Arturo Cruz: "Invadir Nicaragua es imposible y ut¨®pico"

Arturo Cruz es un economista de 62 a?os metido en la ¨ªmproba tarea de lavar la cara a la contra y buscar una soluci¨®n negociada para Nicaragua, en un debate que, con cierta amargura, califica de "largu¨ªsimo, agotador y a veces frustrante". "Una invasi¨®n de Nicaragua es imposible y ut¨®pica", ha declarado a EL PA?S, en su lujosa residencia de Cayo Hueso, en Miami, el hombre considerado como la ¨²ltima baza de Estados Unidos para una soluci¨®n negociada entre la contra y los sandinistas.

ENVIADO ESPECIALCruz form¨® parte de la junta sandinista en los primeros meses en los que los comandantes quisieron hacer parte del camino de la mano de la burgues¨ªa liberal, y luego fue embajador en Washington, para convertirse finalmente en un disidente de la revoluci¨®n.Cruz tiene fe -es una palabra que gusta repetir- en que pueda firmarse el pr¨®ximo 6 de junio el Acta de Paz de Contadora. "Pero queremos estar seguros de que no va a ser un remedio que conduzca s¨®lo a una tregua. Queremos la paz", asegura. "Centroam¨¦rica est¨¢ dispuesta a realizar el esfuerzo", reitera hasta el cansancio Arturo Cruz, que se niega a admitir ante el periodista que algunas naciones centroamericanas har¨¢n lo que les dicte Washington. Este fumador impenitente ("en este pa¨ªs no dan muchas facilidades para fumar", se lamenta) est¨¢ considerado como la ¨²ltima baza de los norteamericanos para concertar una soluci¨®n negociada de la guerra que mantienen los rebeldes de la contra y los sandinistas.

El Departamento de Estado est¨¢ ayudando a Cruz en la batalla interna que libra estos d¨ªas en Miami para que la contra ofrezca un proyecto pol¨ªtico presentable a la opini¨®n p¨²blica. S¨ª no lo logra, est¨¢ dispuesto a apartarse. Es, sin duda, el personaje m¨¢s razonable del contubernio contra, que en ocasiones parece m¨¢s un universitario, un pensador, fuera de lugar entre pol¨ªticos con el colmillo bastante m¨¢s retorcido, obligado a sobrevivir en una atm¨®sfera cargada con acusaciones de malversaci¨®n de fondos y tr¨¢fico de drogas. Cruz revela que est¨¢ preparando un libro en el que contar¨¢ lo que ha vivido "como testigo en Nicaragua", y declara que garantizar¨¢ su futuro econ¨®mico con alguna consultor¨ªa bancaria sobre temas de desarrollo.

De cuando en cuando, en la conversaci¨®n se refiere a cuando deje la lucha, que admite que no puede prolongarse "indefinida e infructuosamente". Durante la entrevista, Arturo Cruz tuvo un exquisito cuidado de no herir a Estados Unidos, cuyo verdadero papel en la guerra sucia (¨¦l no admite, l¨®gicamente, este adjetivo) s¨®lo mencion¨® tras repetidos intentos del periodista. "Una invasi¨®n de Nicaragua es imposible y ut¨®pica. Lo de Granada fue algo a peque?a escala, que no pueden hacer en Nicaragua", dijo.

Y si, a pesar de todo, Reagan decide intervenir, se?or Cruz, ?usted personalmente qu¨¦ har¨ªa? "Lo lamentar¨ªa, pero no dejar¨ªa de reconocer que estamos viviendo las consecuencias de la imprudencia temeraria, innecesaria, del r¨¦gimen sandinista, que lleg¨® a comprometer la seguridad nacional hasta estos extremos".

No a una 'gran provocaci¨®n'

En la resistencia externa de la que forma parte se piensa que una gran provocaci¨®n, (Robelo puso como ejemplo "la muerte del cardenal de Managua, Miguel Obando, a manos de los sandinistas") podr¨ªa dar pie a una intervenci¨®n directa de EE UU. Arturo Cruz asegura que "nadie est¨¢ pensando en esto. ?Por qu¨¦ van a montar una provocaci¨®n?".?Y si les ocurriera algo a alguno de ustedes? "A cualquiera de nosotros tres [Cruz, Calero y Robelo, el directorio de la Uni¨®n Opositora Nicarag¨¹ense (UNO)] nos pueden pegar un tiro y no creo que eso vaya a provocar una invasi¨®n. No existen las condiciones objetivas para ello. Estados Unidos, por muy imperialista que sea, tiene un sistema de gobierno donde los poderes est¨¢n divididos y de verdad esto funciona".

