaciudades en los pr¨®ximos 20 a?os no tiene precedentes en la historia del g¨¦nero humano. 'Ta historia de mundo", afirma el FNUAP, "no ofrece orientaciones para el manejo de estas aglomeraciones gigantescas hacia el progreso o hacia el desastre". Sin embargo, es una aventura a la que la din¨¢rnica del sistema nos arrastra a todos.
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