El bombo y la 'botuctido'
No quisiera llevar a sus extremos simb¨®licos la doble presencia en este pa¨ªs de las batucadas brasilef¨ªas y de un caballero espa?ol que toca el bombo, pero toda manifestaci¨®n popular algo representa y algo nos dice de su propio pueblo. El equipo de futbolistas de Brasil envi¨® a M¨¦xico un v¨ªdeo en el que se ve a todos los jugadores cantando, bailando y armando una estupenda juerga musical. Es un mensaje tan optimista que hace del f¨²tbol un alegre juego.De Espa?a, por el contrario, nos lleg¨® un se?or robusto que toca el bombo con un vigor que causa no s¨®lo admiraci¨®n a quienes lo contemplan, sino tambi¨¦n asombro. El bombo parece intentar una competencia con la batucada brasile?a, y ambas formas de escandalizar se enfrentan en el estadio y tienen sus admiradores y partidarios.
Pero hay una gran diferencia entre el ritmo saltar¨ªn de la batucada y el ritmo elemental del bombo. Yo dir¨ªa que las autoridades deportivas espa?olas podr¨ªan estudiar, junto con las autoridades musicales, la forma de enriquecer a tan r¨²stico int¨¦rprete.
No estar¨ªa mal, por ejemplo, que,se le a?adiera, al se?or del bombo, una corneta. Con esto alegrar¨ªa algo su mensaje. Cuando en el estadio suena el bombo del entusiasta caballero, parece que se le estuviera diciendo al equipo nacional que bombeara balones sin descanso. Una y otra vez, en un juego tan machac¨®n y desimaginado como el bombo mismo.
Tengo entendido que Manolo, el del bombo, como parece ser lo conocen los p¨²blicos de medio mundo, viaja por su cuenta y su riesgo para animar a los jugadores.
Si yo fuera jugador del equipo nacional de Espa?a, me desanimar¨ªa mucho ver a Manolo.
Despu¨¦s del discutible triunfo de Brasil sobre los representantes espa?oles, cientos de brasile?os salieron a bailar por las calles de todas las poblaciones mexicanas. La batucada estall¨® de forma esplendorosa,
El bombo guard¨® un triste silencio, despu¨¦s de habernos acompa?ado con un ritmo de taquicardia cuando un australiano rob¨® un gol. Temo que aparte de lo que en m¨ª pueda influir el bombo de don Manolo, es posible que lleve al ¨¢nimo de otras gentes, no conocedoras de Espa?a, la idea de que los hispanos conforman un pa¨ªs musicalmente muy rudimentario.
Me imagino que Falla, Halffter, Granados y otros compositores se opondr¨ªan a ser representados de forma tan r¨ªtmica, aun cuando fuera en un estadio de f¨²tbol. Si Espa?a quiere ganar partidos en esta Copa del Mundo, ser¨¢ necesario que se reflexione seriamente sobre la m¨²sica que va a acompa?ar sus intervenciones. El tal bombo es una muy clara sugerencia de que se practique un f¨²tbol reiterativo de balones por alto y remates de cabeza, de repetir el mismo gesto y el mismo juego.
Frente. a la batucada brasile?a hay que colocar junto al ritmo una melod¨ªa imaginativa y alegre, un trenzado de pies y un juego de cintura, una burla. en la cabeza y un esp¨ªritu fuerte en el coraz¨®n.
Pero un coraz¨®n que funciona al ritmo de Manolo, el del bombo, es un coraz¨®n que en la reiteraci¨®n de su constancia ha puesto todo su fervor. 0 Manolo pasa a tocar el sax¨®fono, o las cosas las veo muy mal.
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