Pero Cruz, que parece tener a¨²n una remota esperanza de que los sandinistas firmen el Acta de Contadora (Daniel Ortega estar¨ªa a favor, y Tom¨¢s Borge, en contra), piensa que quiz¨¢ todav¨ªa los comandantes piensen en Nicaragua y cedan algo. "En caso contrario, la responsabilidad hist¨®rica le cae al Frente Sandinista".

A pesar de los intentos de demostrar que la crisis de Nicaragua tiene una salida pac¨ªfica y negociada, Cruz confiesa, en ¨²ltima instancia: "Si el intento de coexistencia que est¨¢n dispuestos a realizar los vecinos centroamericanos con Managua no funciona, si las diferencias son exacerbadas y si las fricciones van en aumento, le garantizo que va a tener lugar una confrontaci¨®n".

Cruz, que afirma que tiene sus propios "problemas de conciencia" con esta lucha, no quiere precisar qui¨¦n, si no es Estados Unidos, c¨®mo y cu¨¢ndo se iniciar¨ªa esa confrontaci¨®n. "Nosotros no buscamos cuotas de poder en Nicaragua", asegura Cruz, que afirma que debe ser la oposici¨®n interna quien negocie con los sandinistas el inicio de un proceso de reconciliaci¨®n, al que seguir¨ªa una democratizaci¨®n. ?sta no parece ser la opini¨®n de Washington, que exige que los comandantes hablen directamente con la contra.

Propuesta de alto el fuego

Para Cruz, que niega tener el mandato de la oposici¨®n interna para una eventual negociaci¨®n, el papel de la resistencia externa se limitar¨ªa a organizar "un cese el fuego concertado". Para los sandinistas podr¨ªa ser m¨¢s aceptable contar con la oposici¨®n del interior de Nicaragua, mientras que se niega en redondo a discutir con la contra, a la que consideran una fuerza mercenaria de EE UU.Cruz explica que la direcci¨®n de los rebeldes ha escrito una carta a los presidentes centroamericanos, que se re¨²nen este fin de semana en Esquipulas (Guatemala), en la que propone un alto el fuego negociado y concertado. La contra propone, seg¨²n Cruz, un sistema de garant¨ªas que incluir¨ªa al Parlamento centroamericano, cuya creaci¨®n podr¨ªa recibir la luz verde en Esquipulas, y una comisi¨®n integrada por el secretario general de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), un delegado de Contadora y representantes de los Gobiernos centroamericanos.

"La oposici¨®n armada", precisa, no tendr¨ªa raz¨®n de ser tras un efectivo alto el fuego, el restablecimiento de las libertades y la comprobaci¨®n de que existe un acuerdo claro". Pero los rebeldes exigir¨ªan que "no se desintegre" inmediatamente a sus fuerzas, que seguir¨ªan recibiendo de EE UU armas defensivas y, ayuda humanitaria "hasta que entremos en un arreglo real". ?sta es tambi¨¦n la posici¨®n de Washington. "Yo trato de ser realista", afirma Cruz, y . creo que hay un consenso en EE UU de que la Administraci¨®n tiene: que hacer un gran esfuerzo para buscar una salida pol¨ªtica".

Las noticias producidas estos d¨ªas en la capital norteamericana reflejan, sin embargo, una divisi¨®n del Gobierno de Reagan sobre la pol¨ªtica a seguir: apoyar o no a Contadora, iniciar mi abandono de la contra o continuar barajando una eventual acci¨®n directa.

A Cruz, que comparti¨® el poder con los sandinistas, le parece que a ¨¦stos, "que no han liberado Nicaragua como prometieron, sino que se han limitado a. conquistar el poder", les puede interesar firmar el Acta. de Contadora. "Pero, al mismo tiempo, el inter¨¦s les puede llevar tambi¨¦n a no cumplir lo firmado". "Los sandinistas", explica Cruz, "tuvieron la oportunidad de crear un r¨¦gimen nacionalista y no alineado, pero prefirieron convertirse en Estado cliente de la URSS. Ahora est¨¢n enfrentados con Centroam¨¦rica y han originado una situaci¨®n que es un reto al statu quo de la zona".