La Casa Verde
Los guerrilleros de las FARC se niegan a entregar las armas como condici¨®n para negociar con el nuevo Gobierno colombiano
La casa, de madera y tejado de chapa verde, se encuentra en la falda del ca?¨®n del r¨ªo Duda, cerca del poblado de Uribe, en el departamento de Meta. Es el camino intermedio entre la paz y la guerra. El punto al que los dirigentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y los miembros de la comisi¨®n de paz acuden para entrevistarse y revisar la aplicaci¨®n de los acuerdos de cese del fuego firmados hace dos a?os. Manuel Tirofijo Marulanda, Jacobo Arenas y Alfonso Cano llegan a la Casa Verde tras recorrer a caballo durante todo un d¨ªa territorio selv¨¢tico controlado por las FARC. La comisi¨®n de paz accede en helic¨®ptero, despu¨¦s de m¨¢s de hora y media de vuelo desde Bogot¨¢. La Casa Verde es una granja con cinco cerdos, algunas gallinas y una peque?a huerta. En el granero se almacenan los sacos de yuca y, cuando llegan los guerrilleros, las armas. Las discusiones se celebran en el porche, en torno a una mesa especialmente construida para ello.
La primera persona que recibe a los periodistas es una joven guerrillera, vestida con una camiseta blanca sobre la que hay escrita propaganda de la Uni¨®n Patri¨®tica (la coalici¨®n creada por las FARC), un pantal¨®n verde y un rev¨®lver al cinto.
Marulanda deja su comida para salir a saludar. Est¨¢ cansado y con sue?o despu¨¦s de un d¨ªa completo de negociaciones con la comisi¨®n de paz. Lleva un jersei azul con una marca de ropa deportiva y una pistola en el bolsillo trasero de su pantal¨®n gris. El aspecto de Jacobo Arenas se acerca m¨¢s a la est¨¦tica que se espera de un guerrillero: viste una guerrera verde oliva y, pese a que no hace fr¨ªo en este lugar situado s¨®lo a 1.400 metros de altura, no se desprende en ning¨²n momento de su bufanda blanca. Unas gafas de concha negras le dan el toque intelectual que corresponde a su papel de principal ide¨®logo del grupo. Tanto Marulanda corno Arenas parecen en buena forma f¨ªsica, pese a sus casi 60 a?os.
En ese momento hay en Casa Verde una docena de personas. Casi la mitad son mujeres. Todos son j¨®venes y van armados. Parecen dedicados a recoger sus cosas para volver a sus campamentos, pero se detienen a escuchar la conversaci¨®n de sus jefes con los periodistas. Las mujeres guerrilleras recogen la mesa y sirven unas copas de Remy Martin, colof¨®n de una comida con huevos fritos, arroz y yuca. Marulanda est¨¢ de pie, lo m¨¢s lejos posible de la responsabilidad del micr¨®fono.
Jacobo Arenas, cuyo verdadero nombre es Luis Morantes, inicia la explicaci¨®n. "Hace ocho meses", dice, "nosotros oficializamos un proyecto que habla de la forjaci¨®n de un movimiento pol¨ªtico nuevo, que es la Uni¨®n Patri¨®tica. En s¨®lo ese tiempo ya tenemos 15 representantes en el Congreso, 23 diputados y m¨¢s de 320 concejales. Hemos conseguido m¨¢s de 320.000 votos y se puede decir que el nuevo movimiento pol¨ªtico ya est¨¢ en fase de consolidaci¨®n".
Al poder por las urnas
Con este proyecto, las FARC no descartan que puedan alcanzar el poder por el camino de las urnas. "Nosotros ante todo somos revolucionarios, querernos una cosa nueva, queremos cambiar este r¨¦gimen por otro; tenemos muy metidas en la cabeza ideas socialistas, revolucionarias, pero puede ocurrir que este r¨¦gimen se deje cambiar por el camino de los votos. Por ejemplo, en Chile se dio. Nuestro proyecto (la Uni¨®n Patri¨®tica) es un movimiento pol¨ªtico de una amplitud nunca antes conocida en la historia de Colombia, un movimiento donde cabe todo el mundo. Caben hasta los latifundistas que tengan ideas democr¨¢ticas, los capitalistas, los que hayan participado en los partidos reaccionarios, toda la gente de izquierda, todo el mundo".
