LA ELIPSE
26 lunesLa novela que ha escrito Juan Luis Cebri¨¢n (La rusa, Alfaguara, es, por decirlo con palabras de Cela a otro respecto, la purga de su coraz¨®n. La pol¨ªtica, el periodismo, el poder, el espionaje, el contraespionaje, la informaci¨®n y el crimen, toda la Espa?a confusa de la transici¨®n la ha servido su peri¨®dico mediante la t¨¦cnica stendhaliana (no inventada por Stendhal) del espejo a lo largo del camino. O de la historia. Mediante toda la imparcialidad (formal) de que es capaz el lenguaje period¨ªstico. Y manteniendo una conducta abierta, progresista y orientadora, esperanzadora. Pero he aqu¨ª que el hombre que invent¨® el invento, JLC, a sus 41 a?os, o al pasar la caracter¨ªstica depresi¨®n de los 40, ha necesitado decir su verdad, o decirnos en qu¨¦ se ha transformado ¨¦sta. Para ello utiliza el tr¨¢mite distanciador, embozador, de la ficci¨®n, que ocultando una parte revela el todo (la portada del libro, una foto del peri¨®dico, es vinculante). Son muchos los espa?oles que se preguntan, a diario, qu¨¦ pensar¨¢ Cebri¨¢n realmente del crimen del d¨ªa, del atraco de la semana, del pol¨ªtico de actualidad, de las elecciones pasadas o venideras. El hermetismo. personal de JLC trasciendea su peri¨®dico, a este peri¨®dico, en forma de imparcialidad e independencia. Y, para salvarse de tanto hieratismo, Cebri¨¢n ha escrito una novela en el momento justo. La forma abierta del g¨¦nero le permite realizar esta "purga de su coraz¨®n" y una purga de la pol¨ªtica, de la vida y de la Espa?a actual., En el. interior de su protagonista tambi¨¦n se ha operado una transici¨®n, la famosa transici¨®n hacia el desencanto, el escepticismo final del hombre l¨²cido. Por este libro sabemos que nuestro escritor no es intangible: la decepci¨®n, la confusi¨®n, el cansancio, son el rev¨¦s de la tensa vela de papel de peri¨®dico en cuyo viento navega Espa?a. La rusa perfuma como una flor del mal. Del mal del siglo.
28 mi¨¦rcoles
Barrio de Delicias, donde comienza el hondo Sur de Madrid. Presentaci¨®n electoral de Izquierda Unida. Gerardo Iglesias habla invocando la l¨ªnea Asturias/Dolores. Ram¨®n Tamames habla concreto, eficaz y, documentado, como siempre. Los dem¨¢s completan eso que este peri¨®dico ha llamado "macedonia". Los macedonios est¨¢n racionalmente optimistas. Carmen Tamames, como siempre, bell¨ªsima y tomando diur¨¦ticos, apoy¨¢ en el quicio de todas las manceb¨ªas rojas, cari¨¢tide de los dinteles que dan a la revoluci¨®n. Ana/ V¨ªctor, esa pareja feliz. Rosa Le¨®n. L¨ªster me da un abrazo colosal. Es el ¨²ltimo h¨¦roe de una especie a extinguir: los de la guerra. Garc¨ªa Hortelano, L¨®pez Salinas y otros espl¨¦ndidos escritores que han insistido y persistido en la gauche. Alonso Puerta y Balb¨ªn reparten cord¨ªalidad. Todo el hotel tiene mucha refrigeraci¨®n (y un juego de espejos a lo Orson WeIles), excepto el sal¨®n alquilado por IU, que nos retrotrae el calor catacumbal de otras conspiraciones. Pero ¨¦sta es una conspiraci¨®n a cielo abierto. Gauchistes por libre y dos partidos comunistas espa?oles y univitelinos. En la superficie distingo la flora y la fauna del ecologismo pol¨ªtico de Tamames, y en la bajura, el pensamiento aristocr¨¢tico y revolucionario de Sartorius. La t¨ªpica copa pobre del pec¨¦. Curiel, el Robert Redford que sue?a todo el rojer¨ªo femenino para tliplar. Encuentro a los macedonios realistas, f¨¢cticos, dispuestos a ganar los pocos y dignos esca?os que dignamente pueden ganar. "Es una pena lo del Duque, me dicen, y una pena lo de Carrillo". Santiago, ahora, es "Carrillo" para los comuneros. Andreu Claret, en el bar refrigerado del hotel, me habla de lo mismo. La sombra de Santiago, hist¨®rica y err¨¢tica, se mueve entre la fiesta de las copas.
30 viernes
He inaugurado las salas de arte del Casino, de Madrid/Torrelodones presentando a Will Faber, el gran abstracto alem¨¢n/hisp¨¢nico. WF, a sus 80, est¨¢ erguido, presente, creador, imaginativo y actual¨ªsimo.
1 domingo
Pl¨¢cido Domingo quiere ser alcalde de Madrid. Y hay que hacerle. Madrid, regocijado en s¨ª mismo, Madrid, creaci¨®n ¨²ltima de Tierno (bello libro de G¨®mez Rufo sobre el vp), Madrid, que nos mata, seg¨²n Moncho Alpuente, convoca a Paco de Luc¨ªa para ponerle guitarra a la miseria de Vallecas/Pozo. Madrid ento?a en la Castellana las rosas blancas de los viejos aguaduchos, cubriendo todo el trayecto (lo ¨²ltimo, "Castellana 21"). Madrid acude a la catacumba de agua de Col¨®n/plaza para presenciar la moderna danza catalana. Madrid de la conga, la salsa y la ca?a en Barquillo, 29. Madrid ilustrado por Pasolini, en Mayor, 86. A Madrid se le sube a la cabeza un h¨ªgado de clase media. Alguien lo dijo de Ortega: "Su prosa est¨¢ tan madura que puede empezar a pudrirse". Madrid est¨¢ tan maduro de madrile?ismo y movida que puede.empezar a zumbarse. Estamos en el punto en que llegan a conocerle a uno hasta las peripat¨¦ticas de Castellana, orilla izquierda. Es cuando un hombre todo voz y s¨®lo voz, como Pl¨¢cido Domingo, porque hizo un preg¨®n de las fiestas, puede decir eso de que quiere ser alcalde de Madrid. El se?or Domingo har¨ªa de Madrid una opereta hortera, un Luxemburgo sin conde, una zarzuela psocialdem¨®crata con reparto de Felipes, coros de la gran Banca (Banesto realiz¨® en el 85 beneficios de m¨¢s de 22.000 millones), figuraci¨®n de parados y toda esa movida de los pantom que hay estos d¨ªas en Torrej¨®n. PD cree que Madrid es un cantable. La culpa es de Madrid.
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