Cock Robin, tiempos medios
Puede suceder que una banda surgida del mare m¨¢gnum discogr¨¢fico de Estados Unidos choque con el sistema, su negocio y, sus medidas cada d¨ªa m¨¢s reaccionarios, y encuentre comprensi¨®n y ¨¦xito en, el viejo continente.Peter Kingsberry y Anna Lacazzio, fundadores del grupo Cock Robin, se han entusiasmado con la idea europea, la alternativa posible para mantener su integridad, la libre creaci¨®n. O al menos as¨ª es como se expresaron en una entrevista para Radio El Pa¨ªs.
Este grupo toc¨® un repertorio breve, pero variado y caracterizado por composiciones cercanas al concepto americano de escucha f¨¢cil, por su sonido n¨ªtido -salvo acoples accidentales-, su melod¨ªa clara y directa y una base muy simplificada a partir de los diferentes ritmos y estilos; que han alimentado el esp¨ªritu de su creador, Kingsberry.
Cock Robin
Peter Kingsberry, voz principal, bajo y sintetizador; Anna, Lacazzio, voz y teclado ocasional, y Clive Wrigth, guitarra, con Bryn Matthew, bater¨ªa, y Dave Young, teclados. Duraci¨®n: 72 minutos. Sala Astoria. Madrid, 21 de mayo.
Pasi¨®n y t¨¦cnica
En directo, logran desenmascarar la equivocada producci¨®n de su primer ¨¢lbum, interesante s¨®lo por las melod¨ªas. Se descubren en la audici¨®n las ganas, y la riqueza de recursos de los vocalistas y del guitarrista, su pasi¨®n y su t¨¦cnica. Usan sintetizadores mel¨®dicos y tambi¨¦n r¨ªtmicos para sustituir el bajo el¨¦ctrico y cantan.?l y ella, por este orden de intervenci¨®n, interpretaron tiernas, dulces, amorosas canciones de tiempo medio, fuerte o muy suave. Lo suyo son los tiempos medios de temas como When your heart is weak o The promise you made, m¨¢s convincentes en vivo. All¨ª, en la nueva sala de conciertos de reapertura reciente, se escuch¨® y se admir¨® m¨¢s que se bail¨®, porque se desconoc¨ªa la mayor parte de los temas.
Muchos asistentes no parecieron preparados para atender en silencio las baladas, y en una de ellas, Como la brisa, los protagonistas cantaron en castellano con un aire fronterizo-mexicano semejante a una canci¨®n que Linda Ronstadt y Andrew Gold grabaron a mediados de los setenta, titulada Lo siento, mi vida.
Peter cant¨® y acarici¨® con sensualidad su piano entre el cuchicheo crispante, y despu¨¦s, en A little innocence, brill¨® con sus cambios de tonos, graves o en falsete digno. Ah¨ª, Clive Wright, el guitarrista, el ingl¨¦s de la banda, se esmer¨® con solos chillones y perfectos.
Y despu¨¦s del primer "otra, otra", el tejano Kingsberry regres¨® al piano y, acompa?ado de su coqueta y saltarina compa?era, ofreci¨® una versi¨®n ac¨²stica de More than willing. Y entonces se sucedieron m¨¢s cuchicheos. Tocaron con dureza Born with teeth, y el p¨²blico les reclam¨® en el escenario. Ellos, los artistas, satisfechos, insistieron: "Gracias, Madrid."
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