Jacobo Arenas es el dise?ador de la pol¨ªtica de las FARC, el mayor defensor del di¨¢logo con el Gobierno. Es partidario de la negociaci¨®n incluso ahora, en v¨ªsperas de un primer contacto con el pr¨®ximo Gobierno liberal presidido por Virgilio Barco, que ha exigido la entrega de armas. "Los acuerdos de La Uribe [firmados por el actual Gobierno] no dicen que tengamos que entregar las armas ni desmovilizar la guerrilla. La amnist¨ªa de Betancur tampoco dice eso. Hemos suscrito unos acuerdos que hablan de que nosotros nos iremos incorporando lentamente a la vida civil en la medida en que se vayan produciendo transformaciones fundamentales en la vida econ¨®mica, social y pol¨ªtica del pa¨ªs. Como eso no se ha producido, pues ah¨ª mantenemos las escopetas. Nosotros nos vamos a desmovilizar, queremos cambiar la vida militar por la vida civil, por la actividad pol¨ªtica abierta y legal, pero en un marco de condiciones completamente distintas a las existentes hoy. Tiene que haber una democracia amplia, pero al mismo tiempo tienen que producirse reformas fundamentales en la estructura econ¨®mica del pa¨ªs, comenzando por una reforma agraria".
Es Arenas el que sigue hablando, mientras que Marulanda, de pie, estornuda de forma aparatosa. "Barco tiene muchas limitaciones. Yo no s¨¦ si ser¨¢ cierto, pero a cada rato se dice que es un abogado de las compa?¨ªas petroleras norteamericanas. Seg¨²n dice el doctor Barco, quisiera formar (para las pr¨®ximas rondas de di¨¢logo) una comisi¨®n de nivel ministerial. Nosotros no vamos a estar en contra, pero vamos a exigir que se agregue la comisi¨®n de paz (la creada por Betancur), porque tenemos la experiencia de que la paz la hicimos con esta comisi¨®n, y los ministros no van a estar hablando con nosotros por tel¨¦fono, contest¨¢ndonos las cartas o viniendo a cada rato aqu¨ª. Probablemente va a ser muy dif¨ªcil que podamos aceptar hablar obligatoriamente con ministros. El pr¨®ximo Gobierno recibe como herencia un proceso de paz m¨¢s o menos consolidado. Si decide tirar esa herencia, eso es una cosa distinta. Puede que lo haga, como buen abogado de las compa?¨ªas petroleras norteamericanas que es, que no necesitar¨¢ m¨¢s que la orden".
Colombia es un pa¨ªs con un mont¨®n de ej¨¦rcitos. "Un ej¨¦rcito oficial, un ej¨¦rcito de las FARC, el M-19 [Movimiento Diecinueve de Abril], el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN), el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL), un ej¨¦rcito particular de los grandes terratenientes, un ej¨¦rcito de los grandes mafiosos".
Pese a esto, no existe "ninguna posibilidad de una guerra civil". El que lo afirma es Alfonso Cano, el n¨²mero tres de la direcci¨®n de las FARC, el hombre joven -no m¨¢s de 40 a?os- en ascenso. Para muchos, el delfin de Arenas. Preparado intelectualmente, -con recursos oratorios, Cano es el mejor situado para dirigir la organizaci¨®n en la nueva etapa.
"El peligro de una generalizaci¨®n del conflicto en Colombia no existe", afirma Cano. "Se dan peque?os focos, en el Cauca, en el Valle, en el Magdalena Medio tal vez, pero muy espor¨¢dicos, poco trascendentes, hechos que no afectan la paz nacional. Lo concreto hoy en Colombia es que los 27 frentes de las FARC est¨¢n en paz". La pasada semana, sin embargo, murieron 26 personas en un choque entre el Ej¨¦rcito y el otro gran movimiento guerrillero, el M-19, en el departamento de Cauca, y en el Magdalena Medio, hace un mes, muri¨® una quincena de guerrilleros y soldados en un enfrentamiento del Ej¨¦rcito con el frente 14 de las FARC.
"Los resultados electorales", a?ade Cano para descartar la posibilidad de una guerra, "fueron una derrota de los sectores militaristas del pa¨ªs. La gente quiere la paz, quiere el di¨¢logo, y el Ej¨¦rcito no est¨¢ libre de manos para hacer lo que quiera. Adem¨¢s, militarmente no es tan sencillo liquidara las FARC. Una cosa es combatir contra dos columnas del M-19, gente osada, valerosa, echada para adelante, pero finalmente s¨®lo dos columnas, y otra es declararle la guerra a las FARC".
