El bajonazo
Los toreros han institucionalizado el bajonazo y el p¨²blico le ha dado su bendici¨®n. Antiguamente, cuando un matador propinaba un bajonazo, planeaban sobre su entorno botellones de gaseosa. Cuando la autoridad de la plaza y la mejor educaci¨®n de las gentes que acud¨ªan a ella suprimieron esta incivil forma de manifestar las opiniones, ya no ca¨ªan al ruedo botellones con ocasi¨®n de bajonazos, pero protestas s¨ª hab¨ªa, y orejas no se daban, ni vueltas al ruedo, ni nada.
Ahora, en cambio, los bajonazos se premian. As¨ª est¨¢ de mal y de desprestigiada la que llamaron suerte suprema; as¨ª no hay forma de ver matar un toro "marcando los tiempos" y por el hoyo de las agujas. Ni en esta feria ni en otras, salvo raras excepciones y sin que sirvan de precedente cuando se producen.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.