Capacidad militar
Las FARC son un grupo con experiencia, con buena organizaci¨®n y reconocida capacidad militar. Sus dirigentes se niegan a dar la cifra de combatientes, pero se le calculan 27 frentes repartidos por todo el pa¨ªs, con unos 500 hombres por frente. La cifra m¨¢s baja de soldados que se le atribuye es de 5.000; la m¨¢s alta, 20.000.
"Si no hubiera paz", habla, por fin, Marulanda a requerimiento del periodista, "si los 27 frentes FARC combatieran, el balance de muertos ser¨ªa muy distinto, los enfrentamientos ser¨ªan m¨¢s cerca de los centros urbanos y la situaci¨®n ser¨ªa m¨¢s complicada".
Como experto en la actividad guerrillera, Marulanda no cree que las FARC se puedan debilitar por no combatir. "Yo creo que esa teor¨ªa no es muy correcta porque, si eso fuera as¨ª, entonces los ej¨¦rcitos de los pa¨ªses europeos... ?Cu¨¢nto hace que termin¨® la II Guerra Mundial? Y los ej¨¦rcitos europeos no se han desmovilizado ni se han fraccionado entre ellos. Donde hay una orientaci¨®n pol¨ªtica no tiene por qu¨¦ darse ese fen¨®meno". Alguien que conoce de cerca a las FARC a lo largo de varios a?os cree, sin embargo, que la disciplina y la moral del grupo se est¨¢n resquebrajando tras dos a?os sin entrar abiertamente en combate, y en Bogot¨¢ se menciona la posibilidad de una pr¨®xima escisi¨®n.
"En estos momentos", contin¨²a Marulanda, mientras Arenas se corta las u?as, "en los campamentos de las FARC se hace una vida completamente diferente a la de antes. Los guerrilleros se ocupan de las labores agr¨ªcolas, de la preparaci¨®n pol¨ªtica e ideol¨®gica, de la formaci¨®n cultural de los hombres". Marulanda asegura que hoy no admiten ingresos en las FARC, que si alguien quiere entrar se le env¨ªa a la Uni¨®n Patri¨®tica.
Tirofijo no se atreve ya con una pregunta sobre la relaci¨®n entre las FARC y el M-19 y pasa la palabra al "comandante Jacobo". "Los compa?eros del M-19 no creyeron mucho en la posibilidad que surg¨ªa con la amnist¨ªa de Betancur. Puede ser que no entendieran muy bien el proceso. Es decir, no lograron convertir eso en una instrumentaci¨®n para un ej¨¦rcito pol¨ªtico y entonces parece que se enredaron un poco y vino lo de leis robos y las cuestiones de all¨ª y de ac¨¢ y los problernas. El M-19, le puso en bandeja al militarismo la posibilidad de demostrar que en Colombia no puede consolidarse el proceso de paz".
Diferencias con el M-19
Las FARC y el M-19 est¨¢n distanciados, sobre todo, por su. orientaci¨®n ideol¨®gica. Mientras el M-19 (el eme, como se le conoce en Colombia) es nacionalista de izquierdas, urbano y sin principios ideol¨®gicos r¨ªgidos, las FARC, formadas fundamentalmente por militantes de extracci¨®n campesina, est¨¢n consideradas el brazo armado del partido comunista. Arenas lo niega, sin embargo. "Tenemos coincidencias con el partido comunista. El PC plantea una reforma agraria radical y nosotros estamos de acuerdo; el PC plantea una reforma urbana y nosotros estamos de acuerdo; el PC plantea una reforma educativa y nosotros estamos de acuerdo; el PC plantea una reforma de la Constituci¨®n y nosotros estamos de acuerdo; el PC plantea una pol¨ªtica exterior independiente y de paz y nosotros estamos de acuerdo. Pero no es cierto que todos aqu¨ª seamos comunistas. Aqu¨ª hay liberales, conservadores, aunque no podemos negar que somos marxistas, porque empleamos un m¨¦todo de conocimiento que es el marxismo".
No se conocen apoyos internacionales a las FARC. Pese a que sus dirigentes simpatizan. pol¨ªticamente con el r¨¦gimen cubano, la relaci¨®n con Fidel Castro nunca fue buena y el l¨ªder cubano lleg¨® a estar mucho m¨¢s cerca del M-19. Hasta la firma de la paz, las FARC se financiaban fundamentalmente mediante los secuestros de terratenientes. Ahora Arenas asegura que el dinero para el mantenimiento de la organizaci¨®n procede exclusivaniente de los planes de supervivencia de que dispone cada frente, que consisten b¨¢sicamente en trabajos agr¨ªcolas.
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